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La responsabilidad del fanático

El dueño de los Suns, Robert Sarver,se molestó porque Gregg Popovich no envió a un equipo completo a su casa Mark J. Rebilas/USA TODAY Sports

Robert Sarver, el dueño de los Phoenix Suns, se anotó unos puntos de relaciones públicas recientemente al disculparse con su público tras la victoria de su equipo como locales sobre los suplentes de los San Antonio Spurs por 121-90 en un amistoso de pretemporada. La ¨polémica¨ se basaba en que ese ¨no era el partido que habían venido a ver¨ en Phoenix sin las principales figuras del rival. Sarver puede mandar los regalos que quiera como compensación tal y como prometió, pero en realidad ni él ni los Spurs deberían tener que disculparse por nada.

Primero que nada, Popovich no le debe absolutamente nada a los simpatizantes de los Suns, del Heat o de ningún otro equipo que no sea el de su ciudad. Su deber es maximizar al nivel de sus jugadores, defender el título y poner al mejor quinteto titular que él crea apropiado para dignar el precio de la entrada que pagan sus hinchas. Los intereses externos no son su problema.

Sarver, por su parte, no tenía idea de que ni Pop niManu Ginóbili, Tim Duncan y Kawhi Leonard, entre otros, no se molestarían en viajar para enfrentar a su club en un mero partido de pretemporada. Si él se siente tan mal por ¨el dinero arduamente ganado¨ por la gente, entonces podría bajar el precio de lo que fue la quinta entrada más cara de la NBA la temporada pasada, según la revista Forbes.

Es muy fácil culpar a Popovich, Ginóbili, Duncan, y compañía demonizarlos por no decir presente en Arizona. Después de todo la queja que está a mano de todos es el ejemplo de que un padre puede haber llevado a su hijo a ver a los campeones de la NBA por primera vez tras manejar por tres horas y se tuvo que conformar con Austin Daye y Cory Joseph. ¡Piensen en los niños!

Es mucho más fácil para el hincha hacerse la víctima y reclamar que aceptar responsabilidad como tal, y es muchísimo más fácil todavía criticar a San Antonio por ¨degradar al producto¨ ignorando que ellos venían de hacer una gira por Europa y que era un mero amistoso.

Uno al comprar algo conoce el riesgo que conlleva comprar a ese producto. Por ejemplo, si compras un teléfono marca Manolito no puedes esperar que haga lo mismo que un IPhone. Lo compras porque es un teléfono y es más barato, punto.

Bueno, en este caso un boleto para ver a los Spurs jugar contra los Suns en Arizona el jueves pasado era más barato que para verlos apenas dos semanas después en ese mismo estadio por la temporada regular. En ninguno de los dos casos existe la garantía de ver a Manu o a Duncan en acción, pero el sentido común dicta que eso es más factible en la temporada regular.

Si elegiste ir a verlos en la pretemporada, asumiste el riesgo de comprar al producto de menor calidad a cambio del ahorro monetario que eso conlleva.

En otros deportes como el fútbol es normal que los entrenadores descansen a sus máximas figuras y aquel aficionado que va a la cancha a ver un Real Madrid-Chelsea en la pretemporada se ilusiona con ver a Cristiano Ronaldo pero no piensa que Ancelotti le debe ponerlo en la cancha por siquiera un minuto, como si ese fuese su derecho al pagar una entrada.

En el béisbol es lo mismo, los New York Yankees jugaron 162 partidos este año y muchas personas querían ver a Derek Jeter jugar por última vez, pero si justo te tocó verlo descansar en la banca un miércoles por la noche contra los Minnesota Twins, mala suerte.

Tu derecho como hincha es reclamar que tu equipo deje alma y vida en la cancha, que la experiencia en el estadio sea amena y elogiar o criticar al jugador que se te cante desde tu asiento, pero no despechar al entrenador rival por no poner a todas sus figuras como si él te debiera algo.

Nadie te obligó a comprar la entrada, tal y como nadie puede obligar a Popovich a poner o sacar a ningún jugador. Además, si él desea ausentarse de un partido por equis razón entonces él cuenta con un staff de ayudantes capaz de tomar su lugar, nadie va a verlo dar indicaciones. En todo caso las verdaderas victimas son los televidentes que se quedan sin ver sus imperdibles entrevistas antes del segundo o último cuarto.

Además, si estás en Phoenix, ¿te estás quejando porque fue más fácil ganar para tu equipo?

Esta no es la primera vez que los Spurs hacen algo así. Popovich ya ha hecho descansar a Duncan, Manu y Tony Parker en partidos de la temporada regular, ya sea en Portland o en Miami con una transmisión televisiva para todo el país en el 2012. A veces ese plan le sale bien y en otras el tiro le sale por la culata y pierde por 40, pero cinco títulos en 15 años demuestran que él no hace eso por cretino, sino que como hábil estratega que conoce a sus jugadores mejor que nadie y los preserva a largo plazo.

La clave del éxito después de todo no es complacer a todo el mundo, y si la gente decide ir a ver a los Spurs como visitantes con esos antecedentes a su disposición entonces esa termina siendo la responsabilidad de cada simpatizante y de nadie más.