Alejandro Pérez 10y

El compromiso con la selección

BUENOS AIRES -- La noticia impacta, casi que asusta. La posible ausencia de Emanuel Ginóbili lo cambia todo para el equipo argentino en el Mundial de España.

El nivel del bahiense en las finales de la NBA no dejaba margen para ninguna duda. Había terminado brillando y entero físicamente (al menos eso se suponía), la razón por él esgrimida para tomar la decisión de estar en el Mundial.

Por eso, la información de una fractura por estrés en la pierna derecha, aún sin demasiadas precisiones ni profundizaciones informativas, conmocionó al básquetbol argentino e impactó en la mismísima NBA. Más que la lesión en sí, lo que más se destacó fue que se perdería el Mundial, debido al tiempo que demandaría la cura.

¿Cómo jugaron las partes en esta historia que, por ahora, tiene un final incierto?

Ginóbili se fue feliz por el título conseguido y tranquilo, porque el físico le había respondido bien en el tramo decisivo del torneo, a unos días de descanso con su familia, antes de lo que proyectaba como casi dos meses intensos con la selección. Por eso, no le dio mayor importancia a los análisis de rutina en el cierre de temporada.

"El dolor en el pie derecho que tengo después de cada partido se pasará con unos días de descanso", pensó. Si hasta se lo contó, restándole importancia y sin alarmarse, al técnico del seleccionado, Julio Lamas, cuando este lo consultó por su estado físico, ni bien el escolta le confirmó que estaría disponible para el Mundial.

El argentino apenas tenía en mente, como compromiso protocolar, el inmediato regreso a Bahía Blanca junto al trofeo Larry O'Brien de la NBA, que será exhibido en los países de procedencia de los jugadores de San Antonio.

Por eso, cuando los responsables de San Antonio le comunicaron la novedad Manu quedó sorprendido. No lo esperaba. Para él, que planifica cada uno de sus pasos con precisión matemática, este era un revés impensado.

Es que está de por medio el deseo concreto de ponerle un cierre destacado a su brillante carrera en la selección con un desafío que lo motiva. Pero también su palabra dada a los sobrevivientes de la Generación Dorada, los únicos que sabían su decisión de estar en España antes de hacerla pública, y al propio Lamas.

Ginóbili hace un tiempo que viene pensando en la selección. Mucho más de lo que parece y de lo que él mismo se encarga de demostrar. Y se involucró con ella y lo que la rodea, con decisiones fuertes, aún en medio de los recientes playoffs de la NBA.

Por esto y porque el informe habla de una "fractura leve, en su primera etapa" es entendible que no se conformara con el diagnóstico oficial y único del cuerpo médico de San Antonio, que le aseguran dos meses de recuperación.

De arranque nomás, les dejó en claro que buscaría otra opinión. Allí Ginóbili se abocó a encontrar otro médico, un especialista en pies, que lo evalúe y le confirme lo que él quiere escuchar: que la rehabilitación se puede lograr en menos tiempo que esos dos meses que lo dejarían afuera del Mundial.

En eso, con la confirmación de una imprevista lesión a cuestas, pero con el deseo de que el mes de julio le traiga una sanación definitiva, anda Ginóbili por estas horas.

¿Cuál es la postura de San Antonio a todo esto?

Por ahora expectante, aunque Ginóbili les generaría una inmensa felicidad si decide bajarse del Mundial.

Sutilmente, como es su estilo, pero sin inocencia, el propio Robert Canterbury (RC) Buford, presidente de operaciones de los Spurs, deslizó en medio de los festejos por el título que el alto nivel mostrado por Ginóbili en las finales se debió en gran parte, a que había "descansado bien en el último receso, al no jugar con su selección".

Por eso, la advertencia de la que fractura demandaría un tiempo importante de rehabilitación parecía argumento suficiente para persuadir al argentino de que renuncie al Mundial.

Pero al encontrarse con la inesperada insistencia de Ginóbili por tener otra opinión, que le abriera una opción de poder cumplir su deseo de jugar con el seleccionado, los pone en una situación incómoda.

Si ante esta conyuntura los responsables de los Spurs hicieron correr la noticia de la lesión para instalar el tema y condicionar al jugador, es algo que no se puede afirmar, pero que tampoco suena descabellado.

Tampoco se puede afirmar que San Antonio quiera impedirle por cualquier forma a Ginobili que juegue el Mundial. Solo que esta lesión cambió las circunstancias.

Por lo tanto no existe una confrontación entre jugador y franquicia. A ninguna de las partes le interesa eso.

En cambio sí es posible que se genere un espacio de negociación en el que se traten de compensar todos los intereses. Allí, pesarán la eficacia en la recuperación del jugador, el tiempo, la desconfianza de la franquicia y un antecedente, el de los Juegos Olímpicos de 2008, que no ayudará al escolta.

Si este no es asunto cerrado definitivamente, si todavía los argentinos no perdemos la ilusión de que Ginóbili esté en el Mundial de España y si él mismo se declara "optimista", es porque se trata justamente de Ginóbili, y su nombre es algo especial en San Antonio.

Y también porque a sus casi 37 años aún conserva el compromiso inalterable con la camiseta de la selección, que lo llevan a hacer siempre un esfuerzo más.

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