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Wade le da esperanza al Heat

LeBron James ha abdicado su trono en Miami para regresar a su Cleveland natal, y eso significa que Dwyane Wade volverá a ser el dueño de todos los corazones de Miami. En realidad él nunca dejó de serlo, de ser el nombre principalmente asociado con una franquicia que ganó tres títulos con él y ninguno sin él en sus 26 años de existencia, y hoy más que nunca el Miami Heat necesita de su ayuda.

La ida de LeBron dejó un hueco enorme en el conjunto de Erik Spoelstra, pero 2/3 del Súper Trio sigue intacto y Wade es el principal encargado de que Miami siga siendo relevante en la NBA. Chris Bosh será el que tiene el contrato más lucrativo del equipo por cinco años y 118 millones de dólares, pero no es el líder que Wade sí es dentro y fuera de la cancha.

Wade llegó al Heat en junio del 2003 como la quinta selección del Draft de la NBA proveniente de la Universidad de Marquette, pero su perfil era mucho más bajo que la primera selección de los Cleveland Cavaliers en ese mismo draft, el jugador de la década, LeBron James, proveniente de la preparatoria.

La obsesión de Wade en ese entonces no solo era colectiva, sino que también era individual: Superar a LeBron, llevar al Heat a la cima superando a los Cavaliers y acallar a aquellos que se atrevieron a subestimarlo. Once años después, la NBA se encuentra frente al mismo escenario, frente al deja vu más extraño.

El ¨Flash¨ del 2014 no es el del 2003. Los años le han otorgado experiencia y éxitos, pero también le han quitado salud con unas rodillas maltrechas y un cuerpo golpeado que ya no se puede dar el lujo de caer estrepitosamente al suelo cada vez que ataca el aro, pero eso no quiere decir que él se haya vuelto irrelevante o que esté roto como muchos creen.

Primero que nada, la experiencia obtenida a través de los años le ha permitido a Wade conocer cuales son sus principales fortalezas y debilidades. Su principal fortaleza es atacar el aro, algo que ningún escolta o base hace con más precisión que el número 3 del Heat.

Quizás Wade no pueda ser tan agresivo a los 32 años (33 a partir del 17 de enero) como lo era en su plenitud a los 26, pero es por eso que otro aspecto de su juego cobra importancia: El tiro con salto desde distancia intermedia.

Michael Jordan le agregó años a su carrera con un gran tiro con salto (no hace falta recordarle a nadie su canasta ganadora en las Finales de la NBA de 1998 contra el Jazz), mientras que Allen Iverson (un jugador muy parecido a Wade) dejó de ser productivo en la NBA a los 34 al no poder adaptar esa faceta consistentemente a su juego.

El contrato de Wade con el Heat es por dos años, o sea hasta los 35, y la campaña pasada nos dio un indicio de que él es capaz de adaptarse a las circunstancias con un 54,5 por ciento de efectividad en tiros de campo. Eso sí, ese porcentaje tan alto también se debía en parte a que LeBron se llevaba gran parte de la atención de la defensa contraria y ahora ese será el deber de Bosh en el poste bajo.

La principal debilidad de Wade es su inexplicable capacidad para encestar triples, y el lo sabe mejor que nadie. Por algo él solo intento nueve tiros desde larga distancia en 58 juegos y solo Shaun Livingston intentó menos (seis) entre bases y escoltas con al menos 50 partidos disputados.

Eso no está por cambiar, es ilógico esperar que Wade se vuelva Mike Miller tras 12 años en la liga.

Su otro punto débil es su físico, más específicamente sus rodillas, pero lo que la gente no entiende es que Wade no jugó 24 partidos la temporada pasada por un plan premeditado del cuerpo técnico de prevención física, no por lesiones repetidas.

Probablemente Wade no juegue todos los 82 partidos de la temporada regular, nunca jugó más de 79 en su carrera y no va a empezar a quebrar esa marca ahora, pero si se mantiene entero no es ilógico pensar que podría decir presente en 70.

Wade también será un gran mentor para el base novato Shabazz Napier. Wade piensa mucho en su legado y Napier cuenta con características similares a él con ese carácter desafiante y la voluntad para atacar el aro sin miedo. Además, un Napier productivo en ataque le quitaría presión a Wade cuando Bosh no esté en la cancha.

El Heat no será candidato a llegar a las Finales, al menos no por ahora, pero mientras Wade siga siendo el corazón del equipo entonces eliminar a Miami nunca será tarea fácil.