<
>

Peyton Manning inició preparación para el 2014 con severa autocrítica

Peyton Manning todavía no olvida lo sucedido la noche del 2 de febrero del 2014 en East Rutherford. Getty Images

ENGLEWOOD -- Cuando los Denver Broncos lograron desenterrarse de las ruinas tras la apabullante derrota ante los Seattle Seahawks en el Super Bowl XLVIII, después de haber lidiado con toda la emoción de una paliza transmitida globalmente, se quedaron con un pensamiento desconcertante.

¿Ahora qué?

¿Cómo mejoras a un mariscal de campo cinco veces Jugador Más Valioso que acaba de pilotear a la ofensiva más anotadora en la historia de la NFL y que lanzó para más yardas y touchdowns en una temporada que cualquier otro pasador? ¿Qué se le dice a un jugador que pasó de una cirugía de fusión vertebral que puso en riesgo su carrera, hasta colocarse a distancia de tiro de piedra de todos los récords significativos por aire en un lapso de 28 meses?

¿Cómo se la da reinicio al juego de un competidor legendario que viene de la decepción más épica de su carrera?

Así es cómo:

Se diseccionan todas las partes de la campaña del 2013 para ver qué funcionó, qué no funcionó, y dónde se tomaron las decisiones buenas y malas. Te preparas para ganar el último encuentro de la campaña del 2014 y observas a Peyton Manning levantar el Trofeo Lombardi bajo una lluvia de confeti azul y naranja.

"El primer día de regreso al edificio, observamos el Super Bowl", dijo el entrenador de mariscales de campo de los Broncos, Greg Knapp. "Le dije el día después del partido que lo veríamos en cuanto regresáramos, pero no de inmediato, sino el primer día que volviera, y que lo observaríamos sin la emoción de lo recién ocurrido. Y ese fue el primer paso".

Se trata de una tarde más sin nubes --la hora del almuerzo-- en el "Front Range", y mientras se escuchan los estridentes ruidos de los martillos neumáticos que trabajan como parte de una renovación de 35 millones de dólares a las instalaciones de los Denver Broncos, dos jugadores se quedan después de las prácticas en el campo de entrenamiento.

Las actividades organizadas del equipo han concluido por el día, pero para sorpresa de nadie, Peyton Manning se queda tiempo adicional para servir como tutor a un compañero de equipo nuevo. El receptor abierto recién firmado, Emmanuel Sanders, corre campo arriba, realiza cortes, trota de regreso y vuelve a comenzar. Es solamente una en el vasto libro de jugadas del equipo, y el proceso de aclimatación está haciendo girar su cabeza.

Manning está en su elemento ayudando a Sanders a ponerse al corriente. Quedarse tarde y hacer todas las cosas pequeñas que, según Manning, "se te pueden escapar si no te mantienes sobre ellas'' es el procedimiento estándar para el N° 18. Muchos jugadores se cansas de los detalles conforme pasan los años, pero aquellos que conocen a Manning dicen que son tan importantes para él como su deseo de seguir practicando este juego.

"En cuanto ya no tenga ganas de quedarme con Emmanuel después [de la práctica], revisar algunas señales y algunas jugadas, entonces sentiré que probablemente sea el fin", admitió Manning. "Probablemente te tienes que ir en ese punto".

El coordinador ofensivo de los Broncos, Adam Gase, ve a Sanders escuchando y asintiendo con la cabeza mientras Manning corta el aire con las manos para mostrar a su nuevo compañero dónde hacer el mejor movimiento. Gase escucha a Manning explicar a Sanders cómo una variedad de defensivos reaccionarán a cada acción. Gase los observa ejecutar la jugada, ejecutarla de nuevo, y de nuevo.

"La gente pregunta todo el tiempo cómo es que superas lo del año pasado, el Super Bowl", dijo Gase. "Van a preguntarle todo el tiempo. Pero así es cómo. Así es él. Nadie a su alrededor, simplemente de vuelta al trabajo".

