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El joven y sonriente bálsamo de la temporada volvió en Hungría

Ricciardo sonrie por segunda vez en el año con la victoria. Getty Images

MÉXICO -- La primera mitad del campeonato ha dejado en claro que será un piloto Mercedes y el equipo mismo, los campeones a final de temporada. Y ha servido también, para dejar en claro que Sebastian Vettel no tendrá un futuro fácil en Red Bull.

El equipo austriaco seguirá siendo competitivo y candidato natural para contender por el título el próximo año. Cuando eso suceda, Vettel estará en la incómoda posición de pelear en igualdad de circunstancias contra un piloto que lo ha vencido claramente en lo que va del 2014, pero sin posibilidades de ser campeón porque existe Mercedes.

Daniel Ricciardo es un piloto de la academia Red Bull, como Vettel. Está preparado para esto: ganar y no asustarse con el triunfo, sino querer repetir cada vez que pueda. En Hungría volvieron a acomodarse las circunstancias para poder pelear contra las Flechas de Plata, y ahí estaba el australiano, presto para aprovechar el guiño de la suerte.

Dirán algunos que esto no es de suerte, es de talento, tienen razón. Pero la suerte consiste en estar en el momento correcto para, con ese mismo, beneficiarse. Ricciardo estuvo ahí gracias a su perfecta gestión del caucho, reconocido por el mismo proveedor. Junto con el equipo, reaccionó rápido para pasar a los slicks durante el Safety Car provocado por Ericsson. Después pararía dos veces más, siempre usando la goma más rápida, para llegar al último 'sprint' de quince vueltas en mejores condiciones que Alonso y Hamilton.

El duelo con Lewis queda para la antología de la temporada. Cierto que el Mercedes de Hamilton tenía más de 20 giros con las mismas llantas, pero uno no puede dejar de lado que se siga tratando de Lewis, un campeón del mundo, con el auto a vencer. Ricciardo lo atacó y lo supo pasar limpiamente después de aguantar por el lado externo la curva dos y llegar por el interno en la tres. Hamilton, resignado, supo entonces que no podría seguir el paso del RB. El único que estaba en condiciones venía de atrás, Rosberg, al quien no le quedaron muchas vueltas para hacer algo más. (El tema ordenes de equipo en Mercedes, merecerá columna aparte).

Después de Hamilton, el australiano oriundo de Perth, fácilmente pasó a Fernando Alonso quien no pudo hacer mucho para luchar por su posición; fue un stint de más de 30 vueltas para el asturiano con la goma blanda. Alonso sacó agua de las piedras y logró su segundo podio de la temporada.

Ricciardo se ha convertido en el fresco bálsamo de la F-1. Una imagen que se ha repetido solo en dos ocasiones: él, Daniel, en lo más alto del podio. El resto ha sido dividido entre Hamilton y Rosberg y entonces a mitad de la campaña se puede concluir que Ricciardo es el mejor del resto. Ni siquiera los Williams han podido vencer a Mercedes, y que conste que ellos también compitieron en Canadá y Hungría, dónde ganó Daniel. Es decir, a ellos también se les ha presentado la oportunidad.

Faltan ocho carreras. No creo que Mercedes pierda su hegemonía, y si Ricciardo o alguien más gana, será porque de nuevo la suerte impuso las condiciones para la sorpresa. ¿Podrá Vettel ganar con el mismo auto que Ricciardo? No lo sé. Lo que sé, es que el año pasado Sebastian se fue de vacaciones presionado por Alonso y Raikkonen (Lotus) en una temporada que hasta entonces se intuía competitiva. Cuando regresó, arrasó y lo ganó todo. Quien sabe...

@MacinManuel