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¿Ficción o verdad? Vuelta de Hornets

En 2002, los Hornets se mudaron a Nueva Orleans y Charlotte recibió, en 2003, un nuevo equipo como compensación de parte de la NBA, los Bobcats. AP Photo/Chuck Burton

Los Charlotte Hornets de hoy en día no son los Charlotte Hornets de tu papá, y eso no es solo porque por primera vez en mucho tiempo ellos pueden ilusionarse con ser candidatos en la Conferencia Este esta temporada. No, eso se debe a que los Charlotte Hornets originales actualmente están en Nueva Orleans, aunque la NBA diga lo contrario.

¿Confundido? No te culpo, pero sigue la corriente de la siguiente explicación y te prometo que todo tendrá sentido.

Los Hornets originales fueron fundados en 1985 y fueron bastante mediocres hasta 2002, y ese año para colmo los Hornets se mudaron a Nueva Orleans. Charlotte recibió un nuevo equipo como compensación de parte de la NBA en 2003, los Bobcats.

Los Bobcats eran pésimos y Nueva Orleans, por su parte, se cansó de su propia mediocridad, así que volvió a cambiar su nombre a los Pelicans la temporada pasada. Eso le permitió a Charlotte recuperar el nombre y la historia previamente perdida de los Hornets "originales" desde 1988 hasta 2002, mientras que Nueva Orleans cuenta con la historia del equipo de 2003 hasta 2013.

Básicamente, todo esto sucedió como una maniobra de parte del dueño de los Bobcats Hornets, Michael Jordan, cuyo objetivo era vender el concepto más barato y permeable de todos en el deporte: La esperanza.

La esperanza es lo último que se pierde, ¿vieron?, y el cambio de nombre significa que los Bobcats perdieron 4-0 en la serie de la primera ronda de los playoffs contra Miami, los Hornets no. Los Hornets evocan a cracks del pasado como Glen Rice, Alonzo Mourning y Baron Davis, mientras que el símbolo de los Bobcats es… Josh McRoberts.

McRoberts fue el mejor jugador de los Bobcats la temporada pasada como un ala pivot polifuncional, pero él se fue al Miami Heat por cuatro años y 23 millones de razones, así que los Hornets seleccionaron a Noah Vonleh como su sucesor con la novena selección del Draft de este año.

Vonleh es un jugador prometedor al que muchos comparan con otro ex Hornet como Jamal Mashburn, pero Vonleh solo jugó un año en la Universidad de Indiana y cumplirá apenas 19 años el 24 de agosto. O sea, es dudoso que él pueda contribuir de inmediato a menos que sea el próximo LeBron James.

Sin embargo, Vonleh podría llegar a ser titular más temprano que tarde considerando que Cody Zeller, quien no impresionó para nada como novato la temporada pasada con seis puntos, 4.3 rebotes y 0.5 bloqueos por partido.

La otra gran incorporación de los Hornets fue Lance Stephenson, un escolta irracional que se cree que es el Dwyane Wade de 2005, una estrella de 23 años en ascenso, pero que en realidad es como una mezcla de Jason Terry y Dennis Rodman, un jugador con dotes ofensivos notables que a la vez está un poquito loco y le sopla en la oreja a los rivales.

El que Stephenson haya sido líder de la liga en triple-dobles con cinco en total durante la pasada temporada regular significa que él es uno de los jugadores más versátiles, pero ser versátil no significa marcar la diferencia si no logras utilizar esa energía y polifuncionalidad de la manera más indicada.

Rodman y Terry encajaban como piezas complementarias de Michael Jordan y Dirk Nowitzki, y eso estaría bien si Stephenson aceptara ese rol, pero el ex escolta de los Indiana Pacers llega con su contrato por tres años y 27 millones de dólares en mano diseñado para que él demuestre, en un futuro cercano, que vale uno por cinco años y más de 100 millones como Chris Bosh, como Carmelo Anthony, como las verdaderas estrellas.

Esa percepción de sí mismo podría llegar a crearle dolores de cabeza a su entrenador Monty Williams y a Al Jefferson, la verdadera figura del equipo.

Jefferson llegó a Charlotte proveniente de Utah la temporada pasada y estuvo a la altura de las circunstancias como referente, promediando 21.8 puntos y 10.3 rebotes en 73 partidos en la temporada regular. "Big Al" también promedió 18.7 puntos y 9.3 rebotes por partido con un pie básicamente roto.

Luego está Kemba Walker, el talentoso base que parece estar listo para dar el salto de calidad en su cuarto año y podría llegar a ser el segundo mejor jugador de Charlotte, ya que él promedió la mayor cantidad de puntos (17.7), asistencias (6.1) y minutos en cancha (35.8) durante la campaña 2013-14.

Entonces, repasemos: cambio de nombre, cambio de identidad, cambio de jugadores, ¿cambio de suerte? Posiblemente.

La Conferencia Este es tan balanceada tras la ida de LeBron James a Cleveland (otro tema para otra columna) que no hay ningún cuco al que temer. Eso significa que los Hornets podrían llegar a dar otro paso adelante y ser uno de los cuatro mejores equipos del Este si todo sale de acuerdo a la visión de Jordan.

También podría ser que Stephenson no logre adaptarse a su nuevo equipo, que las lesiones vuelvan a plagar a un grandote como Jefferson, que Vonleh no sea el jugador que todos esperaban y que Charlotte termine la temporada regular 35-47.

Para qué ser pesimistas en julio igual, todavía falta para que siquiera arranque la pretemporada. La esperanza es lo último que se pierde, ¿verdad?