Luis Vasavilbaso 9y

Joe Montana captura su tercer y última condecoración con una clínica

MÉXICO -- Los San Francisco 49ers buscaban cerrar la época de 'Golden Joe' de una manera magistral y vaya que escribieron una de las páginas más memorables en el Super Bowl al borrar por completo del emparrillado a los Denver Broncos, equipo que presumió a lo largo de 1989 a la defensiva que menos puntos permitió y que tenía en los controles a John Elway.

Pese a ya no contar con Bill Walsh en las laterales, los gambusinos lograron establecer diversas marcas que se mantienen hasta la fecha y llegaron al partido por el título con la mejor marca de la NFL con una marca de 14 triunfos y dos derrotas, al tiempo que Joe Montana había sido condecorado como el Jugador Más Valioso de la temporada, por lo que buscaba ser el tercero en la historia que se llevara ésta distinción y la de Jugador Más Valioso del Super Bowl en el mismo año y así unirse a una lista que incluía los nombres de Terry Bradshaw y Bart Starr.

San Francisco llegaba a este compromiso buscando convertirse en el único equipo que conseguía el título de manera consecutiva pero con diferente entrenador en jefe toda vez que George Seifert había tomado el lugar del legendario Bill Walsh.

El elegido: El mariscal de campo Joe Montana llegaba a este compromiso con la experiencia previa de tres Super Bowls y a decir verdad en su última aparición montó una clínica que incluyó cinco pases de touchdown y series anotadoras en cuatro de sus primeras seis apariciones a la ofensiva.

El N°16 de San Francisco obtuvo su tercer y último nombramiento de este tipo tras un total de cuatro apariciones en la disputa por el Vince Lombardi.

Los argumentos: Si queremos encontrar una actuación digna de libro de texto, debemos observar lo que hizo Joe Montana para despedazar a la secundaria de los Denver Broncos.

A pesar de estar en una época en la que se prioriza el ataque aéreo, nadie ha sido capaz de anotar más puntos que los que los 49ers consiguieron en esa ocasión (55) y sus cinco pases de anotación en ese cotejo sólo fueron superados por Steve Young.

Un año antes Joe Montana tuvo que recurrir a John Candy para tranquilizar a sus compañeros en un momento de presión ante los Bengals; ante los Broncos la historia fue otra.

La controversia: A pesar de haber conseguido una de las actuaciones más prolíficas de las que se pueda tener recuerdo, si el galardonado hubiera sido el receptor abierto Jerry Rice, tampoco hubieran existido muchas quejas al respecto.

El espigado receptor fue capaz de visitar tres veces la zona de anotación ante un equipo que en toda la temporada de 1989 sólo concedió una docena de touchdowns por esta vía.

Rice terminó ese partido con siete recepciones para 148 yardas, aunque bien pudo haberlo opacado lo realizado un año antes cuando estableció la marca de 215 yardas.

El resultado: Pese a que diversos partidos se han cargado de un solo lado, ninguno como el que se vivió aquel enero de 1990 en el Louisiana Superdomw.

El conjunto dorado y rojo, que ese día salió con jersey en color blanco, dominó de principio a fin a su oponente al anotar dos veces en cada uno de los cuartos para irse con una ventaja de 24 puntos al descanso y que terminó con 45 de diferencia, algo que nunca mas se ha visto.

Si bien es cierto que en las casas de apuestas la diferencia de -13 nos indicaba la disparidad entre un equipo y otro, pocos vaticinaban que la balanza se inclinara tanto hacia el equipo de la bahía.

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