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El Tour de France se ha vuelto una cacería por el italiano Nibali

La lucha entre los favoritos perdió a Alberto Contador (centro) y liberó presión a Vincenzo Nibali. Getty Images

BESANÇON -- El Tour de Francia de Froome y Contador se ha convertido, tras superar el ecuador, en una guerra de todos contra el italiano Vincenzo Nibali, convertido por gracia del abandono de sus principales rivales en el candidato favorito.

Cómodamente asentado en una ventaja de casi dos minutos y medio sobre el segundo, el maillot amarillo está al frente de un sólido equipo Astana, ha demostrado que es el más fuerte y asegura atravesar un momento de forma idóneo para lograr el triunfo.

Nibali se apunta, sin embargo, al tren de la prudencia, no deja que anide en su entorno la euforia y mira la segunda parte del Tour como un maratón de largo recorrido. No en vano, el arco del triunfo de París está a 1.879 kilómetros, faltan por subirse Alpes y Pirineos y una última contrarreloj de 54 kilómetros que no es su terreno favorito.

"Hay muchos rivales que también han llegado con ambición y que son peligrosos. No hay que subestimar a nadie", asegura el ciclista del Astana, que llegó a este Tour algo molesto porque nadie le consideraba candidato y que ahora que todos le citan como favorito huye de ese papel.

Por delante quedan dos llegadas en alto en Alpes y otras dos en Pirineos, además de una etapa de alta montaña en este último macizo. La montaña en este Tour se acaba en el Hautacam, el único puerto que acierta a citar el italiano cuando le preguntan por sus citas más complicadas.

Más claro lo tiene Nibali cuando se trata de desgranar a sus rivales: el australiano Richie Porte y el español Alejandro Valverde, a los que ve con un cuchillo entre los dientes dispuestos a atacarle en cuanto la oportunidad se les presente.

"Hay que atacar, está claro, pero no de cualquier manera ni en cualquier sitio. Habrá que atacar en el lugar y momento oportuno para tratar de hacer daño a los rivales", afirma el español, que está a 2.47 y que, sin renunciar al triunfo final, reconoce que su objetivo es subir al podio de París.

"Nibali está muy fuerte pero está claro que no es imbatible. Hasta ahora el tiempo le ha venido de cine porque se desenvuelve bien con la lluvia. El calor parece que va a llegar y eso a mí me vendrá mejor", aseguró el líder del Movistar, cuarto de la pasada edición.

El vencedor de la Vuelta a España de 2009 tiene colgado el sambenito de que en las carreras de tres semanas siempre tiene un día malo, como el año pasado en Saint-Armand-Montrond, donde fue víctima de los abanicos y abandonó toda opción de ganar el Tour. Aunque se quedó a las puertas del podio.

"Espero que ese día malo esté ya detrás, que fuera el de los 'pavés'", señala el murciano.

El australiano Porte se ha visto en el centro de la noticia tras la retirada de Chris Froome. De gregario de lujo ha pasado a jefe de filas de la formación Sky, una de las más importantes del pelotón. Un papel que el ciclista ha asumido sin complejos.

"Nadie es imbatible. Hay que atacar a Nibali, correr de manera agresiva, nosotros y el Movistar sobre todo, tomar el mando de la carrera", afirma el australiano.

El ciclista del Sky sabe que el italiano es "el hombre a batir", pero está convencido de tener "sus bazas" y de que en una carrera como el Tour "todo puede cambiar".

Ahora mismo es el principal rival de Nibali, pero la incógnita será conocer cómo aguanta la presión de una carrera de tres semanas, en la que nunca ha sido jefe de filas.

Su mejor clasificación en una grande es el séptimo puesto que tuvo en el Giro de 2010, cuando además fue el mejor joven.

Pero Nibali recordó su potencial contra el reloj y también en montaña, que puso de manifiesto como gregario de Froome en el Tour del año pasado. "Cuando ponía un tren, pocos seguían su rueda", advirtió el italiano.

El "Tiburón" también alertó del "buen momento" que atraviesa "un grupo de jóvenes ciclistas franceses".

Romain Bardet es cuarto y mejor joven, Tony Gallopin, que vistió el maillot amarillo una jornada, es quinto y Thibaut Pinot, un escalador temible, sexto.

"Cometería un error si les olvidara. Creo que ya lo hice el año pasado en la Vuelta con (Chris) Horner y no quiero que me vuelva a pasar", indica.