Abrir las heridas del Super Bowl fue apenas el primer paso de una completa deconstrucción de la temporada pasada: un análisis pase por pase de Manning a Manning. Para una de las mentes más meticulosas del juego, fue el principio de semanas y meses estudiando no solamente a la defensiva oponente, sino a sí mismo.

Manning juzgó sus decisiones, trabajo de pies y mecánica de lanzamiento un pase a la vez. Lo hizo no desde la postura confiada de un jugador que lo ha hecho casi todo en el juego, sino como alguien que sigue sin sentir temor a descubrir sus propios errores.

Manning se puso a sí mismo bajo el microscopio.

"Si alguna vez sientes que no es importante --como, 'Ey, no necesito observar la temporada pasada; sé lo que hicimos; sé lo que hice mal'-- no, no lo sabes", expresó Manning. "Necesitas verlo. Observa las jugadas malas. No es divertido observar jugadas malas, sentarte allí y decir, 'Esa fue una mala decisión', y 'Esa fue una muy mala decisión', y 'Lectura horrible'... No importa cuán viejo seas, necesitas meterte en eso, prepararte para ser criticado de un modo constructivo y aprender a crecer de los errores todos los años".

Manning hizo su acostumbrada revisión a cada pase que lanzó: 659 en la temporada regular y 128 más en los playoffs. Calificó la llamada de jugada, la progresión y la defensiva, determinando en última instancia si la decisión tomada sobre el campo fue la correcta. Manning, al parecer, nunca deja de cargar datos al repleto disco duro que tiene entre las orejas. "A veces no puedo recordar si revisé la puerta de mi casa para saber si estaba cerrada o no", dijo. "Pero puedo recordar una ruta por las costuras de Marvin Harrison en 1999".

Todos los mariscales de campo revisan jugadas con sus entrenadores de alguna manera. Los mejores son los que realmente se meten en ello. Pero pocos, si es que los hay, se clavan a diseccionar cada parte de su trabajo como lo hace Manning. Aunque sin lugar a dudas va a ingresar al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional en su primer año de elegibilidad algún día, sigue dispuesto a despedazar su actuación hasta la raíz.

Al principio de la carrera de Manning, hizo instalar un sistema de video digital de última generación en su casa para poder estudiar cintas en cualquier momento, ya sea durante la temporada o en el receso de la misma. Todavía cuenta con esos aparatos electrónicos en su hogar de Colorado, pero ahora ha optado por la movilidad, también. Con iPad en mano, puede estudiar las jugadas tan pronto como el equipo de multimedia de los Broncos le entrega las jugadas que ha solicitado.

La tableta es su acompañante constante, escondida bajo el brazo a lo largo del día, ya sea que se encuentre en su casillero, sentado en la tina helada, o recibiendo tratamiento físico. Cuando se dirige a su automóvil al final del día, va guardada en su infaltable mochila.

"Con eso, realmente puedes echar un vistazo rápido a algo, casi tan rápido como lo piensas", ofreció Manning. "Con el nuevo sistema... los chicos lo arman y puedes bajar cualquier cosa".

Los empleados de los Broncos dividieron videos en categorías para Manning esta temporada baja. Estudió pases de touchdown en un grupo, y pases interceptados en otro. Manning se reunió por las mañanas con Knapp para revisar jugadas y, cuando era necesario, encontrar equilibrio entre lo que debió hacer y lo que hizo.

"Siempre te va a decir si piensa que pudo haber hecho algo diferente", señaló Demaryius Thomas, el líder receptor de los Broncos en cada una de las dos temporadas pasadas. "No tiene miedo de simplemente decirlo... Cuando hay tipos como Peyton que se responsabilizan tanto de lo que hacen, tú debes responsabilizarte por lo que haces. No lo puedes evitar. Es Peyton el que lo hace. ¿Cómo vas a agachar la cabeza y no admitir lo que hiciste?".

