Damián Didonato 10y

Javier Mascherano, el finalista

SAO PAULO (Enviado especial) -- Al término del primer tiempo, dio la charla grupal junto a Lionel Messi. Antes de los penales arengó a Sergio Romero con palabras que ya son leyenda: "Hoy te convertís en héroe". Durante el partido, fue el alma, el líder, el dueño, el corazón y los pulmones de la Selección Argentina. Corrió y pensó, gritó y calló. Fue el mejor jugador de la semifinal. Es quizás el mejor de toda la Copa del Mundo. Javier Mascherano, el finalista.

En el comienzo mismo del partido, fue el principal responsable del orden que mostró el equipo. Se hizo eje en el mediocampo y cada salida desde el fondo pasó por sus pies. Tocó corto y tocó largo. Hacia atrás y hacia adelante. Eso le permitió a Argentina tomar confianza, sentirse segura. Cuando Holanda atacó, se metió entre los centrales, formando una especie de línea de cinco flexible. Y con la posesión, se paró en el centro para controlar el juego.

Fue el encargado, con gritos o con acciones, de sacar al Seleccinado de atrás cuando se retrocedía demasiado y también de cerrar la estructura defensiva sin el balón. Se asoció con Lucas Biglia para cerrarle los caminos a Wesley Sneijder, que casi nunca pudo convertirse en el armador de la Naranja, y hasta se animó a sumarse al ataque con pelota dominada. En definitiva, fue el corazón pero también el cerebro del equipo.

Javier Mascherano, como en cada uno de los encuentros de este Mundial, fue el jugador argentino con mejor porcentaje de pases: 86 por ciento. Dio 72 pases bien de 85 en total. Estos números lo mantienen como el jugador más preciso del Mundial. Esa precisión es una de las claves de esta Argentina finalista. Porque el orden parte desde la confianza que da un mediocampista central que no se equivoca.

Argentina fue de menor a mayor en Brasil. Comenzó con muchos problemas ante Bosnia, luego venció con lo justo a Irán y después empezó a mejorar hasta esta buena actuación en Sao Paulo. Es cierto que le faltó arriesgar un poco más en ataque, pero también lo es que neutralizó casi todas las virtudes de su rival. Esta "novedosa" solidez tiene su punto de partida en el gran trabajo de Mascherano, porque aunque siempre ha mostrado compromiso y jerarquía, su nivel creció y mucho a medida que fue avanzando el torneo.

En este encuentro le dio pases a todos sus compañeros excepto a Maxi Rodríguez, quien sólo jugó diez minutos. Esto demuestra con claridad que es el eje de la Selección, el punto más importante de la columna vertebral. Por eso, cuando chocó con Wijnaldum la preocupación fue tan grande. Fue el momento más preocupante del encuentro para Alejandro Sabella, pero el capitán sin cinta se recuperó muy rápido y segundos después del casi nocaut estaba manejando la pelota de nuevo.

El momento cumbre de su actuación y quizás de su carrera fue a los 43 minutos de la segunda parte. Arjen Robben entró al área con pelota dominada por primera vez y definió bien ante la salida desesperada de Romero. Era gol. Pero desde atrás apareció Mascherano para cortar el remate. Algunos dijeron que fue milagroso, pero no. Fue lo que tenía que suceder. El destino. Quizás, mañana se hablará de ese cruce como se habla del palo de Neeskens o de la atajada de Fillol.

Su partido fue perfecto, pero no sólo por lo que hizo dentro de la cancha y con el balón en movimiento, sino por todo lo demás, por muchas actitudes dignas de un líder de un Seleccionado capaz de todo. Arengó a sus compañeros en cada descanso y su charla con Romero ya es parte de la historia del fútbol argentino: "Mirame. Hoy te comes el mundo. Hoy te convertis en un héroe". Hasta eso hizo: darle la inyección que el arquero necesitaba para convertirse en leyenda.

Javier Mascherano es ese mismo pibe que debutó en el Seleccionado mayor antes que en la primera de su club, el que pasó por todas las juveniles, el que llegó a cien partidos internacionales con sólo 28 años, el que hizo que la frase "dejar la vida por la camiseta" no sea sólo un lugar común. Y desde hoy es el que llevó a la Albiceleste a una final del mundo. Con garra y con inteligencia. Con fútbol.

"Creo que esto lo hemos hecho todos. Es un orgullo formar parte de este grupo. Todos los argentinos tienen que estar orgullosos y tranquilos de este equipo", dijo uno de los héroes de Sao Paulo tras la victoria. Ahora, será el líder de la Selección Argentina en la quinta final de Copa del Mundo de su historia. El objetivo es uno, el de siempre.

^ Al Inicio ^