<
>

Derek Jeter se despide de Baltimore

BALTIMORE -- Derek Jeter jugó su último partido en Camden Yards este domingo y la realidad es que para los fans de los Orioles de Baltimore no es una triste despedida.

El Capitán se retirará con un promedio de bateo de por vida de .315 en Baltimore, habiendo conectado 184 de sus 3,450 hits en Camden Yards, 15 de ellos cuadrangulares, con 82 carreras impulsadas y 99 anotadas.

Y fue precisamente el actual manager de los Orioles, Buck Showalter, quien le dio al campocorto su primera llamada a Grandes Ligas en 1995 cuando era dirigente de los Yankees de Nueva York.

Showalter era el piloto de aquellos Yankees que ganaron 26 de sus últimos 34 partidos y clasificaron a los playoffs en el penúltimo día de la campaña regular 1995. La próxima temporada inició formalmente la era de Jeter bajo el mando de Joe Torre y la nueva dinastía neoyorquina que ganaría cuatro anillos de Serie Mundial, tres de ellos consecutivos, 1996 y 1998-2000.

"Jeter era un muchachito alto, flaco, con el cuello largo; la primera vez que lo vi en el dugout mi primer pensamiento fue que no era muy grande y era muy desgarbado", bromeó Showalter. "Pero mientras pasé más tiempo con él, vi su clase, su fluidez, un jugador muy atlético, muy alerta. Sabía que iba a desarrollar su talento al máximo".

"Buck me dio la oportunidad de jugar", dijo Jeter al abordar la prensa antes del partido de la noche del domingo contra los Orioles.

"Subí a finales de mayo y luego me mandaron de vuelta a menores, pero lo que más aprecio de Buck es el hecho de que me dio la oportunidad de estar presente para la postemporada. Me permitió ver lo que era el ambiente de postemporada y creo que me ayudó el año siguiente al jugar en los playoffs".

Los Orioles eran un club competitivo, líderes divisionales, durante el inicio de la carrera de Jeter, y han vuelto a serlo ahora de cara a su retiro. Mientras los Yankees jugaron en playoffs en 16 de 19 temporadas, con Jeter disputando 158 de ellos, la suerte de los Orioles ha sido muy distinta.

"Yo caí justo dentro de esa rivalidad en la Serie de Campeonato de 1996, mi primera temporada completa, y estábamos jugando en los playoffs", señaló el campocorto.

"Cal [Ripken, Jr.] estaba del otro lado y es una persona a la que siempre había admirado y sigo admirando. Tener la oportunidad de jugar contra él y su equipo en los playoffs fue muy divertido. Y eso ya hace mucho tiempo... parece que no, pero fue hace mucho, mucho tiempo. Y esos son los recuerdos que tengo de Camden Yards, de venir aquí y competir con grandes equipos".

Jeter evaluó el tener que evaluar jugar su último partido en Camden Yards como una situación única. Expresó que era muy difícil pensar en históricos momentos como su hit 1,500 o 2,500 ya que los Yankees están sumidos en seguir intentando conseguir un improbable comodín, pero sí enfatizó lo importante que fue la figura del inmortal Cal Ripken Jr. en su carrera.

"Siento que cuando joven tuve la oportunidad de seguir jugando la posición de campocorto debido a los tipos como Cal, los torpederos más altos, los torpederos más grandes. Creo que muchos de los jugadores de hoy en día le deben eso a él", dijo el Capitán sobre Ripken, quien estuvo presente en la ceremonia en honor al "Día de Derek Jeter" el domingo pasado en Yankee Stadium.

"Fue muy especial [verlo en Yankee Stadium] porque no sabía que iba a venir. Aprecié mucho su presencia porque es siempre alguien a quien he admirado".

Como se ha hecho en cada última visita de Jeter a un estadio de Grandes Ligas a través de esta campaña, los Orioles se tomaron tiempo previo al partido del domingo para honrar a la leyenda de los Yankees.

Jeter fue recibido por una espectacular ovación de pie por toda la afición de los Yankees y de los Orioles que abarrotó Camden Yards, mientras se presentaba en pantalla un video con momentos de su carrera de 20 años en Grandes Ligas.

Los Orioles le presentaron a Jeter una gorra de capitán de la Armada de los Estados Unidos, un recipiente lleno de cangrejos típicos de Maryland y un mazo gigantesco para romper el caparazón, un pastel en forma de su jersey con el número dos y un cheque de $10,000 dólares para una obra de caridad en su nombre.

Showalter dijo previo a la ceremonia, donde participó junto al jardinero Nick Markakis, que lo principal al retirarse jugadores como Jeter es que se pierde a alguien que ha sido un gran representante del deporte.

"Creo que lo principal es la pérdida de su presencia. ¿Seguirá el béisbol sin Mariano Rivera, sin Andy Pettitte, sin Jorge Posada, sin Bernie Williams? Sí, seguirá, y eso es una lección para todos nosotros. Pero creo que es justo que la presencia se pierde, esa voz de la razón", señaló el dirigente de los Orioles.

"Jeter nunca hizo nada que avergonzara a su familia, a su equipo, a sus compañeros, a la organización, a la ciudad. Eso es muy difícil de hacer. Derek siempre pensó antes de hablar y en privado fue siempre muy apasionado y competitivo".