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Entró y desniveló

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BUENOS AIRES -- Jackson Arley Martínez Valencia (3 de octubre de 1986) resultó el jugador sudamericano más determinante de la jornada en la tercera jornada de la UEFA Champions League 2014-15. El delantero colombiano comenzó en el banco de suplentes el partido contra el Shakhtar Donetsk, pero con 2-0 abajo en el marcador el entrenador español Julen Lopetegui le dio 25 minutos de acción en un intento desesperado por emparejar el encuentro. El exariete de Medellín y Chiapas cambió entonces la historia de un choque que parecía definido. Todo, en apenas 5 minutos. El último del tiempo reglamentado, más los cuatro del añadido.

En el minuto 89' cambió por gol un penal cometido por Yaroslav Rakitskiy al rechazar con la mano derecha en el área un centro desde la izquierda. Y a los 90'+4 remató con categoría un centro lleno de veneno del español Cristian Tello, quien había desbordado como lo hacía en sus mejores partidos con el FC Barcelona. La pierna zurda de Jackson silenció el Arena Lviv. Lopetegui le había dado la titularidad al camerunés Vincent Aboubakar, pero a falta de casi media hora para el final del juego decidió el ingreso del 9 cafetero y éste puso el partido patas arriba con dos intervenciones decisivas. El técnico español argumentó que no le había alineado como titular a causa de problemas físicos que hacían que Jackson Martínez no estuviera "al ciento por ciento".

Sin embargo, el rato que estuvo sobre el terreno de juego, el de Quibdó fue un incordio permanente para los de Mircea Lucescu. La fe de Jackson, creyente y practicante, quien hace de la religión cristiana un culto constante, le llevó a conseguir algo impensable. Un empate que nadie imaginaba minutos antes de que finalizara el partido.

El podio de la tercera jornada de la UCL lo completan Javier Pastore y Lionel Messi. El exjugador de Huracán protagonizó 85 minutos excelsos. Se ofreció siempre como descarga del juego del Paris Saint-Germain por los costados, y tácticamente cumplió un partido perfecto. Acertó el 79% de los pases que intentó en la transición ofensiva, colaboró en defensa, y ayudó a su equipo a minimizar la ausencia de Zlatan Ibrahimovic. Por su parte, el mejor jugador del mundo brilló en la primera parte del choque PSG-Barça, en la que todo lo que intentó le salió. Caño a Pastore, asistencia a Neymar, golazo en combinación con Iniesta... La bajísima performance de su equipo en defensa no alcanza a disimular su rendimiento.