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Diciéndole adiós a Mr. Cachorro

Los Cachorros de Chicago jugaban un doble partido ante los Piratas de Pittsburgh. La fecha no importa; pudo haber sido en cualquier día entre 1953 y 1971. Ernie Banks, el siempre alegre, siempre enérgico toletero, quien nos dejó su famosa frase, "Juguemos dos", sacó su cabeza del camerino de los Cachorros, miró primero al brillante cielo azul y luego a la gran concurrencia, y dijo, "¡Juguemos tres!"

Ese era Ernie Banks. Un juego por día no era suficiente, y cuando había dos, él quería tres. Nadie, pero nadie, amaba más el juego que Ernie Banks. Y no muchos lo jugaban mejor que él, especialmente como un joven como él cuando cambió, al menos por algunos años, la manera en que el béisbol miraba a la posición de campocorto. Él es miembro del Salón de la Fama, solo uno de 26 jugadores que han conectado por lo menos 500 jonrones (terminó su carrera de 19 años con 512). Y él es, dentro y fuera del terreno, Mr. Cachorro.

"Mientras viajaba alrededor del béisbol en ese entonces y ahora, la gente me preguntaba, '¿es realmente Ernie así? ¿Está feliz todo el tiempo?'" dijo Billy Williams, un jardinero que está en el Salón de la Fama y que fue compañero de Banks de 1959 a 1972. "Yo siempre digo, 'Ese fue Ernie. Él fue así cada día.' Es el tipo más positivo que jamás haya conocido. Amaba jugar el juego. Quizás por haber jugado en las Ligas Negras, donde se divertían mucho con el juego. Yo solo sé que Ernie amaba estar en el parque. Era tan genuíno como se podía ser".

Y tan bueno como se podía ser. En 1958-59, Banks se convirtió en el primer jugador en la historia de la Liga Nacional en ganar el JMV en temporadas consecutivas. Tuvo los números para pelearlo nuevamente en 1960, cuando conectó 41 jonrones y ganó el Guante de Oro en el campocorto, liderando la liga en putouts, asistencias, dobles matanzas y porcentaje de fildeo. En el periodo de 1955 a 1960, la explosión de poder de Banks lo llevó a tener temporadas de 47, 45, 44, 43 y 41 jonrones - fallando en llegar a la marca de 40 jonrones una sola vez, cuando logró 28 en 1956. Tan tarde como en 1989, antes de que Alex Rodríguez apareciera, un torpedero había conectado 30 jonrones en una temporada en solo ocho ocasiones; Banks había logrado seis de esas ocho temporadas, incluyendo las primeras cinco. Casi 20 años después de su retiro en 1971, y casí 30 años después de haber jugado su último partido como campocorto en 1961, Banks todavía tenía 80 jonrones más que cualquier otro torpedero en la historia. En un periodo de nueve años como campocorto, promedió .290 con 37 cuadrangulares y 106 impulsadas en un promedio de 150 juegos, una tasa sorprendente para una posición que había sido jugada principalmente por especialistas defensivos.

"Ernie era increíble", dijo Williams. "Él fue el primer tipo grande en jugar como campocorto. Nunca se había visto a alguien como ese antes en Grandes Ligas, que bateara con poder en esa posición. Él fue un mejor torpedero defensivo que lo que mucha gente piensa. Si bateabas hacia Ernie, él la podia atrapar porque tenía unas manos grandiosas. No tenía un brazo realmente fuerte, pero siempre depositaba la pelota en primera base a tiempo. Era un tirador bastante certero. Cuando se movió a la primera base, utilizaba esas magníficas manos para poder atrapar todo lo que le lanzaran".

Banks jugó en 717 partidos consecutivos, todos en el campocorto, hasta que una lesión de rodilla en 1961 lo forzó a mudarse a la inicial a los 30 años. Nunca volvió a jugar otro partido en el campocorto. No fue igual de productivo en la primera base, en parte debido a esa lesión de rodilla; promedió .258 con 24 jonrones y 89 remolcadas por cada 150 partidos en la primera base.

"No era el mismo, pero seguía siendo bastante bueno", dijo el ex antesalista de los Cachorros Ron Santo, quien fue compañero de Banks de 1960 a 1971. "Nosotros siempre nos sentimos bien con Ernie en el plato cuando necesitábamos un hit".

Era imposible no sentirse bien alrededor de Ernie Banks.

"Él tenía todos esos dichos, y todos rimaban", dijo Williams. "Cada año, tenía uno nuevo al principio de la temporada. Tu sabes, 'Va a ser algo celestial en el '70.' Él solía preguntarme, '¿Tienes cambio para tres centavos?' Me tomó cinco años entender ese. Él solía decirme, 'Va a hacer frío. Va a hacer calor. Va a hacer clima, lo quieras o no.' También me tomó cinco años entender ese. Él solía caminar por el lado de uno con su mano extendida, entonces ibas a darle la mano, y él fingía que era ciego y seguía de largo. Si estabas en el equipo y no te habías casado, él siempre estaba intentando que te casaras. Él preguntaba, '¿por qué no te has casado?' Él fue mi compañero de cuarto por seis meses, pero además viajábamos a los estadios juntos casi todos los días. Él podia hablar de casi cualquier cosa. Leía un poco, pero siempre estaba al tanto de lo que pasaba en el mundo. Era un gran conversador, incluso de otras cosas más allá del béisbol".

Banks nunca jugó en una Serie Mundial, algo que él me dijo una vez que "me deja una sensación de vacío dentro de mí. Yo amo demasiado el juego. El no haber llegado a una Serie Mundial, y más el no ganarla, me duele. Es el mayor logro para un jugador. Yo realmente pensaba que lo íbamos a lograr en 1969". Los Cachorros colapsaron en la recta final de esa temporada, pero en septiembre de ese año, Banks conectó su cuadrangular 500. Oportunamente, lo logró en el Wrigley Field.

"Le conectó el 500 a Pat Jarvis de los Bravos", dijo Williams. "Jarvis era sheriff en Georgia en la temporada baja. Solíamos echar bromas que la próxima vez que Ernie fuera a Atlanta, Jarvis lo iba a arrestar. Ernie amaba eso. Se reía y se reía. Nadie se reía como Ernie".