Guillermo Celis 9y

Kansas City vibra otra vez en octubre

KANSAS CITY -- Aficionados y fanáticos al "Rey de los Deportes": tuvieron que pasar 10,586 días para que la Serie Mundial regresara a esta ciudad, pero la gente lo está viviendo tan intensamente y con un equipo que no ha perdido en toda la postemporada, el comentario general de los lugareños es en relación a que ha valido la espera de casi tres décadas.

Si hace 29 años, cuando Andy Van Slyke era dominado por Brett Saberhagen para el último out de aquel clásico de otoño, la gente hubiese sabido que tendrían que esperar casi tres décadas llenas de frustraciones antes de regresar a la cima del Beisbol de las Grandes Ligas, seguramente habrían celebrado por semanas enteras y no solo por algunas horas.

A pesar de que han pasado casi 30 años, el proceso de construcción de los actuales Reales ha tomado una década, desde que Dayton Moore se hizo cargo de la gerencia general del equipo en el 2004 comenzando a sentar las bases de lo que hoy es toda una realidad.

Moore ha utilizado las ventajas del draft, algunos cambios que en su momento resultaron sumamente criticados por la gente de la ciudad, como el haber dejado ir a Zack Greinke después de la temporada del 2010 luego de que había ganado 39 juegos y un Cy Young en las tres campañas anteriores, y por supuesto la agencia libre, la nueva dirigencia del equipo tardó una década, pero finalmente ha llegado a puerto seguro con una nave que, bajo el mando de Ned Yost, está ya en la tierra prometida.

Muchos piensan que el haber llegado a la Serie Mundial es ya un triunfo para la gente de los Reales, pero los aficionados en la ciudad están sedientos de levantar el trofeo y saben que su equipo no va a conformarse con nada menos que eso.

La confianza ha venido creciendo conforme han llegado las victorias en la postemporada. El paso perfecto del equipo, que no ha perdido un juego desde que cayeron en Chicago el 27 de septiembre, y la forma en que vinieron de atrás en aquel duelo de Wild Card ante Oakland para comenzar con esta gran historia de playoffs, son los elementos que han alimentado las ilusiones de los habitantes de una ciudad que, así como su equipo, se ha revitalizado por completo en la reciente década.

La solidez de su defensiva, la efectividad de su bullpen y más que nada, la inspiración con la que el equipo llega a esta Serie Mundial, pueden ser los factores funbdamentales para que el público en Kansas City termine la fiesta de la forma en que esperan. Ned Yost no pretende improvisar ni cambiar su estilo, no trabajará nada de forma diferente a lo que ha venido haciendo. James Shields y Yordano Ventura serán sus primeros dos abridores para el Clásico de Otoño. La lección de Ventura viniendo del bullpen parece haber sido aprendida, pero también la de no dejar de ser agresivos en las bases y explotar al máximo su velocidad.

Lo único que tienen que evitar los Reales es el síndrome de la primera derrota. Aquel que afectó a los Rockies del 2007, quienes venían de barrer sus dos primeras series de postemporada, y nunca pudieron recuperarse de un descalabro en el juego inicial de la Serie Mundial ante Boston. Terminaron recibiendo ellos la escoba que habían propinado. Dentro de la gran confianza de la gente de la ciudad, existe también margen para esa pequeña posibilidad, pero igualmente la esperanza de que esa primera derrota nunca llegue y el equipo de la realeza pueda coronar lo que sería una verdadera hazaña, nunca antes vista en la postemporada de las Grandes Ligas.

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