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Becky Hammon nació para dirigir

AP Photo/Eric Gay

Si conoces a Becky Hammon, hay algo que siempre estuvo claro: Se convertiría en entrenadora cuando dejara de jugar.

Todos pensamos que sería para el programa de básquetbol femenino de Colorado State, su alma mater, universidad a la que ella misma puso en el mapa a finales de los años '90 con sus grandes lanzamientos externos y su inteligencia en el manejo del balón. De hecho, por aquellos días, hasta se corrían rumores en Fort Collins de que el departamento de deportes de CSU había llegado a una especie de acuerdo de palabra con la dinámica estrella local: Ni bien te retires como jugadora, tendremos un lugar abierto en el departamento de deportes para ti -- garantizado.

La razón por la que todos sabíamos que Hammon se convertiría en entrenadora en realidad es bastante simple. Podía ver una jugada una sola vez y conocer todas las opciones y las ramificaciones, y categorizarlas de más a menos efectivas. Y podía hacer esto para todas las posiciones de la cancha, al instante -- como si las Xs y las Os estuvieran grabadas en su ADN. Generalmente, el entrenador del equipo se acercaba a Hammon para conocer sus opiniones -- rara vez era al revés.

Y luego, hace dos semanas, tras casi 16 temporadas en la WNBA, la escolta de las San Antonio Stars reveló su intención de retirarse al final de esta temporada. No esperó mucho tiempo para hacer su siguiente movimiento.

El martes por la tarde, todas las preguntas sobre qué sería de la vida de Hammon post-juego quedaron respondidas, ya que los San Antonio Spurs anunciaron que la habían contratado como entrenadora asistente. Con ese sencillo comunicado de prensa --título: Spurs nombran a Becky Hammon entrenadora asistente-- una pared de cristal muy alta y gruesa finalmente se agrietó.

Una mujer dirigirá en la NBA.

La ex jugadora de 37 años de Dakota del Sur se convierte en la primera entrenadora femenina a tiempo completo en la NBA -- y en la primera entrenadora mujer a tiempo completo en cualquiera de los cuatro grandes deportes profesionales de los EE.UU.

La NBA es una liga que parece tenerle aversión al riesgo. En cierto modo, nadie contrataba a una entrenadora mujer porque nunca nadie había contratado a una entrenadora mujer. Recientemente, Los Angeles Clippers nombraron a Natalie Nakase entrenadora asistente para su equipo de la liga de verano, pero fue un período de 10 días en el banco, no un cargo a tiempo completo durante la temporada regular. Siendo realistas, la liga no tenía ningún modelo establecido para contratar a una entrenadora mujer; algún equipo tenía que ser el primero en demostrar que podría funcionar. Y tiene sentido que San Antonio, los campeones reinantes de la NBA, una franquicia que siempre ha marchado de manera muy eficaz al ritmo de su propio tambor, haya dado un paso adelante para hacer precisamente eso.

Los Spurs, como bien saben hacer, crearán el modelo. "Estoy muy entusiasmado con la incorporación de Becky Hammon en nuestro personal", dijo el entrenador de los Spurs, Gregg Popovich. "Después de haber observado su trabajo con nuestro equipo la temporada pasada, estoy seguro de que su coeficiente intelectual de básquetbol, su ética de trabajo, y sus habilidades interpersonales serán un gran beneficio para los Spurs".

Popovich tiene razón. Sabe que los jugadores de la NBA sólo quieren una cosa de un entrenador: alguien que conozca el deporte, y que pueda ayudarlos a mejorar su juego. Y Popovich también dio en la tecla en otra cosa: el coeficiente intelectual de básquetbol de Hammon está por las nubes.

En mi primera práctica con Colorado Chill, un equipo semi-profesional de básquetbol femenino que cerró en 2006, estuve en el mismo equipo que Hammon durante un partido de práctica. (Ella jugó tres temporadas para el Chill, en una liga que corría opuesta a la temporada de la WNBA). Hammon no tenía idea de quién era yo; yo, obviamente, sabía exactamente quién era ella, ya que recientemente había estallado con el New York Liberty, ganándose un lugar en el Juego de las Estrellas de la WNBA 2003 luego de no haber sido seleccionada en el draft como producto de Colorado State.

Después de unos tres minutos de juego, durante una pausa en el partido, Hammon se acercó y me dijo lo siguiente, más o menos textualmente: "Parece que eres más eficaz como lanzadora estacionaria. ¿Por qué no arrancas por las bandas y buscas el espacio cuando yo cargo? Te haré llegar el balón".

En esa fracción de segundo, me di cuenta de que había evaluado mi juego y procesado exactamente cómo yo podría ser más eficaz y también cómo ella podría aprovechar mis fortalezas. Traducción: En tan sólo unos minutos, ella sabía tanto como yo acerca de mi juego.

Como jugadora, Hammon nunca ha sido particularmente rápida o veloz -- ella sería la primera en decir lo mismo. Y sin embargo, su conocimiento de los ángulos del juego -- para ella la cancha aparentemente se veía como un tablero de backgammon -- aseguraba que nunca pudieras evitar que llegara al aro. Cuanto más lo intentabas, cuanto más rápido ibas, ella más se frenaba y aprovechaba todo lo que tú creías saber. Cualquiera fuera el lado por el que te inclinaras, o por el que pensaras en inclinarte, ella ya lo había procesado y ya se estaba moviendo hacia el espacio abierto.

Durante los próximos días, la gente hablará de lo que significa que la NBA tenga a una mujer como entrenadora asistente. Se preguntará si los jugadores respetarán a una mujer, si se burlarán de su consejo porque nunca ha jugado por encima del aro, si le restarán importancia a su informe de scouting porque en realidad no sabe cómo se siente intentar marcar a LeBron James.

Todas estas cosas se comentarán entre las personas que no están en el gimnasio con los Spurs. Porque estoy segura de que aquellos en el gimnasio de los Spurs saben algo con mucha certeza, y es lo mismo que saben todos los que alguna vez han estado cerca de Hammon.

Ella siempre iba a ser entrenadora.

Así que, ¿por qué no empezar en el nivel más alto?