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Más y más cubanos en grandes ligas

MINNEAPOLIS -- Grabadora en mano, Aroldis Chapman fue más diligente que Yasiel Puig para conseguir la "entrevista".

Así fue la escena al final de la sesión de entrevistas con los jugadores del equipo de la Liga Nacional para el Juego de Estrellas, en la que dos de los cinco cubanos seleccionados se encontraron frente a frente.

Chapman, el relevista de los Rojos de Cincinnati, quería hacer de periodista. Puig, el jardinero de los Dodgers de Los Ángeles, le siguió la corriente.

"¿Qué se siente estar en un Juego de Estrellas?", preguntó Chapman. "Aquí hablando con un feo", respondió Puig, quien para la ocasión se cortó el pelo dejando la imagen de una estrella en el costado izquierdo.

Este lunes fue un día de reencuentros entre cubanos en Minneapolis, donde el martes se disputa el Juego de Estrellas.

"Como en los viejos tiempos en Cuba, con la selección", dijo Alexei Ramírez, el torpedero de los Medias Blancas de Chicago. "Estamos siempre alegres, haciendo fiesta, jugando dominó".

También estaban los jardineros Jose Abreu (Medias Blancas) y Yoenis Céspedes (Atléticos de Oakland).

"Salimos de un país en busca de hacer realidad el sueño de alcanzar el mejor béisbol. Hemos cumplido nuestras metas, aquí en un Juego de Estrellas", dijo Ramírez, quien en 2006 fue compañero de Chapman en el equipo nacional que en 2007 disputó los Juegos Panamericanos en Brasil. "Jugamos con todo el amor que tenemos".

Ramírez también evocó las veces que coincidió junto a Abreu y Céspedes en la versión cubana del Juego de Estrellas de la serie nacional.

"Un ambiente caliente, bien caliente, y muy emocionante", dijo Ramírez.

Con Chapman como la excepción, cuatro de los cinco cubanos convocados se bautizan en un Juego de Estrellas.

"Demostramos que, a pesar de que en Cuba jugamos un béisbol inferior a este, el cubano tiene la calidad para jugar en este nivel", dijo Céspedes, quien por segundo año seguido se consagró campeón del Derby de Jonrones. "El año pasado, fui sólo invitado al Derby. Fue una bonita experiencia, pero no me sentí igual, como uno más de los 'All-Stars'. Ahora me gané el derecho de estar aquí".

Los cinco son lo más destacados de una reciente oleada de peloteros cubanos que ha desertado de la isla, talentos que han dado la talla luego que sus equipos apostaron por sus servicios, pese a escasas referencias y tras organizar algunas cuantas prácticas frente a scout.

Este año, Cuba fue el tercer país con más jugadores en los rosters de los clubes, con 19. La cifra constituyó un récord y superó el previo de 15, fijado el año pasado.

Contratado por seis años y 68 millones de dólares, Abreu es candidato al Novato del Año de la Liga Americana en virtud de los 29 jonrones que lo tienen como líder del circuito en este momento. También marcha primero en slugging (.630) y figura tercero en impulsadas (73).

"Después de todo lo que hemos tenido que pasar, la vida nos ha dado esta oportunidad y se siente muy orgulloso al saber haberle aprovechado. Tenemos las cualidades necesarias para brillar", dijo Abreu.

De los cinco, Puig es tal vez el que más titulares ha generado por su desparpajo para jugar, como la manera provocativa en la que suelta el bate tras disparar un jonrón.

Puig reflexionó sobre que ahora es más consciente de que debe conducirse más sereno en el terreno: "Es un poco difícil, pero hay que hacerlo".

"Mejoro a cada rato, pero cada rato empeoro", dijo Puig, quien será el jardinero derecho titular de la Liga Nacional luego de una primera mitad en la cerró con promedio de .309, 27 dobles y 52 impulsadas. "Tengo que mejorar corriendo en las bases. No puedo hacer esas cosas en los playoff porque pueden decidir un juego".

"Los cubanos tratamos de dejar lo mejor de nosotros. Esto es que lo siempre hemos soñado, estar en un Juego de Estrellas en la Serie Mundial. Somos cinco los cubanos que estamos aquí y espero que sean más el próximo año", añadió Puig.

Es lo que también anhela ver Tony Oliva, el retirado jardinero cubano que se destacó con los Mellizos de Minnesota en los años 60 y 70.

"Cuando yo llegué en los 60, ya habían 30 jugadores cubanos en diferentes equipos. Con el tiempo, si hay relaciones entre los dos países y puedan venir aquí a Estados Unidos, ya verán mucho cubanos en Grandes Ligas", dijo Oliva.

"Desde Cuba, juegan un pelota bien agresiva, y eso es bueno", añadió.

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