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Chaves iba ganando, pero perdió

Chris Farina/Top Rank

BUENOS AIRES -- Diego La Joya Chaves iba ganando sobre Brandon Ríos en dos tarjetas, por un punto (75-74) más allá de que el referí Vic Drakulich le había descontado dos. Ríos tenía 75-74 para el tercer jurado. Él también había sido sancionado con un punto de descuento en el quinto round. Y, según el boxeador argentino, el árbitro fue al descanso del octavo diciéndole que si la pelea seguía así, lo iba a descalificar.

Y, sin embargo, lo cierto es que volvió a los amarres y hasta le hizo una toma de lucha libre a Ríos en el noveno. Terminaron los dos rodando por la lona y el norteamericano se quedó boca arriba con las piernas colgando de las sogas. Con lo cual podría decirse que al árbitro se le terminó la paciencia y cortó el hilo por lo más delgado. Volvieron a quedar amarrados y entonces, mientras Rios se quejaba de que su rival le estaba metiendo los dedos en los ojos, decidió descalificar a Chaves.

Y fue verdaderamente una lástima y un desperdicio para La Joya Chaves, quien hizo una pelea muy bien planteada. Desde el primer asalto salió enérgico con el lanzamiento de sus jabs y superó en velocidad a un hombre que tiene un gran oficio, pero que no está ya en el mejor momento de su carrera.

El combate se efectuó en el Cosmopolitan de Las Vegas y las tarjetas, hasta la definición, estaban así: Robert Hoyle y Jerry Roth, 75-74 para el argentino; Patricia Jarman, 75-74 para el dirigido por Robert García.

Ríos -quien suma ahora 32 ganadas con 23 KO, 2 derrotas y un empate-, tuvo serios problemas para cortarle los caminos al argentino (23-2,19 KO). Cháves, saliendo a los costados, lo complicó mucho. Pero ambos cayeron también en los agarrones y los empujones. Chaves, abrazándose exageradamente al rival, y quejándose de cabezazos –y que los hubo- terminó con un punto de descuento en el tercero.

La pelea se tornó caliente porque Ríos, viéndose superado en lo boxístico, entró más que nunca en el terreno de la presión física en la corta distancia, en donde además, metió manos ascendentes y cruzadas de corto recorrido.
Dio la sensación de que la pelea, a partir de la segunda mitad, podría sufrir un cambio a favor del norteamericano. No fue así porque, aun cansado –recordar que Cháves llegó a los Estados Unidos dos días antes de la pelea-, fue el argentino quien llegó con mejores manos.

"Pegarle es muy fácil, es como pegarle a una bolsa", dijo Chaves después de la pelea. "Yo creo que voy a volver a pelear acá, esto lo está manejando Osvaldo Rivero. Esta noche me robó el referí, ya en el octavo vino a decirme que me iba a descalificar. Ya ven, Ríos no está en la conferencia de prensa porque lo mandé al hospital".

Según se reportó, Ríos fue al hospital fue, porque entre otras cosas, Chaves le había metido dedos en los ojos ya desde el sexto asalto. Se sentía, además, ligeramente mareado tras la rodada del noveno round.

Lo cierto es que en una pelea llena infracciones, Chaves –quien tampoco fue una inocente víctima de todas las infracciones cometidas-, perdió el elemento que jamás debió entregar: la calma.

Si ya había sido advertido por el árbitro de que podía descalificarlo, tendría que haber apelado a su mejor boxeo y evitar caída en nuevas infracciones propias o propuestas por un rival en desventaja.

Ríos se quejó duramente del argentino por haberle metido los dedos en los ojos y de hecho, fue la hospital por un posible problema de córnea. Según su manager, Cameron Dunkin, el boxeador se sintió mareado luego de que Chaves lo tomara del cuello en la caída de ambos en el noveno y último asalto.

Dicho de otra manera, no solamente se trata de que a uno no lo roben, sino también de no dejarse robar. En este caso, Chaves tampoco supo –o no pudo- controlar su temperamento en una pelea que iba ganando.

Seguramente tendrá una oportunidad más. Se la merece. El Chaves prolijo y de buenos envíos de golpes, el de la actitud positiva y enérgica, el de los correctos y hasta elegantes desplazamientos a los costados, iba ganando.
El otro Chaves –el que perdió la calma y entró en el juego de las infracciones-, perdió la pelea.