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Nadal pasó una buena prueba y está en cuartos; Murray eliminó a Dimitrov

MELBOURNE -- El primer Grand Slam de la temporada ya tiene a un favorito de peso en los cuartos de final. Se trata de Rafael Nadal (3°), que de a poco fue engranando su juego en el Abierto de Australia y este domingo despachó en sets corridos a Kevin Anderson (15°). En la próxima rueda, el español espera por Tomas Berdych (7°), ante quien se llevó los últimos ¡17! enfrentamientos. Además, Andy Murray (6°) venció a Grigor Dimitrov (11°) en un verdadero partidazo y se verá con Nick Kyrgios (53°), que dio vuelta un durísimo encuentro ante Andreas Seppi (46°).

Campeón en Melbourne en 2009 y otras dos veces finalista, Nadal tuvo un durísimo primer set ante Anderson y finalmente se impuso 7-5, 6-1 y 6-4. En la previa, el mallorquín había declarado que era un rival que lo pondría bien a prueba. Y vaya si lo vivió al menos en el comienzo del partido.

El español, dueño de nueve títulos en Roland Garros, trató de controlar los potentes saques y la agresividad del drive del sudafricano y sacó adelante un juego clave en el undécimo. Con su saque estuvo 0-40, levantó otro break point y finalmente se puso 6-5, para rematar a Anderson con el primer quiebre del encuentro justo en el duodécimo game.

El oportunismo, en especial frente a rivales que plantean puntos cortos y se apoyan tanto en el servicio, resulta fundamental. De hecho, Nadal terminó 1-2 en las chances de quiebre en ese primer capítulo, contra 0-6 de su adversario. Después, el ex-N°1 de la ATP se soltó y empezó a cambiar más las alturas y ángulos para marcar una gran diferencia en el juego y el marcador. A eso, se agrega que Anderson falló más y perdió un poco la paciencia.

En total, el vencedor logró 33 tiros ganadores y su rival, apenas 21, mientras que el sudafricano (14º preclasificado) no pudo marcar distancias con su saque, ya que apenas conectó ocho aces y tuvo una menor efectividad a la hora de jugar con el primero, con 68% frente al 78% del español.

Por Nadal, entonces, aguarda Berdych, que doblegó en tres parciales al australiano Bernard Tomic (66°). Con potencia y decisión para arriesgar, sobre todo con su fuerte derecha, el checo (metió 17 aces) se dio el gusto de llegar por primera vez a cuartos de final durante cinco años seguidos en el mismo Grand Slam (hizo semis en 2014).

En la jornada nocturna, los dos grandes dramas del día. Con distinto argumento.

En la pelea de fondo, Murray superó a Dimitrov por 6-4, 6-7 (5), 6-3 y 7-5, en un duelo con profundas reminiscencias a aquel que el búlgaro se llevó en Acapulco 2014, también de noche, sobre canchas duras y rondando las tres horas de acción.

Fue un choque bien parejo, que se definió por detalles, y donde Dimitrov llegó a estar 3-0 arriba en dos mangas que acabó perdiendo (la primera y la última, en la que incluso sacó 5-3).

Un gran nivel de ambos, transiciones rápidas y tremendos rallies que los llevaron por toda la cancha dejaron ver los mejores puntos del torneo (un revés paralelo en retroceso de Dimitrov en el tiebreak del segundo set sería suficiente para ilustrar este párrafo). Pero en los momentos sensibles del partido, el británico dio un paso adelante (se gestó 19 puntos de quiebre), y, en silencio, también tiene su lugar entre los últimos ocho.

De cualquier manera, a esa altura de la noche el público local ya había tenido emociones de sobra con Kyrgios. Es que el australiano estuvo dos sets abajo ante Andreas Seppi, el verdugo de Roger Federer en tercera ronda, y hasta tuvo que levantar un match point en el cuarto parcial, para terminar venciendo por 5-7, 4-6, 6-3, 7-6 (5) y 8-6. ¿Le alcanzará el envión para bajar a Murray?


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