TORREON -- Han pasado ya tres años de aquel momento de angustia en el Territorio Santos Modelo cuando el partido correspondiente de la jornada 6 del Apertura 2011 entre Santos y Morelia fue interrumpido abruptamente al minuto 40 de juego por una balacera afuera del complejo deportivo.
Eran pocos minutos para irse al descanso, cuando las primeras detonaciones de armas de fuego se escucharon, lo que causó el pánico entre los casi 25 mil aficionados que se encontraban en el inmueble disfrutando del partido de futbol que mantenía el 0-0 en el marcador.
Jugadores y árbitros de ambos equipos utilizaron toda la velocidad de sus piernas para llegar al vestidor y alejarse del peligro de una bala perdida. Familias completas, niños, jóvenes y adultos yacían entre las butacas pecho tierra mientras las detonaciones de armas largas y cortas se escuchaban apenas a unos metros afuera del estadio.
La afición, nerviosa y resguardándose debajo de sus asientos, parecía incrédula ante una situación donde la inseguridad de la región se filtró al deporte.
Rápido el terreno de juego se vio invadido de cientos de aficionados que buscaban refugio ante un posible segundo ataque al inmueble.
Minutos después Alejandro Irarragorri y Oswaldo Sánchez salieron al círculo central para anunciar que el peligro había pasado y que afortunadamente no se habían registrado víctimas en el interior del estadio.
Tres años después solo queda como un amargo recuerdo en el aficionado que vivió momentos de terror, pánico y angustia al ver en peligro su integridad en un espectáculo de futbol. A 3 años sólo queda como una mala experiencia y nada más.