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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Quisiera ver a Roger para siempre
La efusividad detrás de un resultado suele llevar a extremos poco verosímiles. Para bien y para mal. De esta última acepción se agarró Pat Cash para contestarles a quienes sugerían, un año atrás, que Roger Federer debía pensar en el retiro, en tiempos de dolores de espalda, caídas sorpresivas, infructuosos cambios de raqueta y un ranking que encontró su piso en el N°8 del mundo.

"A los jugadores como Roger nunca se les debería pedir que dejen de jugar. Yo quiero verlo hasta los 45 años. Hay un solo Roger Federer", graficó el campeón de Wimbledon 1987 en diálogo con el Tages Anzeiger de Suiza, durante el ATP de Basilea.

"Además, por la manera en que está jugando hoy por hoy, y por cómo economiza sus movimientos en cancha, tiene para un largo tiempo más -siguió-. Si lo comparamos con Nadal, por ejemplo: uno se mueve súper relajado y el otro está siempre tenso. Así Rafa nunca va a poder jugar una temporada completa. Su cuerpo se satura. Si él jugara siempre en su mejor forma, no habría manera de pararlo. Pero sufre lesiones todo el tiempo".

Cash también remarcó como "increíble e inusual" que Roger pueda volver al N°1 en el cierre de la temporada, "teniendo en cuenta que no ganó un Grand Slam en más de dos años", aunque interpuso la final de la Copa Davis como evento supremo para su futuro inmediato.

"Para mí, como australiano, la Copa Davis siempre estuvo al nivel de los Grand Slams. Creo que hacerse con el título será muy importante para su propio orgullo. Y no debe haber nada más difícil en el mundo del tenis que ganar una final de visitante. Requiere otro tipo de concentración: yo en la final de Wimbledon estaba relativamente tranquilo. Pero en la Davis me volvía increíblemente nervioso. Desde el himno ya estaba sensibilizado. Uno juega para sus compañeros y para el país".

Calentando la final
Mientras Cash planteaba el nuevo y difícil escenario que le esperaría a Federer en Lille para la definición de la Copa Davis, Gilles Simon le daba la razón a la distancia. En una entrevista con el medio francés RMC Sport, el galo operó como "concientizador" de su propio público y disparó: "A veces temo que nuestra gente vaya a respetar de más a Roger. Espero que reciba el mismo trato que cualquier rival".

"Es un jugador al que sin dudas la gente apoya en cualquier momento, en cualquier parte del mundo -explicó-. Hasta cuando juega contra un francés en Roland Garros suele ser 50-50. Y uno piensa: '¿Qué está pasando?'".

Simon, en cambio, pidió "meterse en su cabeza" y sacarlo de partido: "Cuando haga esos 'súper tiros perfectamente amortiguados' que él hace, tenemos que hacerle sentir que nadie lo aplaude. Está acostumbrado a que todos le griten 'genio'. Lo quiero ver cuando se equivoque en algún punto clave y toda la gente se levante contra él. Quiero ver cómo salva un break point en un contexto así...".

Desde Basilea, Federer recogió el guante en conferencia: "A Simon le gusta hablar mucho. No me sorprenden sus comentarios. Sé perfectamente la tradición que tiene la Copa Davis en Francia, sé qué nos espera en Lille. También tengo claro que debo jugar un gran tenis para ganar dos o tres puntos allí. Hablamos mucho con Stan de nuestra preparación y de cómo llegar de la mejor manera a la final".

Tenista, bailarina y escritora
Serena Williams volvió a maestrarse en las Finales WTA, se aseguró cerrar otra temporada como la N°1 del mundo y, a los 33 años, sigue mostrando una forma envidiable. Singapur fue testigo de esa potencia, pero también de su versatilidad acrobática, manifiesta en cada uno de sus "splits": esas terminaciones de tiros ganadores donde en vez de frenar el deslizamiento acaba totalmente abierta de piernas.

"Hace unos cinco, seis años, jugando en Toronto, fui a pegar una derecha, set point abajo. Logré el winner y terminé así extendida. Desde ahí enseguida se volvió una jugada legendaria -contó Serena-. Pero no es algo que practique. Nunca corro tan fuerte en un entrenamiento. Lo que sí trabajo es mi flexibilidad, aunque no por el tenis: es porque bailo".

Y al perfil multifacético de la N°1 hay que agregarle un hobbie menos explosivo: la escritura. "Es terapéutico. Cuando me pasa algo especial, necesito dejarlo en palabras".

Serena ya publicó una autobiografía en 2009, con colaboración del escritor Daniel Paisner. Pero en breve podría haber secuela. "En realidad pienso más en que sea una serie de libros. Hace un tiempo vengo escribiendo algunas cosas. La otra vez tuve mucha ayuda para armar el texto. Ahora soy yo la que ha estado escribiendo la mayor parte".

¿Será un relato más crudo, con confesiones ruidosas como las de Agassi o Connors? "Soy una persona abierta, pero hay algunas cosas que me he guardado. Aunque no al nivel de Andre. O quién sabe, veremos".

Sobra oxígeno en Valencia
En el marco del ATP de Valencia, hubo una muy buena noticia: el torneo fue confirmado por al menos dos años más, aun cuando tienen garantizados apenas 1,5 millones de euros cuando se necesitan 7 millones por edición. "Tenemos contrato hasta 2018. Lo que sí está claro a día de hoy es que no podemos organizar otra cosa que no sea un ATP 500", se explayaron Juan Carlos Ferrero y David Serrahima, director y subdirector del torneo, cuando se les preguntó insistentemente si podían garantizar el rango.

