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La maduración de Julio Teherán

El mánager de Bravos, Fredi González, deposita su confianza en el abridor colombiano Julio Teherán. Getty Images

LOS ÁNGELES -- Julio Teherán regresará a la lomita del Chávez Ravine el jueves luego de aquel inolvidable 6 de octubre de 2013, la fecha de su debut en postemporada.

El serpentinero colombiano enfrentará nuevamente a los Dodgers de Los Ángeles tras aquella experiencia, en la que solo duró 2.2 innings y los Bravos de Atlanta cayeron derrotados por 13-6.

Mucha agua pasó por debajo del puente desde entonces, y hoy por hoy el derecho es un mucho mejor lanzador.

"Yo creo que le hizo bien", dijo Fredi González. "Fue la primera vez que pitcheó un juego de postemporada. Estábamos dos carreras arriba y no pudo aguantar la ventaja. No duró mucho y esas experiencias les sirven a los muchachos".

El manager reconoció que esa vivencia le sentó bien.

"Esa experiencia no se puede enseñar", explicó. "Cincuenta mil personas en un juego de playoffs, eso no se puede replicar. No hay un simulador, hay que pasar esa experiencia para crecer. Es una lección de la que se aprende. La próxima vez que esté en esa situación, la preparación y los nervios ya habrán pasado. Para la próxima no creo que sea un problema".

Teherán parece haber asimilado ese golpe sin problemas. El sábado logró su décimo triunfo de la campaña (10-6) y su efectividad de 2.71 es la séptima mejor en la Liga Nacional.

"Yo pienso lo mejor de él, siempre", dijo González. "Está madurando y ya es un hombre. Ya no se puede decir que sea un novato pitcheando. Tiene casi 60 salidas y es un veterano. Se prepara bien, es buen compañero y respeta el juego. La responsabilidad que le dimos la está tomando lo más bien".

Esa responsabilidad le llegó de golpe, ya que semanas antes del comienzo de la temporada los abridores Brandon Beachy y Kris Medlen debieron someterse a la cirugía Tommy John, mientras que Mike Minor no hizo su debut hasta el 2 de mayo. Esto lo erigió como el as monticular y líder de la rotación.

"No me sorprendió porque él tuvo su paso", aseguró González acerca de la naturalidad con la que Teherán se amoldó. "Él no llegó a la liga un día y fue eso. Si vez sus números, él siempre era el prospecto número uno, llegó a Grandes Ligas y en el primer año subió, bajó y no hizo el equipo al próximo año".

El de Cartagena hizo su debut en 2011, pero su camino al estrellato tuvo más de un desvío. En 2012, tras no lograr hacerse un hueco en la nómina ligamayorista, su paso por los Gwyneth Braves dejó mucho que desear. En 26 aperturas tuvo marca de 7-9 con efectividad de 5.08.

"Si tu vez los números en Triple-A, eran malísimos", reconoció González. "Tuvo que aprender y hacer muchas cosas diferentes. Tú no puedes competir, batear o pitchear con lo que dice la gente. Cuando llegas a las Grandes Ligas debes olvidarte de todo eso y producir. En el 2012 fue a la liga de invierno y eso lo ayudó bastante".

El año pasado fue cuando finalmente se asentó, ganando 14 juegos y con promedio de carreras limpias de 3.20.

"En 2013 lo vimos madurar de una salida a la otra", resaltó González. "Los innings que le pegaban tres o cuatro carreras ya no pasaban. Le anotaban una, pero no cuatro. Eso es experiencia y madurez".

A partir del ahí, el resto ha sido un crecimiento constante. Hace unas semanas fue escogido a su primer Juego de Estrellas en Minnesota, y está redondeando un gran año en lo personal, que incluyó una extensión de contrato firmada en febrero.

"Este año es igual", dijo. "No quiere salir del juego, después del séptimo quiere la bola para salir al octavo. Está tomando la responsabilidad como uno de los mejores de las Grandes Ligas".

Para González, la clave fue la adversidad.

"Yo creo que todo el mundo tiene que pasar por eso", apuntó. "Es para aprender, pasar trabajo. El que nunca pasó eso, no creo que se desarrolle bien. No sabes cómo manejarlo hasta que lo experimentas. Yo creo que la experiencia le ayudó mucho y ya pasó por muchas cosas. Su trabajo es siempre él mismo".

Eso, y la química que tiene con el entrenador de lanzadores, su cable a tierra en el diamante.

"No hizo muchos ajustes mecánicos pero sí de lanzamientos", dijo el manager acerca de las mejoras en 2014. "Tiene mucha confianza con Roger McDowell. Le da mucho crédito y lo respeta mucho. Cuando se mete en primera, con gente en primera y segunda, él se apoya mucho en Roger. Mira para el dugout y Roger le dice si es la mecánica, o el pitcheo o lo mental. Están en la misma página".