Luis Miguel Vasavilbaso 10y

Derek Jeter: Una carrera inigualable

MÉXICO -- Intentar explicar el legado de Derek Jeter con palabras, exclusivamente dentro de los diamantes, puede llegar a ser tan complicado como enseñarle a alguien que está aprendiendo sobre el Rey de los Deportes la complejidad del juego y las reglas per se, pero a lo largo de 20 temporadas el número 2 de los Yankees de Nueva York se encargó de dejar una huella imborrable para aquellos que siguen este deporte y los que buscan entender la historia de la pelota caliente.

Pocos, o probablemente nadie, se imaginaba que aquel junio de 1992 los Yankees estarían seleccionando a un pelotero que bien podría ser hoy día la imagen que la Major League Baseball busca proyectar al mundo.

Derek Sanderson Jeter, nacido el 26 de junio de 1974 en Pequannock, New Jersey, recibió su primera oportunidad en los diamantes de las Grandes Ligas con 20 años de edad cuando el en ese entonces manager de los Mulos de Manhattan -- hoy con los Orioles de Baltimore -- Buck Showalter decidió ponerlo como noveno al bat en un lineup que incluía a Wade Boggs en la tercera almohadilla, Paul O'Neill en el jardín derecho, Don Mattingly en la primera colchoneta y Bernie Williams cuidando la pradera central; su primera aparición con la camisola de los Yankees no se acerca a lo que hoy día está cerca de concluir al irse de 0-5, incluído un ponche en la decimoprimera entrada ante los envíos de Bobby Ayala. La pizarra final indicaría triunfo para los Marineros de Seattle en el Kingdome, 8-7.

Los Yankees, una franquicia con más de 112 años de historia, han contado entre sus filas con peloteros que son la esencia de este deporte como Babe Ruth, Yogi Berra, Mickey Mantle, Roger Maris, Lou Gehrig, Joe DiMaggio, Reggie Jackson, entre otros que hoy día han visto sus marcas sucumbir ante el futuro Salón de la Fama.

Jeter vivió su primera temporada completa con un salario que rondaba los 130,000 dólares, empezando a gestar su propio legado con el guante y con el madero al llevarse los honores de Novato del Año de la Liga Americana por encima de peloteros como James Baldwin, Tony Clark, Darin Erstad, entre otros. La votación indicaría un categórico 140 sufragios a su favor por 64 de su más cercano perseguidor.

Se voló por primera vez la barda -- en el primer juego de la temporada -- ante Dennis Martínez, de los Indios de Cleveland.

El inicio de ese año para Jeter fue una premonición de lo que vivirían en la Serie Mundial, al otorgar un nuevo gallardete a los Yankees, quienes superaron a los Bravos de Atlanta, 4-2, no sin antes regalar una jugada que marcó su carrera al conseguir el empate en el primer juego de la Serie Divisional ante los Orioles cuando corría la octava baja al conectar palo de vuelta entera, jugada que reclamó airadamente el jardinero Tony Tarasco por una supuesta intervención de los aficionados.

En apenas su segundo año completo en la Gran Carpa terminaría como líder en imparables, carreras anotadas y bases robadas de la franquicia.

Para su cuarta campaña dejó de ser considerado una promesa y se convirtió en un baluarte de los Yankees, al grado que su reconocimiento entre los seguidores al Rey de los Deportes le valió para ser elegido por vez primera al clásico de mitad de temporada y saltaría hasta el tercer lugar en las votaciones para Jugador Más Valioso del Joven Circuito, perdiendo la carrera con Juan González de los Vigilantes de Texas y Nomar Garciaparra de Medias Rojas de Boston.

En su primera intervención en el Juego de Estrellas tomó el lugar del que en un futuro se convertiría en su compañero, Alex Rodríguez.

Los Yankees, ya bajo el mando de Joe Torre, conseguirían un nuevo anillo al vencer en el Clásico de Otoño por barrida a los Padres de San Diego.

Jeter, en el mejor momento de su carrera, recibió el reconocimiento de la familia Steinbrenner y jugó por primera vez bajo un contrato de siete cifras (5 millones de dólares) al tiempo que ayudó a los Yankees a refrendar el título obtenido el año anterior tras barrer a los Bravos, serie en la que el también histórico Mariano Rivera -- con par de salvamentos y un triunfo -- fue el mejor hombre de la novena neoyorquina, a su vez el oriundo de New Jersey terminaría con porcentaje de .353, cuatro carreras anotadas, seis hits y una impulsada.

Sus actuaciones, sobre todo con el bat, le valdrían una nueva invitación al Juego de las Estrellas y terminaría la temporada con lo que a la postre serían sus mejores números a la ofensiva: 219 indiscutibles, 134 carreras anotadas y fue la única vez que logró superar la centena de carreras enviadas al plato.

El nuevo milenio trajo un nuevo éxito a su ya ilustre carrera al llevarse por vez primera los honores como Jugador Más Valioso de la Serie Mundial gracias a un promedio de .409, par de vuelacercas solitarios, nueve hits y seis carreras anotadas, obteniendo esta condecoración también en el Juego de Estrellas, siendo el único pelotero en la historia que ha conseguido esta hazaña en la misma campaña.

Tras perderse algunos juegos por lesión en la temporada del 2003 regresó con sed de revancha y poco tiempo le tomó para recuperar su lugar.

'THE DIVE'

Pese a ser una de las temporadas que todo aficionado a los Yankees quisiera olvidar -- al desperdiciar una ventaja de tres juegos en la Serie de Campeonato ante los Medias Rojas -- Jeter, en el plano invididual, logró ser reconocido por su labor en las paradas cortas y dejó gala de su entrega cuando ante su odiado rival, en una jugada que muchos hubieran dado por concluida, se lanzó a las butacas para conseguir un out en la parte alta del doceavo capítulo ante la amenaza de los patirrojos que da reflejo de quién fue y la entrega en cada una de las jugadas al momento de uniformarse.

LA ERA COMO BATE DE PLATA

Jeter, quien nunca destacó por su bateo de poder, siempre encontraba la manera de posicionarse entre los mejores bateadores para alcanzar base y conectar imparables a cualquiera de los jardines gracias a la manera en que ajustaba su swing. Prueba de ello son las cuatro temporadas consecutivas en las que recibió este nombramiento en la Liga Americana, algo que solamente habían logrado Cal Ripken Jr. y Alex Rodríguez como paradores en corto del Joven Circuito.

Conforme avanzaba su carrera, Jeter parecía no perder el timing en el bateo y siempre encontraba la manera de aparecer como uno de los líderes en porcentaje de bateo y turnos al bat, pero su paso por las Grandes Ligas también será recordado por los extraordinarios e insólitos lances a la defensiva, mismos que le valieron para obtener cinco Guantes de Oro, tres de ellos de manera consecutiva.

La carrera de Jeter bien podría resumirse a las estadísticas que lo ubican como uno de los peloteros más prolíficos en la historia de los Yankees al liderar departamentos como apariciones en postemporada -- marca también de MLB -- juegos con la camisola a rayas, imparables, bases robadas, dobletes y, por supuesto, es quien más temporadas ha aparecido como capitán de la franquicia más ganadora en la historia de las Grandes Ligas con 12, tomando el lugar del hoy manager de Los Angeles Dodgers, Don Mattingly.

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