Rigo Cervantez 9y

Ya paren de pinchar las pelotas

LOS ÁNGELES.-- La gran trascendencia de un evento como el Super Bowl, provoca que todo lo que suceda, lo bueno y lo malo, en torno a la disputa del ovoide dentro de un emparrillado, se magnifique hasta el infinito, tal y como sucede con el caso de los balones desinflados.

Un asunto que ha marcado y manchado a los New England Patriots, acusados de recurrir a ese supuesto amaño, hasta hoy poco conocido dentro del deporte de las tacleadas, para lograr su pase a la gran fiesta de Glendale, Arizona.

Un tema que, como corresponde, es investigado por la NFL que, de probarse la culpabilidad de los implicados, acarreará sanciones, pero que de ninguna forma atenta contra la presencia de los Patriots en la cita del próximo domingo, el "Gran Negocio XLIX".

Mientras tanto, el asunto da para todo tipo de consideraciones y reflexiones.

En principio, ha quedado establecida la supuesta trampa: balón desinflado equivale a la posibilidad de un mejor agarre del ovoide, lo que también abre mejores opciones para poder dirigir un pase, por parte del mariscal de campo, y que su receptor pueda realizar una más cómoda atrapada del cuero.

Y aquí, vale la evaluación sobre qué otro deporte puede otorgar una ventaja a quienes lo practican, si el balón, pelota, esférico, o bola, no guardan su condición natural.

Un balón de básquetbol, de voleibol, waterpolo, lo mismo que una pelota de tenis o de handball, de nada servirían si estuvieran desinflados o dañados.

En el caso del béisbol, sucede todo lo contrario, se especula que la pelota, ese objeto del deseo de los bateadores, ha sido alterada en los últimos tiempos, en su configuración, para hacerla más sensible al contacto con el madero. Que sea más viva, que rebote más, en pocas palabras, para hacer que vuele mejor y de esa forma producir más batazos largos, especialmente, cuadrangulares.

Los guantes de boxeo se miden por su peso en onzas, y gradualmente, los peleadores de divisiones más pesadas, utilizan los más acolchonados, aunque también existen las trampas, como se asegura que ocurrió en el vendaje que el manager Javier Capetillo le colocó a su boxeador, Antonio Margarito, en aquella pelea frente a Shane Mosley, el 24 de enero de 2009, en el STAPLES Center, que le valió una suspensión por parte de la Comisión Atlética de California.

En cuanto al futbol, al otro, el balompié, por mucho tiempo ha existido el concepto del 'balón desinflado'.

Se dice que un equipo 'desinfla el balón', en sentido figurado, al referirse a quienes pretenden bajarle las revoluciones a su accionar en el terreno de juego, para consumir tiempo, y de esa forma, preservar un resultado, que puede ser un marcador favorable, o en otra instancia, para tratar de evitar una derrota.

Existen casos muy sonados en que, 'desinflar el balón', no ha sido el cometido de uno solo de los contendientes, sino, más bien, una virtual confabulación entre dos equipos, para obtener un resultado, en la mayoría de los casos, un empate, que convenga a ambos conjuntos.

En la Copa del mundo de 1974, celebrada en Alemania Federal, antes de la caída del Muro de Berlín, los anfitriones y a la postre, ganadores de la Copa FIFA, los alemanes occidentales, le entregaron un triunfo de 1-0 a sus vecinos del este, para permitir que la otra Alemania dejara en el camino a Chile.

Más recientemente, los mismos alemanes, campeones mundiales en Brasil 2014, durante la fase de grupos, vencieron en su último duelo, por 1-0, a la selección de Estados Unidos, para que ambos se clasificaran a la ronda de octavos de final.

Los más suspicaces, consideran que el equipo de Joachim Low, que goleó inmisericórdemente a Portugal y a Brasil, 'desinfló el balón,' frente el equipo orientado por su paisano y mentor, Jurgen Klinsmann, para que los estadounidenses pudieran avanzar, superando a los portugueses, por diferencia de goles.

Total, que 'desinflar el balón,' en términos de futbol soccer, puede prestarse a muchas interpretaciones.

Lo curioso es que, siendo la familia Kraft, los propietarios del Estadio Gillette, de los Patriots, lo mismo que del Revolution de Nueva Inglaterra, dentro de la Major League Soccer, no se les haya ocurrido alguna 'desinfladita,' para ganar lo que para ellos ha sido una elusiva Copa MLS.

Porque los Revs han estado presentes en cinco finales y no han ganado ninguna. Han perdido dos frente el Houston Dynamo y tres veces, incluyendo la más reciente, el pasado 7 de diciembre de 2014, ante el Galaxy, que también les arrebató la Copa MLS, en su casa de Foxboro, Massachusetts, en la edición del 2002.

Y en cuanto a otras artimañas, originadas y patentadas por el otro futbol, mismas que los Patriots bien podrían utilizar para vencer a los Seahawks, el domingo, a falta de otros argumentos, aquí las van algunas sugerencias:

Un gol con la 'Mano de Dios', como el de Maradona, en 1986.

Un cabezazo en el pecho al quarterback Russell Wilson, como el de Zidane al italiano Marco Materazzi, en la final de la Copa Mundial de 2006.

Una mordida a un receptor de Seahwaks, como la de Luis Suárez le dio al italiano Giorgio Ciellini, en el pasado mundial de Brasil.

O un 'clavado' al estilo del holandés Arjen Robben, para aquel infame penal frente a México, en la pasada cita mundialista.

También se podría utilizar el recurso de la patada acompañada de un descontón, esa combinación de uno-dos que Cristiano Ronaldo utilizó tan eficazmente, contra los defensas del Córdoba, Edimar y José Angel Crespo, el pasado fin de semana.

En, fin que, para 'desinfladas' y toda clase de artimañas, se puede escribir un manual, con tal de ganar, en cualquier deporte, a como dé lugar.

^ Al Inicio ^