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Festejos multitudinarios en el Obelisco y luego incidentes

La gente se concentró desde temprano para vivir la final del Mundial DYN

BUENOS AIRES -- Al menos una veintena de heridos, medio centenar de detenidos, saqueos y destrozos en comercios fue el saldo de los ataques de un grupo que participó de los multitudinarios festejos en la zona del Obelisco por el subcampeonato obtenido por la Selección en Mundial Brasil 2014.

La Guardia de Infantería de la Policía Federal reprimió los disturbios con gases lacrimógenos, balas de goma y camiones hidrantes, lo que generó que los agresores se replegaran sobre avenida Corrientes, Cerrito y Carlos Pellegrini, donde produjeron ataques y destrozos en bares, comercios, teatros y hasta sedes bancarias.

Al menos 15 efectivos resultaron heridos a causa de las botellas con palos y cascotes con que el grupo resistió el avance policial, mientras el número de lesionados entre los manifestantes ascendió a siete, según precisó alrededor de las 23 el titular del SAME, Alberto Crescenti.

La Guardia de Infantería y otros efectivos de la Policía Federal detuvieron a cerca de 40 manifestantes, que actuaron en su mayoría con capuchas y remeras en la cabeza para proteger sus rostros, armados con palos, botellas y piedras.

Los incidentes comenzaron poco antes de las 22 y hasta entonces, desde la finalización del partido entre Argentina y Alemania, una multitud festejó, aún cuando la Selección perdió el partido ante Alemania.

Los disturbios comenzaron cuando un grupo atacó un móvil televisivo de la señal TN, donde arrancó una de las antenas del techo, lo que generó que los trabajadores abandonaran el vehículo.

En tanto, los dos móviles del canal C5N fueron agredidos y obligados a replegarse, impidiendo el desarrollo de la transmisión en vivo desde el lugar de los incidentes.

Cuando las formaciones policiales comenzaron a avanzar por las adyacencias de la Plaza de la República, los manifestantes resistieron con palos, piedras y botellazos, lo que generó corridas desde Carlos Pellegrini hacia la calle Cerrito, por avenida Corrientes.

Los agresores rompieron baldosas de la Plaza de la República para atacar a los efectivos de la Policía Federal, que avanzaron con camiones y motos, mientras los gases lacrimógenos afectaron también a familias que estaban festejando sin ocasionar disturbios.

También se produjeron incendios en distintos puntos de las adyacencias del Obelisco, sobre todo de los tachos de basura dispuestos por el gobierno porteño, que lucieron incinerados y dados vuelta en gran número.

Luego de que la Guardia de Infantería despejara la zona del Obelisco, con camiones hidrantes y balas de goma, los manifestantes se replegaron sobre Corrientes y generaron destrozos en distintos locales comerciales, bares y hasta sedes bancarias, muchos de los cuales fueron saqueados.

El ingreso de un bar ubicado sobre Cerrito, debajo del hotel "NH Tango", fue violentado por los agresores, que sustrajeron bebidas alcohólicas y hasta una sombrilla, mientras otro grupo intentó romper las puertas de ingreso del Teatro Brodway, en la avenida Corrientes.

También hubo destrozos en las paradas del Metrobús, sobre la avenida 9 de Julio, en distintos comercios del microcentro y en algunas bocas de las estaciones del subte, donde los agresores se concentraron para resistir el avance policial.

Por su parte, la Policía Metropolitana llegó con decenas de móviles y efectivos recién pasadas las 23 y contribuyeron a dispersar a los últimos revoltosos.

A medianoche, los vándalos habían sido dispersados y se producían las últimas detenciones, mientras se estaba iniciando la recolección de la basura y los restos de los daños, dispersa en toda el área.

PRIMERO...LOS FESTEJOS...
Antes, una multitud de personas se concentró en el Obelisco porteño y alrededores pese a la derrota sufrida por el seleccionado argentino ante Alemania.

Si bien eran cientos los que habían decidido acercarse desde antes del partido a la zona del Obelisco para ver el cotejo en los distintos bares y restaurantes, tras la derrota de la Selección argentina, en vez de producirse una desconcentración, comenzaron a llegar miles de personas.

Pasadas las 21, la gente continuaba cantando, gritando y tocando las bocinas en ese tradicional lugar de la ciudad de Buenos Aires para festejar el subcampeonato alcanzado por el conjunto nacional.

Varias columnas de gente fueron llegando al Obelisco por la avenida Corrientes, Diagonal Norte y la calle Carlos Pellegrini, y además varios automovilistas tocaban bocinas en los alrededores.

Con banderas, gorros, bombos y otros elementos de diverso cotillón, la gente se mantenía en el Obelisco, donde una grupo de personas desplegó una gran bandera a su alrededor.

Una parte de la multitud ocupó más de siete cuadras por la avenida 9 de Julio, según pudo consignar DyN. También, columnas de gente se acercaron al centro porteño desde la zona sur y el barrio de Constitución.

La avenida Corrientes se colmó de gente también y el sector del Metrobus, que recorre la avenida 9 de Julio de norte a sur, fue además cortada por la gran cantidad de hinchas, por lo cual el sistema de ese servicio de transporte no funcionó.

Además, se tiraron algunos fuegos artificiales y otros artefactos de pirotecnia, mientras los asistentes cantaban y gritaba por el conjunto nacional que llegó a una final de un campeonato del mundo, luego de 24 años.

Mucha gente había llegado a la zona del Obelisco minutos antes del comienzo del partido, a pesar que no había una pantalla gigante para ver el cotejo que se jugó en el estadio Maracaná, de la ciudad de Río de Janeiro.
No faltaron tampoco los improvisados puestos de venta de choripan, hamburguesas y bebidas.

A esta oferta gastronómica callejera, se sumaron los vendedores ambulantes ofreciendo cornetas, camisetas y banderas.

Los bares, pizzerías y restaurantes de la zona, lucieron llenos de clientes que se apostaron ante los televisores, donde los hinchas vibraron con las jugadas de gol que tuvo la Selección, en los pies de Gonzalo Higuain, primero, y Lionel Messi, después.

Luego de que finalizara el partido, varios vecinos porteños y del conurbano, pese a la tristeza de la derrota, decidieron ir al Obelisco a cantar y flamear banderas.