Nicolás Baier 10y

La transformación de Argentina

RÍO DE JANEIRO (Enviado especial) -- Se invirtieron los papeles. Los trajess de héroes los lucieron los que habían sido resistidos, cuestionados, mirados de reojo.

En el último mes, los defensores de la Selección argentina le arrebataron el protagonismo a los delanteros que llegaban con mayor destaque en la marquesina y generaban la ilusión de levantar la tercera Copa del Mundo.

No es cuestión de buscar culpables. Al fin y al cabo, todos forman un equipo. La idea es simplemente marcar la diferencia de los rendimientos individuales, cuestión ostensiblemente visible durante la final ante Alemania.

Romero, Zabaleta, Demichelis Garay y Rojo conformaron un bloque sólido. Impidieron que Müller, Klose, Özil y compañía causen dolores de cabeza durante casi todo el partido. Fueron ayudados, obviamente, por el despliegue habitual de Mascherano y Biglia. Y la participación de Enzo Pérez. El mismo equilibrio que se había conseguido en cuartos ante Bélgica y en la semi frente a Holanda.

Con un Alemania dispuesto a tomar la iniciativa, la pelota y las riendas de la definición, estaba claro que Argentina iba a encontrar un resquicio para lastimar. Lo que no todos imaginaban era que las chances iban a ser tan claras.

A los 20 del 1º tiempo, Gonzalo Higuaín se encontró mano a mano con Neuer, después de un pésimo despejo de Kroos de cabeza hacia atrás. La definición de Pipita no fue mucho más estética. Y a los 7 minutos del suplementario, Rojo envió un centro por izquierda, Palacio controló con el pecho y no acertó al arco al definir por encima del arquero.

Hablando de la falta de acierto, la Albiceleste remató 10 veces en 120 minutos y apenas dos tiros fueron al arco, los intentos de Agüero y Biglia. Messi probó en cuatro ocasiones, pero nunca bajo los tres palos. El tiro libre que mandó a las nubes, en el último minuto del partido, fue el símbolo de su pobre final.

Con apenas el 40 por ciento del balón, si no aprovechás las que tenés… A siete minutos del cierre de la prórroga, llegó la distracción que costó el gol. No se pudo evitar el centro por izquierda y se perdió la marca de Götze, quien resolvió con jerarquía en el área. La pequeña mancha de una defensa que había brindado seguridad.

Los cambios tampoco funcionaron. Sorprendió la salida de Lavezzi en el entretiempo. El entrenador explicó que buscaba ser más incisivo. El Kun mostró otra vez poquito, como en los minutos que ingresó ante Holanda. Tampoco aportó Palacio, quien volvió a fallar una ocasión inmejorable, como contra Holanda, de cabeza.

Messi probablemente haya sentido las ausencias de Agüero y Di María en el tramo final del certamen. Eran sus socios. Componentes de los "4 Fantásticos". Lamentablemente, el trajín de la temporada les pasó factura y no llegaron a Brasil en óptimas condiciones.

Después de las primeras cuatro victorias, con bastante sufrimiento, el equipo se transformó. Pasó de apostar a sus figuras en ofensiva a conseguir el equilibrio que tanto anhela el entrenador. Fue ahí cuando los defensores se pusieron los trajes de héroes.

En la final quedó a la vista.

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