Manning evaluó una categoría adicional de jugadas esta primavera, una que denominó "los touchdowns perdidos". Incluso después de tirar 55 envíos de touchdown, Manning estaba obstinado en encontrar los que se le escaparon. Esas jugadas incluyeron pases dejados caer, rutas y asignaciones equivocadas, pases imperfectos y receptores descubiertos que no fueron detectados.

"Ese fue uno que él deseaba ver. Tuvo una buena idea en el sentido de juntar uno así", confesó Knapp. "Pero es un evaluador muy justo... será el primero en una reunión con el grupo en decir, 'Ese fue mi error'. No va a encubrir algo que haya hecho. Si siente que fue la decisión acertada, dejará que todos los sepan, también. Pero eso sólo funciona por el modo en que trabaja y lo que sabe".

Según Gase, "No estoy seguro de que hayan existido muchos tipos que hayan hecho lo que él ha hecho y que estudian las cosas con tanto detalle. No tiene miedo de meterse allí".

Una colección final de jugadas está compuesta por los errores que no le costaron a Manning, pases que debieron ser interceptados.

"Ese, de hecho es un video humillante: un tipo la deja caer de las manos, tomas una mala decisión en alguna parte", expresó Manning. "Debes ser autocrítico ahí. Pienso que lo que no puedes hacer, no puedes creer que todo está mal. Observas las cosas y dices, 'Ey, esa fue una buena jugada, vamos a seguir haciendo eso'. No puedes creer que todo es malo, todos son errores, o sales de allí simplemente acabándote a ti mismo".

Ahora que Manning se aproxima a los 40, con cuatro cirugías de cuello en el espejo retrovisor, existe la pregunta de cuánto tiempo va a jugar. Manning siempre lo ha caracterizado como un acuerdo "año por año", y al final de cada temporada evalúa no solamente su estado físico, sino también su disposición para clavarse de vuelta en la tortuosa revisión de video, su disposición a mantenerse conectado, a seguirse empujando para buscar más. Después de todos los años de video que ha observado, medirá su deseo de seguir buscando algo mejor.

"Pienso que debes seguir estimulado en este punto en tu carrera si vas a seguir compitiendo al nivel que deseas", sentenció Manning. "Pero un nuevo receptor, nuevas jugadas, eso te mantiene conectado, y tienes a Adam, quien es un coordinador innovador y tiene algunas ideas nuevas. Más te vale estar comprometido".

Los receptores de los Broncos dicen que Manning tuvo un poco más de potencia en sus pases este año, algo que los médicos dijeron sería posible después de que los nervios en su brazo derecho siguieran sanando después de la cirugía de fusión vertebral.

Así que con los trabajadores observando desde el techo metálico del nuevo complejo de entrenamiento de los Broncos mientras una grúa lentamente elevaba una pieza más para la estructura, Sanders clavó su pie derecho en el pasto, y realizó un corte preciso para colocarse en el lugar exacto donde Manning lo quería. El balón arribó tan pronto Sanders volteó para buscarlo.

Esa fue la que ambos jugadores deseaban.

Con un gesto de aprobación, pusieron fin al día y caminaron de regreso al vestidor, aún mientras las manos de Manning seguían cortando el aire para dibujar la ecuación entre el balón, el defensivo y el receptor.

"Es el cielo de los receptores abiertos", dijo Sanders. "Pero no es gratuito. Atraviesas esa puerta, y lo sabes. Con todo lo que [Manning] ha hecho aquí, él probablemente podría retroceder y seguir siendo grande. Pero lo observas trabajar, especialmente en los pequeños detalles, y comprendes lo duro que se califica a sí mismo".

¿Cuánto más puedes esperar los Broncos que dure la era Manning? La respuesta, como mucho del éxito de Manning, está en el proceso.

"Te gusta ver algo en lo que trabajaste ahora, en mayo y en junio, pagar dividendos en un partido", dijo Manning. "Lo vale, ese tiempo extra. El tipo corre la ruta justo como lo platicaron, y obtienes la jugada grande. Esas cosas te mantienen enchufado.

"Y siento que cuando ya no quiera hacer esas cosas, entonces en ese momento sabré".