Ethan Sherwood Strauss 10y

El talento codiciado

Hubo un momento en el que no pareció que Carmelo Anthony iba a ser tan codiciado a los 30 años. Cuando fue cambiado de los Denver Nuggets a los New York Knicks en febrero de 2011, fue la pesadilla de la comunidad de estadísticas avanzadas, y su reputación fue cortada en rodajas bien finas por el análisis de vanguardia.

Con su promedio menos-que-súper-eficiente de alta puntuación, Anthony podría haber sido el símbolo de cómo los fanáticos casuales son engañados para terminar adorando falsos ídolos. Su gran cantidad de lanzamientos ha quedado en el pasado, y los jugadores con conjuntos de habilidades sutiles más equilibradas pasaron a ser el futuro. Ese estilo de jugadas de aislamiento tan atractivas para la vista tuvo su fuerte en la era temprana de Iverson. Pero dejó de tener lugar en la versión de la revolución Moneyball de la NBA.

Menos de cuatro años después, Anthony es el objetivo de un vigoroso esfuerzo de reclutamiento de parte del Padrino de las Estadísticas Avanzadas y gerente general de los Rockets, Daryl Morey. Melo es la pieza que falta en Chicago, los cimientos de una nueva era en Los Angeles. Sí, todavía hay preocupaciones sobre si Anthony valdrá la pena para un contrato máximo de cinco años, y se siguen escuchando críticas alrededor de la defensa de Anthony. Pero en última instancia, la aventura de Anthony en New York ha visto una rehabilitación de su juego, y hasta de su reputación.

Algunas lesiones desafortunadas de Amar'e Stoudemire dieron lugar a este proceso, pero los Knicks lograron toparse con un Carmelo Anthony más adecuados para esta época. Jugando de ala-pívot, Anthony recibió un mejor espacio, y en última instancia, empezó a tomar mejores decisiones. En la temporada antes de su cambio con los Knicks, menos del 14 por ciento de los tiros de Anthony fueron de tres puntos. La temporada pasada, el 25 por ciento de sus tiros tuvieron lugar detrás el arco.

Al cambiar su selección de tiros de la zona de la temida al fondo "de dos puntos" hasta donde los lanzamientos tienen un punto extra, se trasladó a la vanguardia del básquetbol. Disparar está de moda. El juego aparentemente había dejado atrás a los francotiradores aislados, pero Melo, uno de los ejemplos más brillantes, ha perseverado.

Después de una débil primera temporada afectada por las lesiones en New York, Anthony anotó sus dos mejores temporadas de acuerdo con las estadísticas de eficiencia de jugador (PER) y su aporte a las victorias. No sólo los números se ven mejor, sino que su juego pasó a ser más agradable estéticamente. Las decisiones fueron más rápidas y el balón se estancó con menos frecuencia. Pierde mucho menos el balón que cuando estaba en Denver. Todavía hay muchas jugadas de aislamiento, pero no es como en los viejos tiempos, cuando Anthony promediaba más pérdidas de balón que asistencias.

Lo puedes culpar por la falta de opciones (los Knicks se vieron despojados en los laterales porque Anthony forzó un cambio a New York), pero cada vez es más difícil encontrar defectos en su planteamiento ofensivo. Su juego ha madurado de uno testarudo a uno un poco más matizado. Puedes marcarlo con un alero móvil y de todas maneras le dará unos cuantos dolores de cabeza a ese muchacho. Puedes marcarlo con un grandote corpulento y podrá perderlo para hacer un triple abierto.

"Melo Olímpico" es el apodo para este alero con inclinación a los lanzamientos que hemos visto en la competencia internacional. Prospera en un ambiente donde el balón es compartido alrededor del arco y disparado desde detrás del mismo. Ahí es donde se dirige el básquetbol, si este último y enfático campeonato de los San Antonio Spurs es un indicio. La NBA se está inclinando hacia un estilo internacional de avance y lanzamiento que se ajusta perfectamente a un jugador que, al principio de su carrera, fue la caricatura del héroe del básquetbol al estilo americano. Melo fue el pasado antes de retroceder unos pasos convertirse en el futuro.

^ Al Inicio ^