|
Con el pasar de solo 48 horas, la NBA que conocíamos en la madrugada del viernes dejó de existir. Al amanecer del domingo, los Cleveland Cavaliers ahora son el equipo a vencer en la Conferencia Este, el Miami Heat hizo como el ave Phoenix, Phil Jackson se estableció como el "ejecutivo del año", y los Los Angeles Lakers, pues, se quedaron con Kobe Bryant. Y todo comenzó con el anuncio que nadie esperaba: LeBron James, después de cuatro años con un cargo de conciencia, decidió regresar a sus raíces y aceptar una oferta de dos años con los Cavaliers. De ahí, los dominós comenzaron a caer. Chris Bosh se quedó en Miami, Carmelo Anthony optó por quedarse en Nueva York y los Lakers perdieron quizás su más importante atractivo al perder en la lotería por LeBron y Melo – Pau Gasol optó por abrir un nuevo capítulo con los Chicago Bulls. Lo más interesante de todas las movidas de agentes libres – y las que quedan con los rumores que las acompañan – es que, casi en su totalidad, cambian un poco el balance competitivo hacia la Conferencia Este, la cual ha quedado rezagada en años recientes tras el dominio de franquicias como los San Antonio Spurs y el Oklahoma City Thunder. La destrucción del Heat que se contemplaba tras el anuncio de James no se dio. Pat Riley apretó las tuercas y al verse con más espacio bajo el tope salarial, retuvo a Bosh, seguramente retendrá a Dwyane Wade, tiene uno de los mejores talentos del sorteo en Shabazz Napier y ya está en conversaciones con Ray Allen y Udonis Haslem. Rumores ponen a Luol Deng llegando a Miami, y si Riley logra eso, el Heat, aunque perdió un gran activo, ganarían mayor balance. Sin embargo, el impacto mayor del fin de semana claramente está en la División Central de la Conferencia Este. El regreso de James a Cleveland, combinado con la selección de Andrew Wiggins y la adquisición de Brendan Haywood, le da a los Cavaliers la explosividad ofensiva que carecían al Andrew Bynum nunca dar pie con bola. Ahora faltaría ver si los Cavs deciden mover los $9.5 millones del salario de Anderson Varejao para firmar a Deng, o si en efecto, este acaba jugando con el Miami Heat. Para los Bulls, el atraer a Gasol es un éxito rotundo para llenar sus necesidades en la zona de la pintura, especialmente con el talento que tiene Gasol para pasar la bola. En los últimos cinco años, ningún ala-pívot tiene más asistencias en la NBA que Gasol, y combinado con Derrick Rose, convertirá a los Bulls en una máquina ágil en el juego de media cancha, creando oportunidades para anotar para Taj Gibson y Joakim Noah. La gran variable será qué harán los Indiana Pacers con el actual impasse que tienen con Lance Stephenson. Stephenson tiene sobre la mesa una oferta de cuatro años y $44 millones para quedarse en Indiana, pero, según informes, está buscando más compensación que los Pacers no pueden acomodar bajo el tope salarial. Paul George fue el último Pacer en salir hablando en público pidiendo a Stephen que regrese. Sin Stephenson, los Pacers perderían una de sus principales armas. Mientras tanto en Nueva York, Phil Jackson volvió a demostrar que hay pocos ejecutivos en el baloncesto de la NBA que pueden atraer talento solamente por el hecho de ser. A Jackson se le da el crédito, junto con un masivo contrato, de convencer a Anthony de quedarse. El problema con los Knicks, sin embargo, es que salvo a retener a Melo, no han hecho mucho para añadir piezas, aunque la adquisición de Jose Calderón sea una leve mejoría en el manejo del balón. Y eso nos lleva a hablar de los Lakers, quienes se han quedado sin la soga y sin la cabra. La gerencia de los Lakers hizo alardes de su búsqueda por firmar a James, Anthony y retener a Gasol, solo para quedarse con Jeremy Lin. Y eso deja mucho que decir sobre la caída de los Lakers, quienes habían construido su futuro alrededor de Bryant, pero que ahora resulta que nadie quiere jugar a su lado. En fin, fueron 48 horas de intriga que cambiaron el panorama totalmente en la NBA. Vamos ahora a ver qué pasará en estas próximas semanas.
|
