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Paul George sufrió una severa lesión en su pierna derecha en un partido de entrenamiento del seleccionado de Estados Unidos en Las Vegas y esto tendrá ramificaciones en casi todos los ámbitos del baloncesto. La lamentable situación no tiene ganadores, ya que se trata de un grandísimo jugador a punto de alcanzar el apogeo de su carrera. Aquí todos salimos perdiendo: Team USA, los Indiana Pacers, la NBA y todos los que somos fanáticos de este magnífico deporte. Las repercusiones no tardarán en llegar, ya que no faltarán los oportunistas y aquellos que opinan con el diario del lunes. La realidad marca que, mientras la gran mayoría de las estrellas estadounidenses encontraron razones para bajarse del barco, el alero de Indiana aceptó el reto y se preparaba para liderar al equipo junto a Kevin Durant. Incluso Kevin Love y Blake Griffin renunciaron esta semana, citando incertidumbre contractual y lesión, respectivamente. Quizás los únicos favorecidos, aunque nunca lo admitan, son los San Antonio Spurs, que ahora tienen más munición a la hora de justificar la ausencia de Manu Ginobili con el equipo de Argentina. Sin embargo, George eligió representar a su país, y lo sucedido el viernes fue solamente obra de la mala fortuna. El entrenamiento, en el que probablemente se definirá el plantel final, había dejado algunas respuestas y llevaba un tono positivo, sobre todo alrededor de la figura de Derrick Rose, otro astro maldecido por los problemas físicos y las salas de operación. El resultado fue lo peor que podía pasar, una lesión similar a la sufrida por Shaun Livingston en su momento o el jugador colegial Kevin Ware, ex miembro de la Universidad de Louisville. Los detalles aparecerán en las próximas horas, pero no es difícil imaginarlo fuera durante gran parte de la temporada. La fractura es grotesca, difícil de digerir en las diversas repeticiones, y sin dudas algo que podría afectar el desempeño del alero durante el resto de su carrera. Lo extrañarán los Pacers, que ya perdieron a Lance Stephenson y ahora tendrán que encontrar la forma de poner la bola en la canasta sin su mejor anotador y una ofensiva con pocas variantes. David West, Roy Hibbert y George Hill deberán hacerse cargo, y de repente C.J. Miles tendrá un rol mucho más prominente de lo que todos esperaban. De todos modos, sin PG este equipo pasó de candidato a candidato a la lotería en un abrir y cerrar de ojos, y el mercado no ofrece ninguna variante remotamente parecida. Lo extrañará la NBA, ya que George fue el MIP (jugador de más desarrollo por sus siglas en inglés) hace solo 12 meses y se estaba convirtiendo en una súper estrella. Lo extrañará LeBron James, que tendrá un rival menos en su camino hacia devolverle la gloria a Cleveland Cavaliers. Sin dudas también lo echarán de menos los fanáticos del buen juego, que estaremos privados ahora de verlo dominar partidos gracias a su puntería y gracia en el perímetro de los Pacers. Sus colegas no tardaron en solidarizarse y ofrecer sus plegarias. La lista de jugadores que mandaron mensajes de apoyo en Twitter es interminable, pero incluye entre otros a Durant, James, Hibbert, John Wall, Dwyane Wade, Darren Collison y Paul Pierce. Lo extrañará también el seleccionado, y la Copa Mundial de Baloncesto a disputarse en España, que acaba de perder a un candidato al MVP. Estados Unidos sufrió una baja sensible, ya que Chandler Parsons no está a ese nivel, y Klay Thompson y James Harden tienen juego y estatura de escoltas. En otra situación su ausencia se podría haber disimulado, pero sin James, ni Carmelo Anthony, ni Kawhi Leonard ni Andre Iguodala, se empieza a notar la falta de profundidad en la nómina presente en Las Vegas. Lo único que queda es esperar una pronta (y completa) recuperación para uno de los mejores basquetbolistas del mundo. Lo único que queda es esperar una pronta (y completa) recuperación para uno de los mejores basquetbolistas del mundo.
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