<
>

Rose, germinando en el Mundial

MADRID -- El Mundial de España era el momento para que Derrick Rose volviera a darse a conocer. Aunque su figura no necesite ni presentación ni dudas en cuanto a su prestación, lo cierto es que el torneo es y será la oportunidad para que aquel jugador que deslumbró con 19 años de edad de manera tan prometedora como para meterle en el mismo saco de Michael Jordan, muestre que la efímera leyenda para unos sigue viva para todos -- dándole la razón a muchos--.

En su antebrazo se puede leer la palabra 'esperanza' tatuada en inglés y en mayúsculas, 'HOPE'. Una cicatriz tintada que aglutina el deseo de seguir vivo deportivamente, que muestra unas ganas de explotar su figura tras aquellos trofeos que le hicieron estrella potencial vistiendo la playera de Chicago Bulls (número uno de Draft, Novato del Año en 2009, Jugador Más Valioso en 2011 o sus tres apariciones All Star (2010, 2011 y 2012). Pero su cuerpo tiene otras dos cicatrices mucho más marcadas, dos tatuajes color piel rehecha que desnudan dos circunstancias que quedarán grababas en cuerpo y alma para siempre.

La lesión más complicada para la carrera de un deportista hizo acto de presencia por partida doble. Primero en la rodilla izquierda (rotura del ligamento anterior) en la campaña 2012-13, luego en la derecha con una rotura de menisco. La Diosa Fortuna no le respetó más que 10 partidos entre las dos lesiones (15.9 ppj y 4.3 apj). En tres años tan solo pudo disputar 49 encuentros.

Entonces apareció en los partidos de fogueo del Team USA. Primero ante Finlandia (12 puntos y tres asistencias en 22 minutos), donde puso fin a una inactividad de nueve meses, donde volvió a nacer, donde dio los primeros pasos de su nueva vida para ponerse a prueba de cara a la temporada de la NBA que se avecina. Luego llegó Turquía (dos puntos en 16 minutos) y así hasta el Mundial.

SOSIEGO MUNDIALISTA

Inmerso en plena competición mundialista, Rose está demostrando que lo suyo es una cuestión de tranquilidad, de sosiego obligado.

Su presencia se convirtió en uno de los atractivos más esperados del torneo. No está brillando tanto como en el Mundial de Turquía 2010, la que fue su última y única aparición con la selección estadounidense (7.2 ppj y 3.2 apj en 23.1 minutos), allí ganó el oro; incluso vivió un hecho inédito en su carrera, el haber jugado 16 minutos sin ser capaz de hacer ninguna canasta, como sucedió en el encuentro de octavos de final en este Mundial ante México (0/5).

Todavía le falta rodaje, pero para eso ha venido, para fijarse menos en sus números (5.6 ppj, 3.0 apj y 2.1 apj en 17 minutos) y agarrar confianza, construir un básquetbol oxidado y más que recuperable a menos de un mes para cumplir los 26 años de edad. Todo ello flanqueado por el fantasma de los intereses de una conocida marca deportiva y los rumores sobre su influencia en la convocatoria llevada a cabo por Mike Kryzewsky.

El entrenador de Chicago Bulls, Tom Thibodeau, uno de los asistentes de 'coach K', no está perdiendo detalle de su pupilo en la franquicia de la NBA. Será ahí donde Rose estará obligado a brillar, donde deberá demostrar que su estado de gracia no se estancó antes del primer crujido en la rodilla, tampoco con el segundo. La apabullante victoria de EEUU ante Eslovenia mostró al mejor Rose del campeonato (12 puntos, cinco asistencias en 12 minutos).

Los Bulls afrontan una temporada cargada por la ilusión gracias a un elenco de lo más interesante con Pau Gasol (20.5 ppj y 5.5 rpj) y Joakim Noah (ausente en el Mundial con Francia y con un balance de 12.6 ppj, 11.3 rpj y 5.4 apj) como torres interiores indiscutibles.
La adquisición de la estrella europea, Nikola Mirotic, también refuerza al equipo. Kirk Hinrich (9.1 pp y 3.9 apj en 29.0 minutos) y Aaron Brooks (7.0 ppj y 3.4 apj en Houston Rockets) estarán en la retaguardia de Rose durante la temporada.

La presencia de un Rose sano y certero será clave para hacer que los Chicago no solo se clasifique a la postemporada (algo que han logrado en las últimas nueve temporadas) sino viva unos playoffs algo más emocionantes que los de la pasada edición, donde no pudieron pasar de la primera ronda al toparse con unos Washington Wizards que no les dieron opción (4-1). Las Finales de Conferencia frente a Miami (1-4) fue el mayor premio del plantel de Illinois desde los seis anillos en ocho años de la era Michael Jordan.

Los éxitos de los Bulls dependerán de cómo esté Rose, de si por fin es capaz de demostrar el básquetbol que lleva en sus entrañas. Afirma que ha madurado, que ahora ve el juego de otra manera, que es capaz de controlar aquellos arranques salvajes de velocidad y que ha aprendido a controlar su cuerpo.

Esperemos que nada de esto cambie la esencia del Rose que todos esperamos.