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El dilema de Radamel Falcao

BUENOS AIRES -- Radamel Falcao ante un dilema. Está agradecido al Manchester United porque los Red Devils le ofrecieron un escenario formidable para su relanzamiento internacional tras la gravísima lesión de rodilla que le dejó fuera del Mundial de Brasil. Pero tanto él como Jorge Mendes, su omnipresente y todopoderoso representante, ya han comprendido por diferentes actitudes que si el futuro del Tigre continúa bajo la tutela de Louis van Gaal, el jugador se va a despreciar en Old Trafford y dejará de tener control sobre su carrera.

La conclusión a la que parece haber llegado el samario junto a su agente se desprende de los últimos acontecimientos. Tuvo acción en el enloquecedor combo del Boxing Day, y mostró una mejoría ostensible en cuanto a su participación en el juego. Pero el entrenador holandés se guía por la estadística y ésta dice que el exjugador de River, Porto, Atlético de Madrid y Mónaco ha marcado 3 goles en 13 partidos (12 de Premier League, y 1 de FA Cup).

El problema para Falcao reside en que no sólo Van Gaal juzga escaso su promedio goleador (el ídolo colombiano firma un gol cada 201,33 minutos), sino que el propio club y la crítica están de acuerdo. Por este motivo, cuando Van Gaal decidió dejar a Falcao fuera de la convocatoria en el exigente compromiso frente al Southampton de Ronald Koeman (gran revelación de la temporada 2014-15) nadie clamó al cielo.

El Soton se llevó el triunfo (0-1 en Old Trafford, gol de Tadic a los 69'), pero fue más relevante para los medios un supuesto enfado y espantada de Falcao del estadio, que su marginación de la lista de jugadores convocados.

El Manchester United no disparó una sola vez dentro de los tres palos y las pocas dudas que hubo acerca de la no inclusión del Tigre fueron destinadas a la conjetura, ¿habría disparado más el United con Radamel en la cancha?

Falcao ha sido incluido en 7 partidos como titular, ha entrado en 5 desde el banco de suplentes, y ha sido reemplazado en otros 5. Es decir, que apenas ha jugado un par de encuentros de forma completa.

En ningún equipo pasaría desapercibida la situación del extraordinario goleador colombiano, pero en todo un Manchester United, con el contexto de urgencia actual, y después de haber pagado 7,6 millones de euros al Mónaco en calidad de préstamo por una temporada, el staff de los Diablos Rojos comienza a reflexionar acerca de si hizo o no lo correcto. Cualquier club se habría planteado la operación por la enorme capacidad de Falcao y sus condiciones como jugador-goleador.

El debate, tomando en cuenta el tiempo que ha transcurrido desde que regresó a la actividad, radica en que directiva, público y medios de comunicación se preguntan si a sus 29 años (los cumplirá el próximo 10 de febrero) el Tigre recuperará su mejor versión, o si la lesión de ligamentos cruzados en su rodilla izquierda le cortó las garras para siempre.

Van Gaal, con su decisión de archivarle y prescindir de él cuando parecía que el United comenzaba a escalar posiciones en la tabla, alimenta una incertidumbre que comienza a ser dañina para con las expectativas que despertó el 9 desde su llegada.

Su flirteo con el Real Madrid tras el Mundial de Brasil 2014, sirvió para conseguir este contrato con el Manchester United. Un runrún en Madrid arguye que gracias a la amistad que le une a José Ángel Sánchez, director general y hombre fuerte del Real Madrid, Jorge Mendes pactó incluir y filtrar el nombre de Falcao en la quiniela de jugadores que podían llegar al equipo blanco para aumentar la nómina de delanteros, con el objetivo de mantener al alza su cotización y conseguir un club fuerte como supuesto puente para preparar el futuro desembarco del Tigre -reconocido hincha del Real Madrid- en el Bernabéu. El Manchester United, urgido, mordió el anzuelo. El mexicano Javier Chicharito Hernández pasó al Real Madrid, y Falcao aterrizó en Old Trafford.

Pero ahora la historia, con la performance del colombiano, no parece encaminarse hacia el final esperado. Ese de todos felices y comieron perdices. Daniel Taylor, editor de fútbol del prestigioso diario inglés The Guardian, acaso de los muy pocos medios de comunicación que inspiran rigurosa credibilidad dentro de la prensa deportiva británica, escribió una columna de opinión sobre el entuerto de Van Gaal a Falcao. La tituló "Falcao, el símbolo del problema en la filosofía de Van Gaal". Taylor explica en ella algo que sabemos a la perfección sobre Van Gaal quienes le conocemos y asistimos a su trabajo cotidino desde su época en el FC Barcelona. El entrenador holandés es un formidable entrenador para jugadores jóvenes. Confía a muerte en ellos, los promueve, y aunque es "muy estricto", como le definió Ángel Di María tras la gala del Balón de Oro en Zurich, les permite mayor margen de error, así como se muestra más tolerante y comprensivo con ellos que con las principales figuras.

En Twitter había gente que insinuaba que Falcao-Van Gaal podía ser una réplica del episodio vivido entre Messi y Luis Enrique en Barcelona. Nada que ver. Si hubiera que compararlo con otro capítulo en la trayectoria del míster, la situación sería parecida a su disputa con Juan Román Riquelme en el FC Barcelona durante 2002. Van Gaal no pidió a Riquelme entonces y le mostró su rechazo en la cara antes de que el máximo ídolo de Boca Juniors fuera presentado al público y la prensa. Ni Román ni nadie jamás comprendieron por qué el fichaje más importante del equipo en aquel momento fue tratado por el holandés como carne de segunda selección. Hay jugadores a los que estas situaciones les estimulan. Otros no. ¿Por qué el parecido? En Inglaterra ahora dicen que Van Gaal no fue quien pidió el fichaje de Falcao, y que tener que alinearle por obligación le disgusta porque prefiere favorecer el crecimiento de jugadores como Adnan Januzaj. En el Barça buscó hacer lo mismo hace 12 años con un joven Andrés Iniesta. En aquel momento no se equivocó, ya que el genio de Fuentealbilla, a sus 30 años, ya es una leyenda viva del fútbol mundial.

Van Gaal parece pensar que la pólvora del Tigre no volverá a secarse, por eso busca alternativas y, de paso, dejar su marca en el gigante inglés. Todo apunta a que Falcao deberá buscarse un nuevo destino. Su futuro dependerá de la habilidad de su representante, los contactos del propio agente, y de lo que él mismo pueda hacer en los minutos a cuentagotas que tendrá de acá hasta que acabe su cesión.