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Al-Attiyah, príncipe, millonario, olímpico y bicampeón del Dakar

BARADERO -- La serenidad que demuestra al hablar no tiene correlación con su forma de pilotar agresiva y segura si Mini que le ha permitido hoy al catarí Nasser Al-Attiyah a sumar su segunda corona del Dakar.

A los 44 años, este príncipe fundador de su propio equipo Qatar World Rally logró repetir una hazaña que ya había logrado por primera vez, en 2011, con un Volkswagen Touareg.

En su undécima participación en el Dakar, el catarí con un Mini rentado y sin formar parte del equipo oficial consiguió un nuevo logro para sus vitrinas.

Hijo del exministro de energía de Catar y primo hermano del actual Emir, es el mayor de siete hermanos y siempre demostró interés por los coches.

Con el carisma y la sonrisa como una marca registrada de su forma de ser, Nasser conduce desde los 12 años cuando tuvo su primer coche, un Suzuki, y desde muy chico demostró su pasión por los rallys.

Si bien debutó en los rallys de su país en 1989, con apenas 19 años, luego se dedicó al tiro al plato -en la categoría skeet- que lo llevó a ser cinco veces deportista olímpico, con una medalla de bronce como mejor resultado en 2012.

"A la segunda carrera hice de piloto; no se me dio mal. Y decidí probar", relata al comentar sus comienzos con aquel Suzuki en 1989, mientras que al año siguiente ya consiguió su primer campeonato catarí y luego repitió el título de 1992 a 1995.

Su primera participación olímpica en representación de Catar fue Atlanta 1996, mientras que en Sydney 2000 fue sexto, en Atenas 2004 alcanzó la cuarta plaza, en Pekín 2008 fue abanderado de la delegación de su país, y Londres 2012 alcanzó el tercer lugar del podio.

En su perfil deportivo también se involucró en la candidatura de su país para ser sede del Mundial de fútbol para 2022 y es colaborador activo de Qatar Foundation, la organización sin fines de lucro que supo lucir la casaca azulgrana del Barcelona.

En el fútbol, su corazón está con el París Saint Germain (PSG), club que mantiene estrechos vínculos con su país y que podrá contar con su valioso aporte cuando lo necesite, según ha expresado el príncipe en numerosas ocasiones.

Luego de un tiempo de descanso en los coches, a pedido del presidente de la Federación de Automovilismo volvió a subirse a un coche de rally en 2003 para representar a su país.

Desde entonces su carrera olímpica del tiro al plato coincidió con su crecimiento en el mundo del rally, donde participó sin interrupciones del Campeonato Mundial y del Dakar, primero en África y luego en Sudamérica.

Sin identificación firme con ninguna marca, Nasser utilizó Subaru, Skoda, Ford, Citröen, BMW, Volkswagen, Hummer, Buggy y, para esta edición 2015 sus idas y vueltas con Sven Quandt lo hicieron subirse a un Mini.

Campeón de la clase 2 del Circuito Mundial de Rally (WRC2), su mayor conquista, hasta hoy, había sido el título del Dakar conseguido en 2011 cuando ganó la edición del Dakar con Volkswagen, escoltado por sus compañeros de equipo Giniel De Villiers y Carlos Sainz.

Su futuro marca una incógnita, ya que durante esta edición del Dakar ratificó que está preparando a dos pilotos cataríes para formar un equipo nacional y que en el mundo del rally puede tener 'más Nassers'.

No obstante, este segundo título del Dakar le permite al príncipe millonario una dulce y triunfante partida desde Buenos Aires para pensar y analizar sus próximos pasos.