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Van Gaal y su gran Mundial

Al margen de que Holanda no ganará el título en esta Copa del Mundo, no sería descabellado escoger a Louis van Gaal como el técnico que mejor ha hecho las cosas en Brasil 2014. Su selección no está plagada de estrellas; sin embargo, mostró el fútbol más coherente de todo el torneo y apenas quedó eliminado en penales.

El técnico holandés demostró haber preparado a su equipo para asumir varios sistemas y mantener siempre un rendimiento cercano al tope. Su defensa fue lo suficientemente flexible como para adaptarse a una línea de tres centrales o a una zaga convencional y su mediocampo incluyó hombres más ofensivos cuando el rival permitía el lujo de hacerlo. Pero nunca perdió su esencia.

Incluso, utilizó a varios jugadores en posiciones distintas y permitió que un Dirk Kuyt de 34 años se desempeñara en su posición tradicional de interior derecho o como wing-back frente a Argentina con una prestación defensiva fenomenal.

Ron Vlaar no tiene en el Aston Villa el mismo rendimiento del Mundial y Wesley Sneijder ha tenido demasiados altibajos desde que precipitó su marginación en el Inter. No obstante, ambos rindieron un excelente torneo y fueron los máximos exponentes de la entrega y el sacrificio de una escuadra con muy pocos futbolistas consolidados internacionalmente.

La mayoría de sus integrantes son muy jóvenes y debutaron internacionalmente en el lapso comprendido entre la Eurocopa 2012 y este Mundial, o sea, de la mano de van Gaal. Este equipo fue escogido por él, diseñado por él y armado en torno a las fortalezas que él detectó en sus jugadores.

Quizás en una liga competitiva de 38 partidos este conjunto hubiera luchado para incluirse entre los cuatro primeros, pero un Mundial tiene sus especificidades y existen pocos técnicos en el mundo capaces de adaptarse tan bien a los requerimientos de una competición.

Van Gaal, -quieto en el banquillo junto a Danny Blind y Patrick Kluivert, muy seguro de que sus futbolistas siempre recibieron las instrucciones correctas-, limpió la deuda que tenía con su país luego de no conseguir la clasificación al Mundial de Corea y Japón.

Más allá de los títulos nacionales y continentales que ha conseguido con el Ajax, el Barcelona, el AZ Alkmaar y el Bayern, van Gaal siempre se ha caracterizado por imponer su idea y estar lo suficientemente convencido de conseguir su objetivo.

Un tipo autoritario y caprichoso, dirían algunos, que en su etapa en el Bayern empataba a un gol con el Eintracht Frankfurt como local, sacó a Luca Toni, mandó a Martín Demichelis a la cancha y situó a otro central, Daniel van Buyten como delantero centro y el belga le anotó el gol de la victoria. O que en el último minuto de la prórroga ante Costa Rica cambia a sus porteros y el reemplazante acaba atajando dos penales en la tanda.

Un viejo zorro, diríamos muchos, -de esos forjados en la Holanda de los 70's-, un eterno inconforme con su éxito que a sus casi 63 años se apresta a uno de las misiones más complejas de su carrera, asumir el banquillo ardiente del Manchester United.