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Cavs deben meditar canje de Wiggins

Los Cleveland Cavaliers no deberían canjear a Andrew Wiggins por Kevin Love, así de simple.

Mientras que en Cleveland están tan emocionados con el regreso de LeBron James a casa, ellos corren el riesgo de olvidarse qué es lo mejor para el equipo a largo plazo en busca del primer título de la NBA en la historia de la franquicia, un objetivo a corto plazo que no está ni remotamente garantizado y que en teoría sólo se potenciaría esta temporada a costa de prescindir de Wiggins, la primera selección del draft de este año.

Wiggins es un jugador sumamente prometedor a sus 19 años, parecido a lo que Kevin Durant, proveniente de la Universidad de Texas en el 2007, y su techo es altísimo como potencial pilar de la franquicia a futuro. Sin embargo, el problema es que sus tiempos de maduración y desarrollo basquetbolístico podrían no coincidir con la ambición de un LeBron que cumplirá 30 años en diciembre.

Kevin Love, por otro lado, es un jugador consolidado, a sus casi 26 años promedió 26.1 puntos y 12.5 rebotes por partido para los Minnesota Timberwolves la temporada pasada. Ah, por cierto, también ha disputado la misma cantidad de juegos de polayoffs que Wiggins en seis temporadas con los Wolves: Cero.

LeBron quiere jugar con Love, pero que LeBron pretenda obtener algo no quiere decir que su voz sea un mandato obligatorio (por más que nadie en los Cavaliers, ni siquiera su dueño Dan Gilbert, cuente con más poder que él actualmente). ¿Qué es lo peor que puede hacer James si el canje no sucede y Wiggins se queda? ¿Marcharse de vuelta?

Ah, es verdad, LeBron no firmó un contrato máximo por cinco años con el equipo, sino que lo hizo por dos años y $42 millones de dólares.

Todos podrán decir que eso no significa que LeBron vaya a irse de Cleveland en el 2016, sino que simplemente busca maximizar su valor y aumentarlo cuando éste expire ese año y el tope salarial de la liga sea todavía más alto en teoría gracias al nuevo acuerdo televisivo de la liga. Razónalo como quieras, la realidad es que James firmó el contrato que era mejor para él individualmente.

Entonces, tal y como LeBron se preocupa por si mismo, los dirigentes de los Cavaliers no deben arrodillarse frente al 'Rey' que está de regreso, sino que deben pararse firme y respetuosamente frente a él y hacer lo mejor para ellos, para el equipo. Los jugadores van y vienen, la playera y los simpatizantes son lo único que queda.

Los mejores equipos de la NBA no se dejan consumir por una estrella, sino que son potenciados por una constelación de ellas, y Wiggins definitivamente cuenta con el potencial necesario para formar parte de esa constelación, por algo alguna vez denominaron al jugador nacido en Toronto como el "Michael Jordan canadiense".

LeBron probablemente no se irá de Cleveland en el 2016, pero eventualmente sí se va a marchar o se va a retirar. Los Cavs ya pagaron un precio altísimo durante los últimos cuatro años por intentar aplacar a LeBron entre el 2003 y el 2010 y no debería hipotecar su futuro por él nuevamente.

Los Cavaliers no solo jamás han ganado un campeonato en su historia, sino que LeBron regresó para intentar darle a Cleveland su primera alegría como ciudad en 50 años. Ese tipo de presión provoca que los Cavaliers actúen como un hombre cuya vida estaba en ruinas antes de que regrese la ex para pintar de rosa a una existencia gris antes de su vuelta. Maquillaje para las cicatrices y heridas acumuladas.

Kyrie Irving, la estrella de los Cavaliers antes del regreso del hijo pródigo a casa, sí firmó una extensión de contrato por cinco años. ¿Qué pasa si LeBron se retira a los 34 años a mediados del 2019 e Irving se marcha como agente libre ese mismo año? Ese es el peor escenario posible, pero no es ninguna locura pensarlo.

En ese caso, los Cavaliers podrían contar con un jugador que es pilar de la franquicia en Wiggins a los 24 años -- o en el peor de los casos con alguien cuyo potencial todavía sigue siendo intrigante para otros equipos en un hipotético canje -- o con un Love cuyo techo ya es conocido, que ya tendría 31 años para la temporada venidera y que no ha demostrado poder ponerse a un equipo al hombro hasta ahora en Minnesota.

También hay que recordar que los Cavaliers son más parecidos a los Milwaukee Bucks que a los Los Ángeles Lakers, los New York Knicks o al Miami Heat. O sea, los agentes libres de la liga no se ven tentados por Cleveland como destino.

LeBron fue la excepción, no la regla, una fusión de circunstancias extraordinarias que propinaron el regreso del mejor jugador del mundo a su estado natal, pero el resto de las estrellas de la liga no son de Ohio y Cleveland no debe olvidarse de que su receta del éxito está en el draft, no en la agencia libre.

El problema es que con LeBron en el equipo esas selecciones del draft no serán altas en los próximos años, y por eso rifar a talento joven como Wiggins para conseguir a Love no vale la pena. El talento joven es una necesidad, no un lujo, para equipos como los Cavaliers.

La Conferencia Este es tan pareja hoy en día que Cleveland la pueden ganar tanto con un Wiggins en desarrollo como con un veterano como Love, y luego ni siquiera Love te podría garantizar derrotar a los San Antonio Spurs, el Oklahoma City Thunder, los Houston Rockets, los Golden State Warriors o los Los Ángeles Clippers en las Finales.

La ambición ciega a aquellos que se obsesionan con un objetivo, un anillo que promete solucionar todas sus penurias, pero la cordura es lo que permite que ese objetivo no sea un tren que pasa una sola vez cada tanto para toda una ciudad y un equipo hambrientos de gloria.