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Heat...lo que LeBron se llevó

LOS ÁNGELES -- No siempre debería de ser así, pero en esta ocasión lo es. Es obvio que un jugador solo no hace a un equipo campeón, sin embargo, en el caso de Miami Heat, la salida de LeBron James ha dejado al plantel cojo después de cuatro finales consecutivas y dos anillos de campeón. La evidencia salta a la vista. Dwyane Wade y Chris Bosh han perdido una pieza clave de su columna vertebral y esos playoffs que antaño estaban asegurados, ahora penden de un hilo.

Si a día de hoy el Heat (16-21) formara parte de la Conferencia Oeste, estaríamos hablando de un grupo que estaría cuarto por la cola, pero no, su pugna es el condescendiente Este y en lugar de ocupar la plaza que a día de hoy tiene Sacramento Kings, Erik Spoelstra y sus pupilos descansan sin placidez en el penúltimo puesto para clasificar a playoffs.

Sin LeBron son otras las virtudes que han de explotar en Miami y es donde verdaderamente se ven las capacidades de un coach para amoldarse a la situación. Las cosas no van bien en la Ciudad Mágica, aunque lo que acalora a muchos de sus seguidores es precisamente que a veces funcione la maquinaria y otras no. La franquicia de Florida fue capaz de dar un golpe sobre la mesa frente a Los Angeles Clippers. Vencieron a un rival en alza en su propia cancha y comenzaban con buen pie su periplo californiano que les llevara a medirse a Los Angeles Lakers este martes, a los imponentes Golden State Warriors y a sus pares de Sacramento.

A Miami le quedan 45 partidos para demostrar que son capaces de sobrevivir sin LeBron. A Wade le restan 45 juegos para pasar por alto sus problemas de rodilla y seguir siendo el buque insignia, y a Bosh le faltan 45 citas para hacer valer esa millonaria renovación que firmó este verano por alrededor de 118.4 millones por cinco años. El esfuerzo de Pat Riley por mantener al jugador después del 'no' de James está teniendo un buen resultado esta campaña, pero no es suficiente.

WADE Y BOSH, SOLOS ANTE EL PELIGRO

Bosh acaba de salir de una lesión de gemelos que le mantuvo apartado de las canchas durante ocho encuentros durante diciembre. Aunque ante los Clippers firmó la mejor actuación de la temporada con 34 puntos anotados (13/20 en tiros de campo) y siete rebotes, lo cierto es que todavía puede dar más de sí mismo. Su protagonismo está siendo mayor debido a la ausencia de LeBron, que atraía gran parte de la carga ofensiva de los miamenses y eso se traduce en más intentos a canasta con números más cercanos a sus tiempos en Toronto Raptors (21.6 ppj con una media de 7.8 sobre 16.2 intentos en tiros de campo), la que es su cifra más alta en las cinco temporadas que lleva con el Heat.

Sin embargo, ni sus actuaciones, ni la de su compañero de éxitos, Wade, están valiendo para colocar a Miami a la cabeza del Este. El caso de Dwayne está siendo similar. Cuenta con más protagonismo (líder anotador del equipo con 22.8 ppj y en asistencias con 5.6 apj), pero tampoco está flanqueado por un elenco de calidad suficiente (tampoco por un tercer mosquetero que haga del trío un 'Big Three').

Luong Deng sería el tercero en discordia, pero tampoco está brillando tanto como lo esperado hasta el momento. La labor de los armadores, Mario Chalmers y Norris Cole está dejando mucho que desear en las últimas semanas (véase la marca de Wade a Chris Paul del domingo). Las cosas no funcionan y en la práctica anterior al encuentro ante CP3 y compañía, Spoelstra les hizo practicar durante dos horas y media para dejarles claro el concepto ofensivo que no están llevando a cabo: darle balones a Bosh y/o Wade para que finalicen jugadas.

CHISPAZOS INSUFICIENTES

Así sucedió en victorias sorpresivas ante planteles sólidos como Dallas Mavericks, Toronto Raptors o Cleveland Cavaliers; no en cambio ante Utah Jazz, Philadelphia 76ers, Indiana Pacers u Orlando Magic. ¿Por qué unas veces sí y otras no? Ahí reside la disyuntiva que está persiguiendo al Heat este año I post LeBron.

El equipo ha perdido muchísimo fuelle ofensivo. Porque el Heat ya no es ese equipo ofensivo capacitado para anotar 102.2 punto por juego o permitir 97.4 ppj como le encajaron el año pasado. Ahora, su potencial atacante se reduce a 94 ppj (tercer peor equipo de la NBA en la actualidad), también lo pasa mal en el apartado de los rebotes (el peor de la liga en en este sentido con 36.5 rpj) y uno de los que menos asistencias brinda (19.9 apj, también el tercer plantel que menos mueve la bola a la hora de completar jugadas).

Y las estrellas quedan eclipsadas cuando un jugador como Hassan Whiteside, que hace un mes estaba en la D-League, alcanza cifras estratosféricas como las que logró ante Clippers (20 puntos y 15 rebotes, máximo para un suplente desde Alonzo Mourning).

En fin, el mundo al revés en el Heat, un equipo que está a años luz de lo que fue.

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