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Neymar cree que Brasil sufrió un "apagón", pero debe "levantar cabeza"

TERESÓPOLIS -- El delantero Neymar afirmó el jueves a su regreso a la Granja Comary, centro de entrenamientos de Brasil, que su equipo hizo un "fútbol regular" durante todo el Mundial, "dejó que desear" y "fracasó".

"Queríamos llegar a la final. Fallamos, dejamos que desear, sabemos que no hicimos una campaña buena, no hicimos el mejor fútbol, hicimos un fútbol regular, por eso llegamos hasta las semifinales, no un fútbol de selección brasileña, que es superior y que encanta a todos", dijo Neymar en una rueda de prensa.

Neymar animó a sus compañeros a "levantar la cabeza", "encarar como una final" el partido por el tercer lugar contra Holanda y "terminar la Copa sonriendo".

"No es por causa de una derrota histórica que tenemos que bajar la cabeza. El deporte es así", comentó Neymar, que aseguró que regresó a Teresópolis porque les prometió a sus compañeros acabar el Mundial con ellos.

"Volví para terminar junto a mis compañeros. Estamos unidos y les dije, comenzamos juntos, terminamos juntos. Vamos a terminar vistiendo la camisa que siempre soñamos en vestir", afirmó.

El delantero de 22 años celebró que "por lo menos" puede "andar" después de la fractura en la columna vertebral que padece y aseguró que está viviendo "la peor semana" de su vida.

Sobre la eliminación de Brasil, dijo que el equipo sufrió un "apagón" de juego contra Alemania y afirmó que la derrota de Brasil fue "inexplicable".

"No tengo vergüenza de ser parte de este equipo", dijo Neymar, que consideró que si él hubiera estado en el campo contra Alemania, no habría cambiado nada.

"Ya pasé por eso, sé qué es convivir con un apagón dentro del campo, no consigues acertar un pase", comentó.

"No es por culpa de una derrota, por la pérdida de un título, que todos los jugadores son malos. Ocurrió, pero es inexplicable, no hay de qué hablar, es parte del fútbol", agregó, en alusión a la derrota por 7-1.

Sobre las sensaciones de la derrota ante Alemania por 7 a 1
en la semifinal, dijo que fue "una de las peores semanas" de su
vida. "Ver a mi familia llorando, a mi hijo desconsolado y a
personas que no conozco deseperadas después de la derrota fue muy
duro. Por suerte sentí la contención y el cariño de los más
cercanos para superar el momento", confesó..

"No quiero imaginar cosas que no pasaron. No existe pensar
qué hubiese pasado si yo hubiera estado en la cancha. Ya pasé por
eso, sé como es convivir con un mal momento en la cancha. No
conseguis acertar un pase, hacer nada...", indicó.

"Soy parte de una selección que hará historia. Vamos a quedar
marcados por una goleada como le pasó a (Moacir) Barbosa (arquero
de Brasil en el Maracanazo) en 1950. Pero tenemos que dar vuelta
esto. No nos podemos quedar llorando", añadió.

RECHAZÓ LOS INSULTOS DE SU AGENTE A SCOLARI
Neymar censuró a su representante, Wagner Ribeiro, por los insultos que profirió al seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, y consideró que la solución para el equipo nacional no es cambiar de entrenador.

"Lo que sale de la boca de Wagner, es una actitud suya. Le tengo un cariño muy grande, pero no estoy de acuerdo, no acepto esa actitud, no acepto lo que dijo", afirmó Neymar en una rueda de prensa en el centro de concentración de Brasil.

Neymar puntualizó que de sus opiniones personales, sólo pueden hablar él mismo y su padre, pero no así su representante, durante una rueda de prensa en Teresópolis, ciudad donde se concentra la selección durante el Mundial.

Después de la eliminación de Brasil, con una derrota por 7-1 contra Alemania, Ribeiro calificó a Scolari como un "viejo tonto, arrogante, prepotente y ridículo".

El delantero de 22 años, preguntado por si apoya la permanencia o la destitución de Scolari, afirmó que es un error despedir al técnico cuando algo va mal.

"Nosotros, los brasileños, principalmente la prensa, tiene la manía equivocada de que cuando se pierde hay que cambiar, de entrenador y de jugadores. En el fútbol no es así, conviví siempre con eso", aseveró el delantero.

SIN RENCORES CON ZUÑIGA
El brasileño Neymar aseguró que no guarda rencor al colombiano Camilo Zúñiga por el rodillazo en la espalda que le lesionó y le impidió jugar los dos últimos partidos del Mundial.

"No siento odio, no siento nada. Él hasta me llamó el día siguiente diciendo que no me quería lesionar. No le tengo rencor. Le deseo que tenga éxito en su carrera", dijo Neymar en su primera rueda de prensa después de su lesión, ocurrida en el Brasil-Colombia de cuartos de final el pasado viernes.

Neymar se emocionó al recordar la jugada y, entre lágrimas, dijo que si el rodillazo le hubiera impactado "dos centímetros para dentro, podría estar en silla de ruedas".

Debido al rodillazo, Neymar sufrió una fractura en la tercera vértebra lumbar, que le impedirá jugar al fútbol entre tres y seis semanas.

Sobre el golpe, dijo que no puede asegurar si fue desleal, porque no puede leer la mente de Zúñiga, pero aseguró que "no es una entrada normal, de una situación de juego".

"Muchos de ustedes (periodistas) dicen que me tiro mucho, que tengo el rótulo de simular. Pero cuando veo la jugada de frente me puedo defender, de espalda no puedo, de espalda solo me puede defender la regla. Yo no podía protegerme y me acabé lesionando".

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