Rodrigo Azurmendi 10y

Continuidad favorece a René Rivera

LOS ÁNGELES -- De manera silenciosa, y luego de superar la barrera de los 30 años, René Rivera se ha convertido en un catcher establecido en las Grandes Ligas.

El boricua comparte con el cubano Yasmani Grandal la receptoría de los Padres de San Diego, y sus números comienzan a llamar la atención de todos.

"Agradezco por la oportunidad de tener salud y me siento bien contento de que el trabajo que he hecho en los últimos años ha dado frutos y he podido conseguir una casa, como quien dice, para mantenerme en Grandes Ligas", le aseguró a ESPNDeportes.com.

Seleccionado en la segunda ronda del draft amateur de 2001, el oriundo de Bayamón hizo su debut en 2004 pero nunca logró afianzarse. Tras su paso por los Marineros de Seattle, el enmascarado tuvo una breve estadía en los Mellizos de Minnesota en 2011 y desapareció del mapa por un tiempo.

Eso fue hasta que fichó por los Padres antes de la 2013, algo que marcó el renacimiento de su carrera. Una serie de lesiones y suspensiones a Grandal le abrieron un lugar en un principio, y su rendimiento propio lo confirmaron en la nómina, al punto de que San Diego traspasó a fines de mayo a Nick Hundley, su otro competidor directo.

Con 51 partidos disputados en 2014, Rivera ya superó logró la marca más alta de su carrera, por encima de los 45 jugados en 2011. Su promedio de bateo de .227 no es el esperado, según sus palabras, pero otros aspectos están floreciendo.

Uno de ellos es el poder de su bate. Su promedio de slugging es de .439, más de 100 puntos por encima de lo logrado la temporada pasada, y el derecho reconoció que es un cambio que surgió recientemente.

"Es algo que viene desde el campamento de primavera del año pasado", contó. "Es algo que pude llevar Triple A y luego hasta aquí. Uno sigue trabajando en eso día a día pero todavía no está donde uno quiere".

Rivera ya conectó seis jonrones, cuatro más de los que llevaba hasta entonces en su carrera ligamayorista. La paciencia en el plato se está también traduciendo en más boletos que en 2013, lo que le permite acumular un OPS de .726.

Sin embargo, el pan se lo gana detrás del plato, donde las estadísticas avanzadas lo ubican entre los mejores en su posición. Según Baseball Reference, Rivera es el séptimo mejor receptor a la hora de frenar el corrido de bases de sus oponentes, atrapando a los corredores en 36.2 por ciento de los intentos de robo.

El boricua además ha demostrado ser un maestro a la hora de enmarcar pitcheos, el arte de convertir bolas en strikes.

"Yo no hablo de enmarcar sino de recibir", aclaró. "Tiene que ver con cómo pone uno la mano y es algo que trabajé mucho ligas menores".

El sitio Stat Corner lo ubica tercero en este rubro, solo por detrás de los All-Stars Jonathan Lucroy y Miguel Montero, con 12.8 carreras por encima de la media.

Otra publicación, esta vez la reconocida Baseball Prospectus, asegura que su manera de recibir pitcheos le agregó a su equipo 12.9 carreras, la quinta mejor marca por detrás de Montero, Brian McCann, Hank Conger y José Molina.

Lo que está claro es que cualquier buen enmascarado tiene que tener esa pizca de astucia.

"El objetivo de el receptor es engañar de cierta forma al árbitro", reconoció. "Si uno puede atrapar una bola que está tres o cuatro centímetros afuera del plato y traerla adentro, eso es algo que ayuda mucho al pitcher. Si el pitcher lanza siete u ocho entradas eso hace que uno se vea bien también".

Los Padres atraviesan otra temporada decepcionante, que combinó una larga lista de lesiones con una sequía ofensiva preocupante, aún jugando de local en los confines de Petco Park. Precisamente por eso, Rivera ha sido de los pocos puntos positivos.

"Espero terminar fuerte esta temporada y hacer lo del arbitraje lo más rápido posible para quedarme en esta organización por muchos años", concluyó.

^ Al Inicio ^