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Banderas de perdón en Argentina

Enzo Pérez entró por la lesión de Di María y cumplió EFE

SAN PABLO (Enviado especial) – Las casas de telas concentradas en el barrio porteño de Once, o en cualquier rincón del país, deben estar sobrepasadas de pedidos. La Selección argentina llegó a la final del Mundial y todos quieren tener su bandera.

Los colores elegidos, lógicamente, celeste y blanco. La palabra más utilizada no será Argentina, sino "Perdón". Un pedido de disculpas a todos aquellos jugadores que fueron vistos de reojo, ninguneados, resistidos. Futbolistas que aunque no ganen la Copa del Mundo, ya forman parte de la historia grande del fútbol argentino.

Claro que alguna que otra bandera dirá "Gracias Sabella". El técnico que en silencio, con trabajo y dedicación, se la jugó por varios componentes pese a las críticas y armó un equipo a su medida. Un conjunto sólido y equilibrado, cuyo rasgo fundamental es la unidad. El compromiso. El sentido de pertenencia, como le gusta decir al entrenador.

Sergio Romero: lo del arquero ya lo dijimos hasta el cansancio. Con apenas 9 partidos en la temporada, siempre tuvo el respaldo del cuerpo técnico. La gente y la prensa reclamaron por opciones. Sin embargo, Chiquito fue ratificado meses antes de la oficialización de la lista de 23. La falta de continuidad en Mónaco no afectó para nada su actuación en el Mundial. En seis partidos tuvo cuatro veces la valla invicta. Figura ante Irán y en la definición por penales ante Holanda. Gran acierto del DT.

Martín Demichelis: llevaba dos años sin ser citado a la Selección. Campeón con Manchester City, se ganó un lugar entre los 23. Esperó su chance y entró como titular en el duelo ante Bélgica. Su ingreso le dio la seguridad que no tenía la defensa. Su experiencia potenció a Garay y al resto. Tanto en los 4tos como en la semi de Holanda, lo mejor del equipo fue su capacidad para neutralizar el ataque rival.

Marcos Rojo: seguramente el titular más cuestionado del equipo de Sabella, que lo conocía de su paso por Estudiantes. Con el correr de los partidos, se transformó en un símbolo por su entrega y amor propio. Hizo una rabona en el debut del Maracaná, le anotó un gol a Nigeria, se lesionó y salió ovacionado en los 8vos ante Suiza. Un gran Mundial del lateral izquierdo.

José María Basanta: otro que generaba más dudas que certezas. Su polifuncionalidad en defensa convenció al entrenador. Aunque su puesto es el de marcador central, es la primera opción en el lateral izquierdo. Tuvo la chance de mostrarse ante Bélgica, por la suspensión de Marcos Rojo, y cumplió una buena actuación. Callado, de perfil bajo, nunca respondió los ataques. Como dijo hace unos días, a todos lados llegó sin cartel y terminó cumpliendo los objetivos.

Lucas Biglia: era el mediocampista central menos adorado por el público. Al igual que Demichelis, entró en los cuartos de final y aportó el equilibrio que faltaba. Se complementó mucho mejor que Gago con Mascherano y fue uno de los responsables de neutralizar los peligrosos ataques de Bélgica y Holanda. Con perfil bajo, se adueñó del puesto.

Enzo Pérez: tal vez el nombre más sorpresivo entre los 23. No por su capacidad futbolística, de hecho fue el mejor jugador de la temporada en la liga de Portugal, sino por lo poco que participó de este ciclo y porque relegó a Ever Banega, uno que parecía con el boleto asegurado. Entró ante Bélgica por la lesión de Di María y cumplió. Sabella le ratificó la confianza frente a Holanda y el mediocampista mendocino jugó un muy buen partido. Arrancó por derecha y se cerró para jugar como hace en Benfica.

En suma, Alejandro Sabella conformó un plantel que se lleva muy bien tanto afuera como adentro de la cancha. Apostó por jugadores que no contaban con la aprobación de la mayoría y los resultados están a la vista. Llegó con los Cuatro Fantásticos y, sobre todo, con Messi, el diferente. Pero cuando ellos no aparecieron, siempre hubo otro dispuesto a dar una mano.

Por todos aquellos héroes silenciosos, ya están encargadas las banderas de perdón.