Javier Maymí 10y

El futuro de la marca LeBron

BEAVERTON, Oregon -- Esta semana, durante el lanzamiento de la más reciente versión de su línea de tenis de baloncesto, LeBron James se presentó en el Teatro Stanford del Tiger Woods Center en la sede mundial de Nike no solo con un nuevo "look", sino también con una refinada presencia.

Aunque el baloncesto estaba en primera plana, el mensaje, el "body language" que se exhibió allí eran tan igual o, quizás, hasta más importante.

La salida del Miami Heat y su regreso a los Cleveland Cavaliers será mucho más que el regreso a casa para LeBron.

Será el comienzo de la construcción del LeBron del futuro. LeBron el empresario, LeBron el filántropo y LeBron la celebridad.

En el pasado, y tenemos que mantener en mente que James tiene solo 29 años y estará en su décimo segunda campaña en la NBA, LeBron nunca había mostrado mucha paciencia, mucho menos sonreír pacíficamente ante la prensa y hablar tan cándidamente sobre tantos temas.

LeBron habló por primera vez de que "ya no soy tan joven".

LeBron le abrió las puertas a los medios a parte de su vida personal que pocos conocíamos. Compartió con nosotros fotos de su esposa, Savannah, y de sus hijos.

Nos habló sobre sus nueves viajes a China --el último de ellos este verano-- para brindar clínicas de baloncesto a jóvenes; y su visión sobre la globalización de este deporte y el rol que él, y los "jugadores jóvenes" tienen en ese proceso.

James habló de la "esperanza de Cleveland" y de la necesidad de "abrir nuestros corazones a la comunidad". Habló de su fundación que ayuda a niños de tercer grado en Akron, Ohio a proveer oportunidades extracurriculares.

Habló de sus bendiciones personales y su talento innato y la "responsabilidad" que conlleva el utilizar esos dones para ayudar a los demás.

Llegó al lugar en pantalones cortos y una camiseta de Nike y se cambió a un no muy llamativo ajuar. Al llegar al lobby del teatro, saludó a los presentes, caminó calmadamente. ¡LeBron... Rock Star! Ya no.

Nunca admitió cuantas libras ha perdido, pero a simple vista serán unas 15 a 20, gracias a "una dieta de carbohidratos, pescado y mucho ejercicio. Lo hice por un mes, y al final del mes me sentí mejor. Lo hice otro mes y me sentí aún mejor. Quizás tenga que aumentar un poco para que no vengan a tirarme en la cancha cuando comience la temporada".

Estéticamente, se ve un cambio. Hace apenas unos meses se veía una insipiente calvicie que ya no está. Los famosos tatuajes, cubiertos. La mirada penetrante ahora apaciguada y domada al son de las obligaciones corporativas.

En fin, el Rey James ya no es un león sin domar. Es ahora un adulto, que a pesar de no haber ido a la universidad, se ha educado en el arte de reconocer su posición. O cinco posiciones en el caso de LeBron.

Logró darse cuenta que, por lo menos por el futuro inmediato, él es parte del epicentro del universo de la NBA.

Y todo esto, con una sonrisa.

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