MÉXICO -- No creo que ni el mismo Jerry Jones en septiembre haya imaginado que los Dallas Cowboys iban a llegar a la ronda divisional. El pronóstico era pesimista como pocas veces, más aún después de la derrota ante San Francisco en Arlington. Por eso la victoria del domingo ante los Detroit Lions tiene un sabor más especial para los aficionados de este equipo, y también por lo difícil que resultó.
Los grandes puntos de apoyo de los Cowboys en esta temporada fueron su línea ofensiva y el juego terrestre con DeMarco Murray. Este domingo esos dos pilares estuvieron lejos de su mejor forma. La línea ofensiva de tres Pro Bowlers permitió seis capturas a Tony Romo; mientras que Murray apenas tuvo ocho yardas en cuatro acarreos en el primer cuarto. Dallas tuvo que remontar desventajas de 14-0 y 20-7.
Entonces fue que apareció el Tony Romo que no habíamos visto en playoffs, especialmente en la segunda mitad; y la defensiva que coordina Rod Marinelli.
Romo lo hizo especialmente bien en tercera y cuarta oportunidades. El departamento de estadísticas de ESPN nos reporta que en esos downs Romo completó el 67 por ciento de sus pases, promedió 16 yardas por intento, lanzó dos touchdowns y 0 intercepciones. Números sólidos en momentos de alta presión, ante una defensiva muy agresiva que hizo sentir su presencia desde el principio. Esta vez no apareció el fumble o la intercepción de Romo, mientras que Matthew Stafford entregó tres veces el balón.
Curioso que al final fue la defensiva de Marinelli la que frenó a los Lions, el equipo del que fue head coach en aquella infame temporada de cero ganados y 16 perdidos. Las últimas seis series ofensivas de Detroit terminaron en dos fumbles, una intercepción, dos despejes y apenas un gol de campo. La defensiva de Cowboys... ¿No había sido la peor de la NFL en el 2013? Efectivamente, la peor en muchos años. Sin tener grandes estrellas, esta vez fueron un pilar indiscutible.
No hay duda que la interferencia defensiva que los oficiales dieron marcha atrás en aplicar fue un punto de inflexión claro en el partido. Pero resultaría injusto centrar la atención en esa decisión cuando hubo tantas cosas que gravitaron.
Los Packers en Lambeau Field son palabras mayores. Para vencer a Aaron Rodgers y los suyos en su estadio necesitarán de su mejor versión. Por ahora, unos cuantos fantasmas más han sido exorcizados en Valley Ranch, y en la carrera de Tony Romo que ganó a toda ley su segundo juego de postemporada.