Washington Cucurto 9y

Boca-River frente al mar

MAR DEL PLATA -- Ver un partido frente al mar es uno de los grandes placeres de esta vida, queridos lectores. No se pierdan esa oportunidad, si se les da. El sábado a la noche vibré con el Boca vs. River más caliente de los últimos años.

La peatonal de Mar del Plata que termina justo en el mar estaba colmada de gente. Turistas comiendo pizzas, papas fritas, los chicos comprando golosinas en los kioscos. La noche estaba ideal para este tipo de disfrute.

Caminaba disfrutando del paseo y de la felicidad de sentirme en una de las ciudades más bellas del mundo. Atrás, el mar rugía de lo lindo, el cielo estaba colmado de estrellas que iban y venían, aceleradas en su contingencia.

Me entregué al disfrute, la gente estaba realmente excitada. No era para menos, jugaban River y Boca. La mayoría apostaba a River Plate, aunque había algunos tímidos que confiaban en los chicos. "Arruabarrena mete a los chicos para no arriesgar y para que se fogueen", dijo un señor alto, de bigotes. Otro que estaba en la mesa de enfrente, le respondió altivo: "Mirá, Boca tiene que salir a jugar todos los partidos, inclusive los amistosos de verano".

La cámara enfocaba mucho a Marcelo Gallardo y se lo veía preocupado. Vangioni le pegaba a Pavón, un chico de Boca que pinta para crack. El partido se jugaba con intensidad, pero ninguno arriesgaba mucho.

River estaba desconocido y Boca lucía mas ordenado con un juego prepotente y con los chicos peleando todas arriba.

"Mirá, pero si hay que poner a estos pibes siempre, che, se juegan la vida en cada pelota", dijo otro con una cerveza en la mano, a punto de destaparla con el encendedor...

"Sí, pero no te confíes que esto recién comienza y el equipo de Gallardo está entrenando con cambio de horario más que otra cosa".

"Esto no es un partido de verdad", dijo otro que gritó y todos los callaron cuando un delantero de Boca sacó un cañonazo que rozó el travesaño de River.

Boca y River juegan como pueden, se los nota cansados por el entrenamiento de la pretemporada. Falta Ponzio, es verdad. Y en Boca faltan casi todos, pero nadie se da cuenta. Los jóvenes de Boca juegan y lo hacen realmente bien.

Al final, le ganan a River con lo justo. Todos se vuelven a sus hoteles, la gente deja de tomar y muchos se van a fumar al mar, a reflexionar sobre la importancia del agua en la navegación.

Se acabó el fútbol y algunos están contentos, otros un poco tristes, pero la tristeza se les va al toque. Cada uno camina con las imágenes del partido en sus cabezas. Compran un paquete de cigarrillos, unos chicles, están en pantuflas. Yo los miro. Son los hombres que llevan un hincha adentro, silencioso, relajado, esperando que comience el campeonato o la Copa Libertadores.

Por lo menos esta noche ganó el mas débil, escucho que alguien dice por ahí. Tengo ganas de que Boca y River se enfrenten en la Libertadores, sería fantástico, ¿no?

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