"Fue un reto personal. Hemos luchado en todo momento por esto y creo que es un premio al deporte valenciano. Hubiera sido una pena perderlo", agregó el exnúmero uno del mundo, hoy socio de David Ferrer en el último de los tres torneos españoles que forman parte del circuito masculino.

Pero, ante los últimos coletazos de la crisis económica de España, hubo tiempo para innovaciones, también en esta edición. Se trata de la instalación de "La Burbuja", un espacio con una moderna técnica para que los tenistas aceleren la recuperación tras el esfuerzo.

"Aporta un ambiente muy limpio. La bomba introduce aire con una serie de filtros, de forma que el aire que estás respirando dentro es súper puro, no está contaminado", explicó Nacho Muñoz, jefe de los servicios médicos del torneo, al diario valenciano Las Provincias. "Lo utilizamos con los deportistas como método para ayudar a recuperarse después de los partidos, pero hay fórmulas parecidas que se han utilizado en hospitales de campaña. Es aire libre de patógenos y sustancias alergénicas".

Mirar al pasado
Maria Sharapova no tuvo el recorrido más memorable por estas Finales WTA. Pero para recuerdos difíciles ya estaba la versión 2007. Allí la rusa hilvanó cuatro victorias para probarse ante la N°1 del mundo, Justine Henin, quien para entonces la había vencido en sus últimos seis enfrentamientos. Y la definición fue un capítulo aparte...

Tres horas y 24 minutos duró la final, la más larga en la historia del torneo. La victoria fue para Henin, por 5-7, 7-5 y 6-3. Y dejó su mella en Sharapova. "Me recuerdo todavía increíblemente enojada después de esa final. Fue una de esas veces donde necesité dejar pasar un tiempo largo antes de venir a la conferencia porque estaba fuera de mí", evocó en Singapur.

"Hablaba con mi entrenador y con mi padre. Sentía que debía haber ganado ese partido. Fue uno de los duelos más exigentes desde lo físico que me haya tocado jugar en toda la vida".

Además, tener a Henin del otro lado era especial: "Tenía una rivalidad muy dura con Justine. Nunca me sentía con demasiadas chances de ganar por cómo era su estilo de juego. De a poco fui mejorando y creo que esa final fue un poco un quiebre en ese sentido. Ese partido me inspiró para el siguiente Abierto de Australia, donde nos volvimos a cruzar y le gané bastante convincentemente".

A siete años de aquel golpe: ¿Volvió a ver la final? "No suelo mirar partidos viejos. Solo ocasionalmente, si estoy aburrida. Y si es para preparar algún partido, me concentro en los recientes". A propósito, contrastó: "Me cuesta encontrar la paciencia para sentarme y prestar atención a los videos. Pero aunque no sea mi experiencia favorita, reconozco que es muy útil. Te aporta perspectiva, prueba cuán errada estabas en más de una situación".

Un día con mi ídolo
Con 17 años y apenas cuatro victorias ATP, Borna Coric dio el gran golpe de la semana en Basilea, tumbando en cuartos de final a Rafael Nadal y marcando su anticipado cierre de temporada. Pero no solo el hecho de bajar a una estrella como Nadal dimensiona su triunfo: el croata lo tiene como uno de sus grandes ídolos en el tenis, junto a sus compatriotas Goran Ivanisevic y Mario Ancic.

"Esto es algo soñado, una sensación increíble. Estoy sumamente orgulloso por esto. Creanme que soy una persona nerviosa. Estoy tratando de manejar eso y no demostrarlo", contó Coric, ya el más joven dentro del Top 100.

"Jamás me voy a olvidar de este partido y de este día", remató el ex N°1 Junior. Y tuvo un guiño de Nadal: "Borna es una buena persona, un gran jugador. No sé hasta dónde puede llegar. Dependerá de lo que sea capaz de mejorar". Inolvidable escendario de despegue para una de las grandes promesas del circuito.

Pocas luces
Singapur montó un auténtico espectáculo para recibir por primera vez a las ocho mejores del mundo. Shows de luces, lasers de todos los colores, música al extremo, fuegos artificiales. Ningún elemento faltó a la cita.

Para algunas, incluso, fue desbordante: "La entrada fue demasiado. Casi dramática. Pero increíble. Una se sentía en una fiesta dentro de la cancha. Es una atmósfera que no se vive en otro torneo", ilustró Bouchard. Halep también se sorprendió: "Un poco me asustaba tanto ruido. Sobre todo porque ahí abajo estaba todo oscuro. No podía ni ver a la gente en las tribunas".

Serena quedó maravillada: "Me encantó lo que hicieron con el fuego. Siempre la WTA hace de este torneo algo especial y único". Articulando lo dicho por Halep, le consultaron si le resultaba complicado entrar a la cancha en la oscuridad: "¿Si tuve problemas para ver? Soy grande, pero tampoco tanto".

Pero la historia con las luces pronto dejó de ser una anécdota ceremonial para convertirse en objeto de crítica de las mismas jugadoras. "Durante algunos partidos las luces se volvieron un poco locas", concedió Petra Kvitova.

Sharapova fue más explicativa: "Todos los días hubo problemas. Hasta en las prácticas había siempre una iluminación distinta. El primer día me entrené con media cancha a oscuras y los costados iluminados. Después esas luces desaparecieron. Al final terminaron poniendo más luces para el centro pero no las suficientes en el resto".

La consecuencia: "Cuando vas a buscar una pelota abierta sientes que quedas en la sombra y cuando vuelves al centro tienes de vuelta las luces sobre ti".

Wozniacki respaldó la sensación: "Por momentos algunas luces se prendían y se apagaban, otras tardaban unos minutos. De pronto en un cambio de lado noté que en el centro de la cancha habían prendido otras que antes estaban apagadas. Fue raro cómo lo manejaron".