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Boca: cinco razones para un cambio

BUENOS AIRES -- Carlos Bianchi dejó de ser el entrenador de Boca y en su lugar asumió Rodolfo Arruabarrena. En siete días de trabajo el ex lateral xeneize dirigió dos partidos: le ganó al líder Vélez en La Bombonera luego de ir perdiendo 1 a 0 e hizo un muy buen encuentro contra Central, en Rosario, por la Copa Sudamericana, donde le empataron en el último segundo del partido tras cinco minutos de descuento. Fueron apenas 180 minutos de juego, es cierto, pero sirvieron para ver otro Boca, muy distinto al que venía siendo superado en todos los partidos bajo la conducción del Virrey. Las razones:

1. Actitud: El factor más importante para este cambio notorio del equipo. El Boca del Vasco no regala una pelota, no da ninguna por perdida, todos corren, todos marcan, cada uno cumple su función. Ojo, no es que a Bianchi "le hacían la cama". La motivación lógica por el cambio de DT y el comienzo de un nuevo ciclo generó por decantación una entrega y un esfuerzo que antes no había. Con el Virrey, todos los jugadores estaban en la mira de la hinchada: el único blindado era el ex DT. Hoy están todos en el mismo barco: técnico y futbolistas tienen que demostrar. Y eso sin dudas genera otro compromiso.

2. El DT: El Vasco metió mano y en pocos días logró cambios sorprendentes. El técnico modificó nombres, esquema y logró lo más importante: el convencimiento de los futbolistas. Hombre de bajo perfil, trabaja y mucho en la semana sobre lo que pretende en los partidos. La pelota parada es muy importante y el análisis de los rivales, también. Sin dudas, con el plantel que tiene Boca y la tarea del DT en un período lógico de tiempo se verá un equipo con una idea clara de juego y que, sin dudas, será protagonista.

3. Jugadores: En estos dos partidos el nivel de los jugadores creció. El de todos. No es casualidad, claro. Los que venían jugando se potenciaron. El Cata Díaz ahora se parece más al que ganó todo con el Coco Basile en el banco. Ante Vélez fue sólido y contra Central fue figura. Está claro que un equipo mejor parado, más solidario, no lo expone tanto en la defensa; Chávez se asemeja al de Banfield y es pura potencia; Calleri busca todas, la pide siempre y es una rueda de auxilio a la hora de aguantar el balón: en pocos partidos relegó a Gigliotti; Erbes muestra que merece un lugar en el mediocampo y que con continuidad puede ser caudillo...

Por otra parte, los que no jugaban demostraron que merecían una oportunidad. Meli es figura: lo fue contra Vélez, donde hizo un gol, y también en la noche rosarina por la Copa. Con Bianchi, sólo había jugado 45 minutos en cuatro fechas: con el Vasco ya suma 180; Zárate, uno de los más cuestionados junto con Bravo, le dejó su lugar a Colazo, que pese a ser volante es pura seguridad en el lateral izquierdo; el pibe Acosta se perfila como titular y no defrauda: contra Vélez y contra Central mostró que no le pesa la camiseta de Boca.

4. El equipo: Más allá de las ganas, se puede vislumbrar una idea de juego. Un equipo corto, que busca hacerse dueño del partido a partir de la tenencia de la pelota. Arruabarrena apuesta al toque corto, al toque en velocidad y a la llegada de los laterales y de los volantes al área rival para sumarse a los atacantes. En el planteo del Vasco, es fundamental ganar las divididas para recuperar la pelota e imponer el juego. La solidaridad hacia el compañero resulta clave.

5. Factor anímico: El equipo del Vasco juega tranquilo. Y eso es mucho. Antes, la desesperación por conseguir resultados llevaba a todos a estar nerviosos, apurados. Un gol en contra era sinónimo de derrota, el equipo se desmoronaba y los errores se multiplicaban. Los jugadores sentían que dar vuelta la historia era una misión imposible. Eso cambió. Se vio en el primer tiempo contra Vélez, donde el gol de Correa sobre el final del primer tiempo dejó a Boca 1 a 0 abajo en el marcador, sin merecerlo. Lejos de caerse, el xeneize hizo un gran segundo tiempo, marcó tres goles y redujo al líder a la mínima expresión.

Otro ejemplo que sirve para mostrar otra templanza de los futbolistas fue el final ante Rosario. Tras el gol del empate canalla, casi en el sexto minuto de descuento, hubo un reclamo airado de todos los jugadores para con el árbitro, por considerar exagerado el tiempo adicionado. Algo que no se veía en partidos anteriores: por caso, cuando Vera hizo el tercer gol de Estudiantes en el 3 a 1 que marcó la despedida del Virrey, gol marcado en clara posición adelantada, no hubo reacción de los futbolistas.

Conclusión: queda mucho camino por recorrer, pero el equipo del Vasco va por el buen camino.