Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

Dos caras de la moneda

La política de Memphis Grizzlies de cara a la agencia libre está siendo la de atar al núcleo duro de la plantilla en lugar de buscar en el mercado. La primera de las buenas noticias para la franquicia fue la firma de Zach Randolph (dos años por 20 millones de dólares). El jugador, que está a punto de cumplir los 36 años de edad (16 de julio), encarna la filosofía de una de las franquicias que más expectativas suele crear en los últimos años.

La veteranía de Randolph, su solidez en ambos lados de la cancha y la capacidad no solo de mantenerse en su línea de los últimos años, sino de mejorar, son suficientes para que el gerente general, Chris Wallace, haya vuelto a apostar por él para las próximas dos temporadas. Atrás quedan sus achaques descontrolados como el que marcó su despedida de la campaña pasada, cuando propinó un puñetazo al jugador de Oklahoma City Thunder, Steven Adams, durante el Juego 6 de la primera ronda de los playoffs. No pudo participar en el séptimo y ahí se esfumaron las esperanzas de Memphis.

Aunque ese tipo de actuaciones están fuera de lugar, la energía que muestra Randolph mezclada con la de otros jugadores como Marc Gasol, Mike Conley o Courtney Lee entre otros, es la base fundamental de un equipo que necesita otras constantes vitales para llegar más lejos: contar con buenos anotadores.

Los números de los pesos pesados de cara a canasta no han sido suficientes para elevar a Memphis a la altura de otros equipos que han sabido mantenerse a flote en la exigente Conferencia Oeste. Randolph logró 17.4 ppj; Conley, 17.2 ppj y Gasol, 14.4 ppj en un plantel que quedó en el puesto número 15 de la liga en ratio ofensivo (106.3 puntos por cada 100 posesiones).

PRIORIDAD EN MILLER

La apuesta inicial sería la de volver a firmar a Mike Miller. El escolta de 34 años de edad es uno de los jugadores que están en la agencia libre y ha manifestado en varias ocasiones sus deseos de retirarse en los Grizzlies. La franquicia tiene la última palabra.

Miller fue el tercer mejor lanzador de tres puntos de la NBA la temporada pasada gracias a una efectividad del 45.9 por ciento. Además, logró más de un 50 por ciento de acierto en lanzamientos de media distancia. El atino de Miller no fue suficiente para evitar que Memphis finalizara la temporada en el decimonoveno puesto en efectividad de triples (35.3 por ciento). La gerencia debería no solo aprovechar y premiar la fidelidad de Miller (quien incluso estaría dispuesto a amoldar su sueldo a las circunstancias), sino adquirir a más lanzadores.

Quincy Pondexter, quien tiene cuatro años más de contrato, es un buen anotador pero el lastre de las lesiones le impidieron mostrar sus credenciales en los Grizzlies el año pasado. Tan solo participó en 15 encuentros debido a una fractura de estrés en el pie, sin embargo fue fundamental en la Final de Conferencia en 2013 gracias a un 45.3 por ciento de acierto en triples desde la banca. Pero hace falta más.

Mo Williams o Caron Butler son dos de las opciones que está barajando Wallace, pero el límite salarial es grande y complica mucho la contratación de dos jugadores de nivel medio capaces de aportar en anotaciones. Con 12 jugadores en plantilla, el precio que la franquicia tiene atado para las nóminas del año que viene es de 70 millones de dólares (el tope salarial es de 63.2 millones de dólares y el impuesto de lujo comienza a pagarse en los 77 millones de dólares).

La extensión de Randolph es una buena noticia para la franquicia y los hinchas, sin embargo limita mucho las opciones para que Memphis pueda hacerse con los servicios de dos jugadores de garantías. Son las eternas dos caras de la moneda del básquetbol en época de reforzar equipos.

Quizás las expectativas de Memphis este año no sean tan elevadas como las de otras temporadas.

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