TORONTO -- Prolijo, convincente, sólido. Así se mostró Andy Murray en su victoria inaugural en el Abierto de Canadá sobre Nick Kyrgios. La solidez, justamente, fue lo que remarcó el escocés de su cómodo triunfo frente al australiano en el Masters 1000 de Toronto.
El doble 6-2 dejó satisfecho al británico. "Creo que hice la mayoría de las cosas bastante bien", dijo Murray, que reapareció así tras caer en los cuartos de Wimbledon. En Londres fue donde dio el golpe Kyrgios al eliminar en octavos al español Rafael Nadal.
"Yo no tuve demasiados errores. Me moví bien. Jugué con un alto porcentaje de primer servicio. Fue un trabajo sólido para ser un partido de primera ronda, luego de cinco semanas", agregó el actual Nº 9 del mundo.
"Yo estoy feliz, jugué muy bien. Después de Wimbledon me fui a Miami y me entrené duro como solía hacerlo por primera vez desde la cirugía y me sentí mucho mejor", explicó el escocés.
Murray obtuvo el Abierto canadiense en 2009, en Montreal, y en 2010, en Toronto. Sabe que, en busca de su tercer título, el camino es complicado y falta muchísimo. Mientras disfruta tras el debut y contento con seguir con Amelie Mauresmo como coach.
"Mi problema fue que antes yo no era capaz de practicar fuera de la cancha, hacer bien las cosas en el gimnasio, lo que te hace fuerte físicamente", contó el británico, de 27 años.
"Así que cuando yo jugaba contra los mejores jugadores, me faltaba un poco", agregó. Ahora Murray está más cómodo con su físico, con el aporte de la francesa, ex figura del circuito WTA, y se ilusiona con recuperar su mejor forma. Y qué mejor que esta gira con vistas al US Open, donde logró el primero de sus dos Grand Slam, hace dos años.