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El dueño de casa

BUENOS AIRES -- Mercedes, se ha dicho en este rincón, es problema y solución en la Fórmula Uno de estos días. Su dominante posición en el Mundial, sin que importe la pista ni el estado del tiempo, los neumáticos o la estrategia de carrera, con o sin suspensiones interconectadas, le permite dominar las carreras a gusto. A menudo el atractivo está reducido a la lucha aún abierta, permanente, a veces rastrera, entre sus pilotos Nico Rosberg y Lewis Hamilton. En otras ocasiones, como en el Gran Premio de Alemania, esta vez en Hockenheimring, las vicisitudes de uno que lo obligaron a barajar y dar de nuevo condimentaron la carrera al punto de que durante todo el recorrido atrajo más lo que pasó detrás del líder.

Ocurrió en Hockenheimring lo que jamás había sucedido desde que la Fórmula Uno tiene formato de Campeonato Mundial: que un alemán ganara el Gran Premio de su país al mando de una marca alemana. Porque aunque la escudería Mercedes, como el 80% de los equipos, tiene sede en Inglaterra, su etiqueta alemana es indiscutible. Y aunque Rosberg sea hijo de un sueco nacionalizado finlandés y haya crecido en Mónaco, él se siente genuinamente alemán.

El puntero del campeonato cerró en casa una semana inolvidable. Después de haber celebrado como hincha la consagración de Alemania como tetracampeón mundial de fútbol en Brasil 2014, Rosberg firmó una extensión de su contrato con Mercedes -se cree que a cambio de 75 millones de dólares- por al menos otros tres años, se casó con Vivian Sibold y ganó en Hockenheimring donde salió desde la pole position.

Rosberg no tuvo sobresaltos para lograr la séptima victoria de su campaña, cuarta de la temporada. Desde la pole construyó un liderazgo que manejó a discreción. Y si llegó a preocuparse por el súbito despiste de su compatriota Adrian Sutil, cuyo Sauber quedó atravesado en medio de la recta principal lo que parecía motivo suficiente para una neutralización, los comisarios le echaron una mano -¿desinteresada?- dejándolo correr sin intervención del auto de seguridad. A esa altura de la carrera, Hamilton ya estaba tercero y amenazaba a Valtteri Bottas por el segundo lugar. Si el pace car hubiese licuado las diferencias, el inglés Hamilton hubiera tenido oportunidad de luchar incluso por el triunfo.

Las posibilidades de Hamilton habían quedado hipotecadas durante la clasificación, cuando sufrió un despiste a 250 km/h por culpa de la rotura del disco de freno de la rueda delantera derecha. El inglés había elegido el viernes usar los provistos por Brembo, reforzados después de varias fallas en distintos equipos este año. Como siempre, los pilotos de Mercedes probaron distintos compuestos de frenos. Hamilton se sintió más a gusto con los discos Brembo al tiempo que a su compañero Rosberg le sentaron mejor los provistos por Carbon Industrie. Al cabo del golpazo de casi 30G dentro del Motódromo, y de la clasificación, Hamilton había quedado 16º. Ganó un sitio por la sanción que desde Silverstone pesaba sobre Esteban Gutiérrez, pero perdió cinco porque los arreglos al Mercedes incluyeron el cambio de la caja. Al final, partió 20º.

La remontada de Hamilton, que protagonizó buenas maniobras de sobrepaso, encarando a dos pilotos por intento, y una cerrada lucha con su excompañero Jenson Button, roce incluido que rompió el alerón delantero del Mercedes, fue el atractivo principal de la décima fecha. El campeón 2008 puso de manifiesto su talento y a la vez, la superioridad del W05. Si hasta paró tres veces en boxes, luego de haber salido con gomas blandas. Hamilton cambió neumáticos por primera vez en el 26º giro -volvió a poner blandas- y dejó las súper blandas -menos duraderas- para la 42ª y 50ª vueltas. Con caucho más fresco, el inglés terminó acosando a Bottas. Sin embargo, el finlandés resistió con el resto que les quedaba a sus gomas blandas que hizo durar ¡27 vueltas! Bottas subió al podio por tercera carrera seguida y Williams, por 300ª ocasión en su rica historia.

Lejos de cualquier lucha por el podio, el tetracampeón Sebastian Vettel terminó delante de su compañero Daniel Ricciardo, quien al final no pudo mantener detrás a Fernando Alonso. Mientras Williams ha mostrado su evolución y Red Bull ganó en confiabilidad a la vez que se arrimó a tiempos competitivos, Ferrari no sale de la nebulosa. Alonso terminó a más de 50 segundos del líder y Kimi Räikkönen ni siquiera anotó, llegó detrás del mexicano Sergio Pérez. Fueron apenas partenaires en la fiesta en la casa de Mercedes.