BUENOS AIRES - Buenos Aires es una ciudad sorprendente, por momentos te atrapa en ciertos barrios y no te deja salir. Eso me pasó hace un par de días. Me perdí en las calles del barrrio de Barracas. Había una autopista, un gran supermercado mayorista. Las calles tenían nombres desconocidos y me sentí perdido. Eran las nueve de la noche, hacía frio.
De pronto vi la luz de un bar. En una esquina arrabalera, canchengue. Soñé que estaba en otro tiempo, en otras décadas pasadas. El bar era una especie de gran bodegón, donde muchos hombres comían con hambre. Salvajemente mientras miraban la televisión y hablaban de fútbol.
En las paredes había banderines de todos los equipos del mundo. El mozo de barra, tenía la cara llena de arrugas, era alto, sus manos gigantes. Parecía un hombre de otro tiempo.
Dos hombres de gamulán fumaban y hablaban a los gritos. Un gran plato de locro humeaba formando grandes círculos olorosos en el techo. El ventilador de techo los mordía.
Asustado, me senté en un rincón, una mesa vacía de madera que cloqueaba.
- El tano Marzolini se tiene que tirar más atrás para que no lo apure Alonso ni el pelado Morete.
- ¿Te parece, Amílcar Gutiérrez?
- Los monstruos de la máquina no dan pie con bola.
Los hombres hablaban de jugadores de otra época, como si Riquelme no existiera. Me acerqué y les pregunté.
- ¿Qué opinan de Riquelme que se fue a jugar a Argentinos Juniors?
Los hombres de otro tiempo me miraron mal, como diciendo ¿y éste de dónde salió? Conocían bien a Riquelme.
- Pibe, nosotros nos quedamos en otro tiempo, precisamente porque no soportamos al fútbol actual- me dijo Amílcar.
Uno de sus amigos, sentado en la misma mesa, con una ginebra me encaró y me dijo.
- Riquelme vuelve a sus bases. Comenzó en Argentinos Juniors y quiere terminar su carrera en el mismo equipo. Me parece excelente.
- No sé, creemos que hay algo con los dirigentes ahí. Algo escondido, tal vez político o puro ego.
- Es probable, además, que Riquelme quiera jugar en Argentinos Juniors...
Decidí no hablar más. Me quedé pensando en la opinión de estos hinchas añejos. Ellos vieron jugar a otro tipo de jugadores en sus vidas. Y Riquelme no les caía tan bien. Sin embargo, valoraban sus decisiones fuera de la cancha. Me pareció extraño.
A Riquelme, según mi opinión, en Boca lo tenían entre almohadones, podía hacer lo que quisiera, como bien decía: "Boca es el patio de la casa". Contradictoriamente todo se terminó. Riquelme terminará su carrera en Argentinos Juniors. Jugará un torneo duro, competitivo, muy peleador. Un torneo que dura un año, algo que Riquelme no vive desde hace tiempo.
Es un nuevo desafío, en Boca Juniors ganó todo. Ahora comienza un nuevo ciclo en otro club. ¿Podrá? ¿Volverá a Primera con los de La Paternal? Quién sabe. Tal vez, Juan Román Riquelme tenga su resurrección.