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La polémica decisión de Williams

WASHINGTON D.C. -- Una base por bola le costó un excepcional partido a Jordan Zimmermann la noche del sábado.

El dirigente de los Nacionales de Washington Matt Williams, en lo que podría ser una de las decisiones más criticadas y costosas de toda la postemporada, optó por remover al as del montículo después de permitir un boleto con dos outs en la novena entrada... y el resto ya es historia.

Un sencillo con dos outs de Buster Posey contra el cerrador Drew Storen y un doblete de Pablo Sandoval enviaron el partido igualado 1-1 a extra innings, donde casi seis horas y media más tarde, en la entrada número 18, Brandon Belt pegó tremendo jonronazo que decidió el 2-1 a favor de los Gigantes.

El argumento de un evidentemente defensivo Williams al finalizar el maratónico encuentro, que empató el récord para el mayor número de entradas jamás jugado en playoffs, fue que hizo lo que ha hecho a través de la temporada, cuando su abridor se mete en problemas, entra el cerrador Storen.

Muchos, entre ellos esta periodista, estuvieron confundidos a lo que Williams llamó "problemas".

Mediante el boleto, el primero del partido para Zimmermann, Joe Panik se convirtió en el primer corredor en primera base para San Francisco desde un hit de Travis Ishikawa en la tercera entrada. Arrancando con un toque de sacrificio del abridor Tim Hudson, Zimmermann había retirado a 20 Gigantes consecutivos hasta el noveno inning.

"Si nuestro abridor se mete en problemas en la novena entrada, optaremos por llamar al lanzador que ha sido perfecto para nosotros en ese rol. No funcionó, pero eso es lo que habíamos planeado en la novena. Y eso fue lo que decidimos hacer", enfatizó Williams.

Fue una decisión inexplicable. Zimmermann llevaba 100 lanzamientos en la noche. Su mayor número de lanzamientos esta campaña habían sido 114.

¿No le quedaba un bateador más?

Incluso el cátcher venezolano Wilson Ramos, quien llamó un excepcional partido, aceptó que estuvo confundido por la decisión de su dirigente.

"Me sorprendió bastante, pensé que sólo iba a darle un voto de confianza en ese bateador", admitió el venezolano a ESPNDeportes.com.

"Pensé que iba a tirarle a Posey y me sorprendió porque era un bateador derecho y no un zurdo", agregó Ramos, que estuvo detrás del plato las 18 entradas, recibiendo un total de 233 lanzamientos de nueve pitchers distintos, un nuevo récord para un equipo de Liga Nacional en un partido de postemporada.

Si hubiese sido un zurdo la historia cambiaría... pero las decisiones no las tomamos nosotros y hay que respetarlas", concluyó.

Williams indicó que Posey había pegado una sólida línea out en el turno anterior y había visto la bola bien toda la noche. El mismo Zimmermann admitió al finalizar el partido que la entrada anterior se había sentido un poco tenso, y cuestionó la zona de strikes que resultó en el boleto a Panik.

Esa misma zona de strikes del umpire Vic Carapazza con la que se sintieron tan poco satisfechos el campocorto Asdrubal Cabrera, y el mismo Williams, que ambos eventualmente fueron expulsados del partido.

"Storen estaba listo para entrar, así que sabía que me tenían bajo un control muy estricto y no voy a estar en desacuerdo con nada de lo que decida nuestro manager", sentenció Zimmermann, que hace una semana lanzó el primer partido sin hits en la historia de los Nacionales. "Ya pasó".

Muchos de los dirigentes de sofá, los que nos sentamos después de los resultados a analizar lo que pudo haber sucedido, afirmamos que fue la decisión incorrecta por parte de Williams. Que en aquel momento, el boleto que le había dado a Panik era una simple aberración y que le debieron haber dado la oportunidad de al menos retirar a un bateador más.

Pero la realidad es que también es fácil decirlo cuando ya conocemos el resultado final. La situación era "por el libro" en la cual colocas a tu apaga y vámonos, a tu cerrador, y Storen ha sido sólido desde que fue instalado como el taponero del equipo, sin haber permitido una sola carrera limpia en sus últimas 20 entradas lanzadas desde el bullpen.

"Es difícil culpar a nadie por entregarle la bola a un lanzador tan excepcional como Soren", afirmó el veterano abridor Hudson en referencia al cerrador de los Nacionales, que cuenta con una efectividad perfecta de 0.00 desde el 5 de agosto, un lapso donde ponchó a 16 bateadores y permitió sólo tres bases por bolas en 23 partidos.

Ahora a los Nacionales no les queda más que mirar adelante y emular precisamente a los Gigantes de 2012, que remontaron una desventaja de 0-2 en la serie divisional hasta coronarse campeones de la Serie Mundial, o, nuevamente, regresar a casa en octubre pensando en lo que pudo haber sido.