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Boca: clasificación y dudas

BUENOS AIRES -- La clasificación de Boca a los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante el humilde Capiatá dejó la sensación del deber cumplido. Nada más. Una hipotética eliminación hubiera profundizado la herida que se arrastra desde el ciclo que en 2013 arrancó Carlos Bianchi, y que tuvo como marca registrada la irregularidad y la falta de identidad futbolística.

Más que euforia por el triunfo, los jugadores y el cuerpo técnico del xeneize mostraron alivio. Obviamente, cargaron con toda la responsabilidad en esta serie que arrancó muy adversa y que estuvieron cerca de perder.

Pero más allá de haber "zafado" tras evitar el papelón de ser eliminado por un equipo muy limitado, sin grandes figuras y con apenas seis años de historia, el gran interrogante es el futuro.

Este Boca que de la mano de Arruabarrena había empezado a ilusionar sigue en caída libre en cuanto al juego. Con el nivel mostrado en los últimos partidos, será difícil verlo avanzar en la Copa y llegar hasta el final con chances de pelearle a River el campeonato.

A esta altura hay que decir que no toda la culpa era de Bianchi o de Riquelme. Es cierto, el Virrey había cumplido un ciclo en su tercera etapa. Y Román estaba más afuera de la cancha por lesiones que adentro de ella, además de las diferencias o internas que generaba en el vestuario.

Sin embargo, ya sin ellos, lo de Boca sigue siendo muy pobre. ¿Por qué? Tiene buenos jugadores y se armó, en el arranque del semestre, con lo mejor del mercado local.

Pero es evidente que con eso no alcanza. Boca necesita caudillos, jugadores con personalidad, a los que no les pese la camiseta, y que apuntalen a los Meli, los Chávez, los Calleri, los Carrizo, quienes recién están aclimatándose a un club como Boca.

Orión brinda seguridad en el arco. Gago mejora día a día, y pese a los altibajos, es de lo mejor en este corto ciclo del Vasco. Pero no es suficiente. La defensa es uno de los grandes puntos a mejorar. ¿Podrá el Cata Díaz volver a tener el nivel que logró en su primera etapa en el club? El juego en el medio, resulta clave para abastecer a los aislados delanteros. Y Boca no lo tiene.

La entrega y el sacrificio no están en duda, aunque con eso sólo no alcanza. Sí, se pueden ganar partidos a los "ponchazos", como bien definió el pibe Calleri tras la victoria agónica ante Capiatá. A "lo Boca". Pero así no se ganan campeonatos.

Por eso, más alla de la obligación que exige la historia, esa que dice que Boca tiene que ganar todo lo que juega, el Vasco deberá empezar a pensar en el Boca del 2015. Sin dudas la experiencia de estos meses le servirá al DT para sacar conclusiones. Tendrá que comprar y muy bien el DT de cara a lo que viene. Los Xeneizes necesitan jugadores con personalidad y experiencia para vestir una camiseta con tanta historia.

Si no logra reforzarse con futbolistas que marquen la diferencia de verdad y que potencien al plantel, seguirá penando como lo viene haciendo hasta ahora. Y si no es Capiatá, será otro ignoto rival el que le hará sentir que si no hay jerarquía, con el peso de la camiseta ya no se gana más.