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Durant, año estupendo, no excelente

En el apartado individual, el año 2014 será inolvidable para Kevin Durant. Alzarse con el galardón al Jugador Más Valioso bien valen varios brindis el día 31, cuando el reloj marque la medianoche. Será poco después del encuentro ante Phoenix Suns que se jugará en el Chesapeake Energy Arena. Sin embargo, el momento en el que el segundero impulse las agujas hacia las 12 am, su carroza no se convertirá en calabaza, sencillamente porque no existe tal carroza.

Hay que ser rey para llevar corona y ser transportado con todos los honores por la rocosa senda de la NBA. Durant todavía tiene que conseguir mucho más que un meritorio MVP para tocar la cima. Su sueño debe seguir vivo porque le acechan muchos retos por delante en una realidad más cruda que floreada. Cruda por los tiempos que corre Oklahoma City Thunder y porque a falta de ésta y otra temporada, Durant se aproximaría a los 28 años de edad (ahora cuenta con 26) y tendría que afrontar la firma de su probablemente último gran contrato. Ése que le ofrezca la oportunidad de lograr un campeonato y no ser uno más en la lista de los MVP que, como Charles Barkley, Steve Nash, Karl Malone, Derrick Rose o Allen Iverson, no lograron enfundarse un anillo.

A día de hoy, la cosa pinta difícil con un Thunder que necesita aprovechar el cambio de era que viven algunas franquicias punteras como San Antonio Spurs o Miami Heat. Es el momento para que aquellos equipos que quedaron eclipsados por el brillo de los mejores salgan a la luz y Oklahoma es uno de ellos. No obstante, para que eso suceda, han de superar la extrema dependencia en sus dos figuras (Durant y Russell Westbrook).

La falta de un sistema por parte de Scott Brooks que sea capaz de sobrevivir a las ausencias de sus dos baluartes hacen que sus presencias decanten la balanza del lado de la victoria, mientras que sus ausencias, al de la derrota. Apenas existe el término medio. Durant se ha perdido 23 juegos está temporada (8-15 para su equipo), es decir, antes del partido de la noche de Año Nuevo ante los Suns -y a la espera de que se haya recuperado completamente de la lesión de tobillo que le ha obligado a perderse seis juegos al hilo, que se suman a los 17 primeros de la temporada por una fractura en el pie derecho- el escolta habrá jugado sólo nueve encuentros (7-2 para el Thunder).

BRINDARÁ POR LA SALUD

Los problemas físicos que está arrastrando el dorsal número 35 le alejan del reto de repetir galardón en 2015. Las lesiones deberían desaparecer para darle continuidad a su juego, y sus actuaciones tendrían que ser más que determinantes de aquí al final de la temporada regular. El Thunder debería no sólo clasificar a unos playoffs que ahora divisa a tres partidos vista, sino superar rondas y alcanzar mínimo unas Finales de Conferencia.

Tal y como están las cosas, sería un gran logro para Oklahoma, que a pesar de su virtudes defensivas (es a día de hoy el equipo que menos puntos permite de la liga -96.1 ppj- el segundo que más rebote agarra -46.3 rpj) necesita a Durant (y Westbrook) en plenitud de condiciones para optar a eso y mucho más. Se trata del equipo que menos asistencias brinda por encuentro (19.6 apj) y el vigésimo primero que menos puntos anota (98.1 ppj).

Por eso el gran año de un Durant máximo anotador en la temporada pasada fue estupendo pero no excelente. En aquel discurso pronunciado el día que recogió el MVP, el escolta despertó inspiraciones adormiladas en muchos, que como él en la época, viven una juventud complicada en la que están obligados a demostrar que con trabajo y esfuerzo se puede lograr la calidad necesaria para ocupar un hueco en el elenco de estrellas del básquetbol.

También alentó a aquellos cuyo progreso al mundo del deporte profesional está más adelantado; a las madres coraje que, como la suya han tenido que sacrificarse para sacar a sus niños adelante; a padres solteros que se esfuerzan para que sus críos adopten los valores de la excelencia. No existen géneros cuando la dedicación es igual para todos.

Durant aúna todos estos conceptos y otras virtudes que le erigieron MVP ante la atenta mirada de su madre, su compañero de avatares -- Westbrook -- el resto del equipo y el mundo entero.

El año 2014 será inolvidable para el capitán del Thunder y 2015 estará marcado por los retos que están por llegar. Brindará como muchos de nosotros por la salud -suya y de los suyos- y por los éxitos que están por llegar. No obstante, es complicado no aguardar con impaciencia lo que le depare 2016, cuando pase a ser agente libre. Será ahí cuando Durant opte a la corona, a la carroza.