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Veracruz y Cruz Azul mantuvieron su invicto con un empate a cero

VERACRUZ -- Veracruz y Cruz Azul no se hicieron daño y terminaron empatando a cero goles tras los 90 minutos del juego disputado en la cancha del 'Pirata' ante un lleno 'hasta las lámparas' y en un duelo que fue aderezado por fuertes rachas de vientos del norte y lluvia, bajo una temperatura poco habitual en el Puerto, 17 grados Centígrados.

Con el resultado, ambos equipos se mantienen invictos en el torneo y ambos con siete unidades, la Máquina sin recibir gol en tres jornadas y el Tiburón luchando por un lugar en la cima del torneo.

MANOS SALVADORAS

Jesús Corona y Melitón Hernández salvaron a sus equipos de la caída de su arco. Ambos tuvieron solo una atajada en el terreno de juego durante la primera mitad que fue factor para mantener el cero: Corona, tras un disparo directo de Daniel Villalva en donde el balón se le movió debido a las fuertes rachas del norte que azotaban el puerto durante la disputa del partido. Por el otro lado, Melitón, arquero escualo, cumplió con una atajada a dos manos tras un disparo de Xavi Baez, también en tiro libre, a su poste, pero seguro y sin hacer confianza rechazó la número cinco para alejar el peligro de su arco.

CERRADURA EN MEDIO CAMPO

Veracruz y Cruz Azul colocaron a sus mejores hombres en el centro del campo, en donde pelearon con la vida cada balón y en donde se fraguó el futuro del juego. Por un lado Gabriel Peñalba, del Tiburón, quien intentó darle clase a la destitución del balón y por el otro lado, Gerardo Torrado y Rafael Bacca, destruyendo todo lo que tuviera olor a peligro de su rival. Las bandas para ambos equipos fueron nulificadas por los jugadores contrarios, tanto los del Puerto como los capitalinos, depositan mucho de su ofensiva por los costados que nunca pudieron 'explotar'.

RESPETO AL CHACO

Cuando el juego se volvió pantanoso y gris, Luis Fernando Tena, estratega de Cruz Azul, intentó ponerle movimiento a su equipo metiendo al Chaco Giménez al campo, que aunque no estaba al cien por ciento en lo físico, pudo preocupar a la última zona de los escualos con sus latigazos y despliegue futbolístico. El argentino naturalizado mexicano, recibió una ovación por parte del todo el estadio, que entre jarochos y cementeros le rindieron tributo al jugador de la máquina, y que llegó al futbol mexicano en el 2004 con los Tiburones Rojos, con los que consiguió aquel histórico súper liderato con 35 unidades.