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Líder renovado en Chicago

No sé de donde salió o que fue lo que provocó esta transformación de personalidad tan repentina, pero el 2015 nos está ofreciendo a un nuevo Derrick Rose fuera de la cancha y frente a los micrófonos -- mucho más expresivo y lleno de convicción - y la verdad que todo Chicago debería estar sumamente contento por esta nueva faceta de su figura, de la cara más visible de los Bulls.

Rose siempre ha sido un verdadero toro dentro de la cancha, embistiendo contra defensores rivales con abandono y propósito y siendo un líder por sus acciones dentro de la cancha más que por sus palabras fuera de ella. Sus declaraciones a la prensa solían ser un culto al perfil bajo y a no decir nada controversial, pero algo cambió.

ROSAS ESPINADAS

Primero llegaron sus declaraciones después de la derrota del lunes pasado contra los Cleveland Cavaliers por 108-94, un partido durante el cual los Bulls no parecieron tener pulso ni mentalidad ganadora y selló su sexta derrota en ocho partidos.

"Todos tienen que estar en la misma página", dijo Rose tras aquel partido. "Si eso no sucede nos van a seguir pateando el trasero".

La prensa procedió a escandalizarse y a especular con si Rose estaba frustrado (¡Caos en Chicago! ¿!Acaso Rose se marchará como agente libre en el 2017!? ¡se hunde el barco, mujeres y niños primero!), una perspectiva completa y absolutamente ridícula para un equipo que tuvo un par de semanas malas y aun así contaba con una marca de 27-16. Esas declaraciones no fueron ninguna señal de una explosión interna del vestuario de los Bulls, sino que Rose estaba poniéndose el overol y siendo el líder que su equipo necesita ante la ausencia de Joakim Noah por lesión.

Uno fácilmente podría imaginar a Noah diciendo algo parecido, Rose solo se ahorró a las malas palabras que el ala pivot de los Bulls suele emplear para darle énfasis al asunto.

Es más, eso es casi lo mismo que LeBron James dice cuando a los Cavaliers les va mal.

DEFENDIENDO A SU ENTRENADOR

El siguiente par de días se vio caracterizado por los rumores sobre el futuro de Tom Thibodeau como entrenador en Chicago. El tema en cuestión era si los jugadores habían dejado de escuchar a uno de los mejores entrenadores de la liga tras cinco años, y hasta algunos se animaban a especular sobre cuales equipos deberían intentar ejecutar un canje por sus servicios.

¿Acaso estamos todos locos? Las rachas perdedoras son parte inevitable del deporte y estos Bulls siguen perfilados para ganar más de 50 juegos en la temporada regular por tercera vez en cinco años bajo el mando de Thibodeau.

Los Bulls parecieron verse fortalecidos ante la adversidad y le dieron una paliza a los San Antonio Spurs, los campeones vigentes de la NBA, en su propia casa por 104-81 con 22 puntos y cinco asistencias de un Rose que promedia 24,8 puntos y 6,4 asistencias en sus últimos cinco partidos.

Rose no solo ayudó a enderezar al barco dentro de la cancha en el territorio más difícil y hostil imaginable, sino que él también volvió a demostrar una faceta importante como líder fuera de ella defendiendo a su entrenador, el mismo que tantas veces lo defendió a él cuando el público y la prensa lo cuestionaban por su inactividad prolongada.

"Esto no tiene nada que ver con [Thibodeau]...La manera en la que hemos estado jugando no tiene nada que ver con Thibs. Él nos prepara de la manera correcta y siempre ha hecho todo lo posible para prepararnos como entrenador, después depende de los jugadores esforzarse", dijo Rose tras la victoria de su equipo en San Antonio.

Eso está perfecto. Conciso y desafiante a la misma vez, asumiendo la responsabilidad que le corresponde sin eludir a los micrófonos ni a la controversia como todo un líder de una franquicia que aspira a ganar un título por primera vez desde 1998.

Rose ya no está siendo parte del montón, uno de cinco jugadores, sino que él le está poniendo el pecho a las balas y distinguiéndose como el referente que es capaz de ser.

Quizás este sea solo el comienzo de una nueva faceta de Rose como jugador, ya que esta nueva actitud del número 1 de Chicago cuenta con el potencial de unir a todo el plantel y otorgarle un nuevo propósito para el resto de la temporada.