Damián Didonato 10y

Holanda es efectividad pura

SAO PAULO (Enviado especial) -- Goleó al campeón del mundo, venció con sufrimiento a Australia, derrotó con autoridad a Chile, dio vuelta el resultado contra México y superó por penales a Costa Rica. Este fue el camino de Holanda, rival de Argentina en su primera semifinal de la Copa del Mundo desde 1990. El equipo de Louis Van Gaal fue regular en los resultados pero irregular en el juego, incluso con diferencias significativas dentro de cada uno de los encuentros.

La eliminación en primera fase de la Euro 2012 fue un golpe muy duro para los actuales subcampeones mundiales. En dicho torneo perdió los tres partidos y sólo convirtió dos goles. Esa campaña marcó la salida de Bert Van Marwijk y la esperada llegada al banco de suplentes de Louis Van Gaal. Clasificó a Brasil 2014 con holgura y dio la talla en el campeonato más importante de todos, a pesar de haber caído en el "grupo de la muerte".

Holanda es un equipo muy versátil tácticamente. En el mismo partido puede jugar con tres, cuatro o cinco en el fondo y también está capacitado para rotar posiciones en el mediocampo y en la delantera. Esto tiene que ver con las características de los futbolistas y con la idea del entrenador, que siempre intentó innovar y este Mundial no ha sido la excepción. Esta flexibilidad obliga a los rivales a estar más concentrados todavía, porque perder una marca puede resultar letal. Es decir que Argentina debe mantener la intensidad que mostró contra Bélgica para sufrir lo menos posible.

Nada quedó de la defensa que disputó la Euro y formaba con Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen y Bouma. Hoy, juega con un sistema 5-3-2, pero muy flexible. Se puede transformar en un 3-5-2 y el lateral izquierdo, Daley Blind, tiene tanto recorrido que termina las jugadas como extremo. La idea de Van Gaal era mantener el 4-3-3 de las Eliminatorias, pero la lesión de Kevin Strootman lo obligó a cambiar. Y le salió bien, porque encontró la dinámica que ha caracterizado al Seleccionado.

Ron Vlaar es el líder de la defensa y muchas veces debe jugar por sus compañeros. El funcionamiento de la última línea es el principal defecto de Holanda. Allí, pierde toda la velocidad que lo destaca en la ofensiva y con jugadores como los argentinos puede sufrir y mucho. Sin embargo, el posible regreso de Nigel De Jong sería trascendental para mejorar en ese sentido. Su ausencia fue un problema sin solución para la Naranja y su vuelta le daría más contención y seguridad en el centro del campo

En una Copa del Mundo tan pareja en lo colectivo, las individualidades son las que pueden definir estos últimos partidos. En ese sentido, Argentina deberá cuidarse manera especial de Arjen Robben. El atacante de Bayern Munich es el líder ofensivo del equipo y ha tenido actuaciones excelentes en cada uno de los encuentros. Juega casi de wing, bien tirado en una banda y, con pelota dominada es casi imparable. Su clásico enganche hacia el medio es el arma más peligrosa de la Naranja, no sólo porque puede terminar en remate, sino también porque también sirve para abrir defensas. Será Marcos Rojo el principal encargado de contenerlo. Hasta el momento, el ex lateral de Estudiantes ha tenido un gran Mundial, por lo que ese podría ser uno de los duelos que definia el juego.

Robin Van Persie es la otra individualidad a la que el Seleccionado de Alejandro Sabella debe prestarle atención. Es cierto que después de ser la gran figura ante España su nivel bajó por problemas físicos, su presencia ofensiva puede lastimar en cualquier momento. Juega como único hombre de área, pero nunca está sólo, porque Holanda llega con mucha gente y, gracias a sus rápidas transiciones, ataca con cinco o seis elementos. En la idea de contragolpe rápido que impulsa Van Gaal, Van Persie es vital.

El tercer futbolista que sostiene la estructura ofensiva holandesa es Wesley Sneijder. Ya no tiene la explosión ni la dinámica de Sudáfrica 2010, pero conserva la visión de juego y la inteligencia que lo destacó como uno de los mejores de ese Mundial. Es el cerebro de su equipo y su pegada es otro de los argumentos de la Naranja. Conduce con criterio cada contragolpe y es el mediocampista que podría jugar en las espaldas de Javier Mascherano, uno de los sectores más frágiles de Argentina.

En definitiva, Argentina debe hacer un juego similar al del choque con Bélgica. Ordenado y confiado en defensa, con Messi como eje y con Higuaín y Lavezzi o Agüero intercambiando posiciones arriba, para quitarle referencias a los centrales. Si logra controlar a Robben y Mascherano cuidas sus espaldas, será todo un poco menos complicado para el equipo de Sabella.

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